Denuncian proceso racista y machista contra mujer migrante presa, acusada de sustracción de su propio hijo

Por: Pajarx entre Púas

La joven colombiana Paola Micolta se encuentra en prisión preventiva desde noviembre de 2021 en Valparaíso, tras llevarse a Santiago a su hijo de 5 años desde el jardín infantil al que asistía en Viña del Mar. Esto, luego de que el padre del menor, de nacionalidad chilena, incumpliera un acuerdo de devolverlo a Colombia tras una estadía de dos meses en Chile y lograra que un Tribunal de Familia le entregara su tuición.   

Una dramática situación está viviendo en Chile la ciudadana afrocolombiana Paola Micolta Mendoza (35) tras ser encarcelada en nuestro país en un intento por recuperar a su hijo de 5 años.  Esto de acuerdo a lo que informa la Fundación Pájarx entre Púas, organización sin fines de lucro que trabaja con mujeres privadas de libertad en la región de Valparaíso y que hoy en día se encuentra brindando apoyo sicológico y social a Paola Micolta y su familia.

Ocurre que el 16 de noviembre de 2021 Paola fue detenida en la comuna de Cerro Navia, en la Región Metropolitana, y formalizada al día siguiente por el delito de sustracción de menores, luego de ser acusada por su ex pareja, por supuestamente haber “secuestrado” al menor mencionado, hijo de ambos.

Todo se remonta al año 2016, cuando en el mes de junio Paola -quien ya estaba embarazada- decide regresar a su país natal, Colombia. “Según lo que nos ha relatado Paola, mientras vivían juntos en la ciudad de Viña del Mar, ella comienza a ser víctima de violencia psicológica por parte de su pareja, recibiendo múltiples humillaciones y maltratos, llegando a tener que esconderse para que nadie se entere que ella, una mujer migrante negra, era su pareja; incluso, en ocasiones haciéndola dormir en el suelo. En este contexto Paola queda embarazada y sigue sufriendo malos tratos, por lo que decide volver a Colombia para cuidar su embarazo”, narra la organización respecto a las razones de Micolta para retornar a su país de origen.

Durante un tiempo Paola continuó manteniendo contacto con el padre del niño, quien viajó esporádicamente a Colombia para visitarla a ella y su hijo, hasta que en mayo de 2018 este lo trae a Chile bajo la condición de que se trataría de un tiempo limitado. 

“En una de las visitas realizadas por el padre del niño a Colombia, solicita autorización a la madre para poder traer de paseo a su hijo a Chile por dos meses. Ella acepta y otorga una autorización legal para el viaje, contemplando que el niño debía volver a Colombia una vez transcurrido el tiempo del permiso. Pero las circunstancias fueron otras y el padre del niño, no cumpliendo con el permiso, se queda con él en Chile, desatando la desesperación de la madre”,

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A raíz de lo anterior y al no obtener ningún tipo de información sobre su hijo, Paola interpone una denuncia en Colombia por secuestro internacional en contra del padre del niño. El Poder Judicial de ese país envía los antecedentes a Chile, tras lo cual se inicia un proceso legal. Sin embargo, Policía Internacional no logra dar con el paradero del menor.

Por su parte, el padre del niño en nuestro país decide denunciar ante el Tribunal de Familia de Viña del Mar “una supuesta vulneración de derechos sobre el niño, aludiendo desnutrición y mal estado físico, y omitiendo que él lo había sacado de Colombia incumpliendo las autorizaciones de la madre”, apunta la organización que acompaña el proceso de la migrante colombiana.

En este escenario “sin ningún tipo de pruebas y existiendo una denuncia por secuestro internacional”, destaca la Fundación- el Tribunal de Familia de Viña del Mar le otorga finalmente el cuidado personal del niño al padre, “desconociendo la situación ilegal en que se expuso a su hijo en Chile.” 

“Paola fue demandada estando en el extranjero, no tuvo defensa material para poder desmentir los falsos hechos que se le imputaban. El hijo se encontraba con su carnet de niño sano al día, vacunas y controles dentales, acreditado por el Sistema de Salud Público de Colombia. Paola era una madre preocupada y el niño nunca había estado lejos de ella; era su fuente de apego y cuidado”

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La organización advierte que mientras el hijo de Paola estuvo en Chile, al cuidado de la madre de Paola, quien vive en nuestro país desde hace años, este “le devela a su abuela supuestos maltratos por parte de su familia chilena. Además, sufre alteraciones del sueño y perdiendo incluso control de esfínter. Por este motivo, la abuela del niño interpone una denuncia por maltrato e informa a Paola del estado de su hijo” en octubre de 2021.

Paola inicia entonces una larga lucha por la recuperación de su hijo. Tras múltiples intentos para que el niño fuera devuelto a Colombia, en octubre de 2021 decide viajar a Chile para poder verlo en Viña del Mar. Acompañada de su madre, el día 29 de octubre del citado mes ambas llegan al jardín infantil donde la abuela tiene que retirarlo al término de la jornada escolar.

“Según el realato de Paola, cuando se encuentran, madre e hijo se ven, se abrazan y deciden tomar un helado y dar un paseo. Avisan al padre del niño que se encuentran los tres juntos. El niño envía audios de WhatsApp a su padre avisando que está bien, con su madre y su abuela, y que ellas lo irán a dejar a casa al día siguiente del encuentro”, narra la organización. 

Sin embargo, el padre del menor decide ingresar en la Policía de Investigaciones (PDI) una denuncia por sustracción de menores. Ante esto, “Paola no entiende lo que pasa, solo quiere estar con su hijo, se asusta por las amenazas que recibe, pensando que no volverá a ver a su hijo cuando lo entregue”, relata la Fundación. 

La joven decide entonces dejar la ciudad de Viña del Mar en dirección a Santiago, donde permanece junto a su hijo por un período de 19 días, hasta que el 16 de noviembre de 2021 es detenida y apartada finalmente de él.

Hoy la joven madre proveniente de Colombia se encuentra en prisión preventiva en la Cárcel de Valparaíso. “El caso de Paola es grave, la vulneración de derechos, violencia e injusticias vividas son gravísimas y urgentes de reparar y atender. Las cautelas de garantías no han sido aceptadas y el tiempo transcurre sin ningún acceso a beneficio o medida cautelar alternativa para su resguardo e integridad física y psicológica. La Justicia se ha encargado de operar de manera misógina, racista y patriarcal” advierte Pájarx entre Púas.

“Hacemos un llamado al Poder Judicial, a los agentes del Estado, para contemplar un proceso con perspectiva de género y asegurar los derechos fundamentales a quienes deciden migrar como un derecho y no un privilegio. De esta manera, también hacemos hincapié en la labor que deben cumplir los medios de comunicación para visibilizar las problemáticas que existen desde una mirada no sexista, interseccional y con responsabilidad respecto a las condiciones que enfrentan las mujeres migrantes que son víctimas de abusos a su integridad. La salud y la vida de Paola están en grave riesgo, hacemos un llamado de alerta y responsabilidad a todas las instituciones. Queremos evitar que se repita un caso tan terrible e injusto como el de Joan Florvil” cierra enfatizando la Fundación que acompaña el proceso de Paola Micolta.-

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