Por: Colectivas No es la Regla y Nosotras Decidimos/Valparaíso
Fotografía: Indómita Fotografía y Diseño
Durante este tiempo las medidas dictadas desde diversos gobiernos para enfrentar la crisis sanitaria han implicado para muchas mujeres: acentuar la carga de trabajo remunerado y doméstico, cesantía y problemas económicos severos, mayor riesgo de vivir episodios de violencia, así como, la restricción de atención y acceso a mecanismos que protejan la vivencias sexuales y reproductivas. En el caso específico del aborto, el aislamiento que impone las medidas de confinamiento, han incidido en la dificultad tanto para encontrar orientación y acompañamiento, como para conseguir métodos seguros de emergencia y anticonceptivos.
De hecho organizaciones no gubernamentales en el mundo, incluida la ONU, han alertado sobre el aumento significativo de los embarazos no deseados, estimaciones señalan que pueden existir entre 7 millones a 15 millones de embarazos no deseados en el mundo. Lo anterior, se replica para el caso chileno. Un factor relevante en este país, sin duda es la restrictiva ley de aborto en tres causales, restricción que no se limita al campo legal sino que también al social. Hoy en Chile las mujeres pueden ser juzgadas y penalizadas por prácticas abortivas, pero además, siguen siendo durante increpadas por sectores importantes de la sociedad.
Durante las últimas semanas dos casos salieron a la luz pública que ponen en evidencia la perpetuación de juicios misóginos. En San Antonio una chica de 19 años quedó con arresto domiciliario acusada de infanticio y en Valparaíso, se encontró un feto en los ductos de aguas servidas. Si bien el tratamiento de las noticias y los comentarios que se escriben en las noticias públicadas no son necesariamente representativas del parecer social que existe sobre el aborto, si son una señal de alerta.
Los juicios contra las mujeres publicados en distintas plataformas y medios que también se encuentran implícitos en el tratamiento editorial de la información, nos retrotraen a años y años atrás, como si no se hubiera avanzado ni un milímetro en la despenalización social del aborto, conceptos y frases como: «asesinas», «malas madres», «libertinas», «irresponsables», «no les gustó ahora que aguanten», «por qué no cerraron las piernas», muestran con qué naturalidad se juzga a las mujeres y la profundidad de la misoginia que opera en la sociedad, impidiendo con ello, siquiera poner en duda la culpabilidad.
Tras esos juicios, no hay historia, no hay razones, no hay posibilidad de que una mujer no desee ser madre, de que el método falló, de que fue producto de un acto de violencia, que pensó que estaba preparada pero que pasó el tiempo y en realidad no. Al parecer, todavía hay un importante sector de la población, hombres y mujeres, que lapidan a aquellas que osan terminar con sus embarazos.
La pandemia y sus abordajes políticos-sanitarios, sin duda han implicado retrocesos en distintos ámbitos de la vida de las mujeres y uno de ellos, tiene relación con el derecho a decidir libremente sobre si queremos o no ser madres. Como organizaciones que han luchado ya hace varios años por el aborto libre y su despenalización legal como social, nos parece fundamental seguir avanzando en la erradicación de la criminalización hacia las mujeres que abortan.
Las importantes movilizaciones contra la violencia hacia las mujeres que se dieron hace una semana, la gran marcha realizada el pasado 8 de marzo día internacional de las mujeres, muy necesarias, parecen ser insuficientes para contrarrestar la criminalización del aborto, incluso se podría pensar que muchas manifestantes que apoyan determinadas causas históricas del feminismo y del movimiento de mujeres, no necesariamente tienen claridad en torno a su posición sobre la lucha abortista.
Aún nos queda mucho por avanzar, compañeras, porque abortar no es sinónimo de culpa y clandestinidad, sino de las formas legítimas de ejercer soberanía sobre nuestras vidas y cuerpos.
Este 30 de julio ratificamos que el «ABORTO es nuestro derecho, la maternidad nuestra decisión”.
Colectivas No es la Regla y Nosotras Decidimos
Valparaíso, 30 de julio 2020