Por: La Zarzamora
Cada 25 de noviembre en todo el mundo se realizan movilizaciones por el «día contra la violencia hacia las mujeres», conglomerando a miles de personas. La fecha hoy institucionalizada a nivel mundial, impulsa a algunos gobiernos a realizar actos, a partidistas de toda índole a volcarse a las calles a pedir reformas legales al sistema patriarcal y solo algunas hacen memoria de las vidas arrebatadas por el mismo. Sin embargo, el origen de la fecha por más institucional que hoy parezca, es subversivo.
La conmemoración de este día surge a partir del combate contra la violencia del autoritarismo militar y contra la violencia del totalitarismo, que identificó el peligro que significan las mujeres y un pueblo oprimido cuando toman las armas contra los poderosos. Esto no debemos olvidarlo, por más que se nos impongan los hegemónicos discursos mediáticos y las interpretaciones institucionales de nuestra propia historia.
Entendiendo el poder y la dominación como fuente de energía del patriarcado, las violencias ejecutadas no solo por las dictaduras, sino por todo poder centralizado, son expresiones de la estructura patriarcal que debiesen ser destruidas, junto con el poder que las ejerce, mientras exista ese poder seguirán reproduciéndose, y por tanto nuestros cuerpos continuarán siendo un trofeo de guerra para la dominación patriarcal venga de donde venga: del fascismo, del progresismo, del izquierdismo o de cualquiera de las sub estructuras jerárquicas que sostienen este sistema de muerte.
Si bien la ONU finalmente coopta y establece internacionalmente la fecha, la lucha por la memoria combativa fue lo que hizo realmente resonar la historia, lucha y muerte de las hermanas Mirabal, quienes son el verdadero origen de esta conmemoración. Cuatro hermanas, 2 combatientes, una encargada del resguardo de armamento y otra que tras sus asesinatos luchó por reivindicar y visibilizar la vida de sus hermanas, haciéndo llegar sus historias hasta hoy.
El comienzo…
Minerva, Patria, Bélgica y María Teresa Mirabal nacieron en una familia acomodada del municipio de Salcedo, República Dominicana. Las cuatro tuvieron acceso a la educación y destacaron por su inteligencia, en una época donde gran parte de las mujeres no podía estudiar, ni tampoco optar a los mismos conocimientos que los hombres. Minerva estudió Derecho, María Teresa estudió Matemáticas y Patria era mecanógrafa.
En aquel entonces República Dominicana vivía las secuelas de la ocupación yankie de 1916 a 1924, que posteriormente dio pie a una desestabilización y a una serie de gobiernos corruptos. Esta desestabilización fue fundamental para que el en ese entonces «generalísimo» (rango militar superior a mariscal de campo y a gran almirante) Ráfael Trujillo, con el apoyo del ejército, instalara una de las dictaduras más sangrientas que recuerde Abya Yala.
Tras el golpe de estado de 1930 y la posterior implementación de unas elecciones fraudulentas, Trujillo toma el control absoluto del poder, crea un partido único conservador (Partido Dominicano), comienza a eliminar a la oposición y también una brutal «limpieza étnica», que queda de manifiesto en la terrible «Matanza del Perejil» (1937), en la cual son asesinadxs entre 9.000 a 20.000 civiles haitianxs racializadxs, en la ciudad de Dejabón, en la frontera entre República Dominicana y Haití.
Bajo el totalitarismo de Trujillo la situación del país se volvió cada vez peor, a la crisis económica, se le sumaban, las matanzas, las torturas, los asesinatos contra todxs quienes se posicionaban contra el régimen y el exterminio del pueblo haitiano. Pero como siempre en la historia, hubo quienes se organizaron, armaron y accionaron contra la tiranía.
La historia subversiva de las mariposas
Las mariposas, así se les conoce a las hermanas Mirabal y más que un apodo, podemos entenderlo como una mención a la fuerza que lleva a estas conocidas polinizadoras a viajar miles de kilómetros para continuar su existencia guiadas por el sol. Para las Mirabal, el sol era la libertad.
Las hermanas, que si bien rompían con los esquemas de lo establecido, también respondían de cierta forma a los mandatos de la época, lo cual las llevó a contraer matrimonio siendo aún jóvenes, con compañeros igualmente posicionados políticamente.
Minerva fue fundadora del «Movimiento 14 de junio» junto a Manolo Taváres su esposo, un grupo subversivo con un objetivo necesario e imprescindible: acabar con el dictador Trujillo. Pronto se unió en combate María Teresa y Patria que si bien no participó tan activamente, fue fundamental para mantener el armamento a salvo y brindar lo necesario a lxs combatientes.
Minerva y María Teresa se convirtieron en un objetivo para el dictador. Este solía exigir que se le entregasen mujeres como una especie de ofrenda, lo cual no consiguió cuando se obsesionó con una joven Minerva, eso provocó una exacerbación de su odio de macho dictador hacia las mariposas. Comienza entonces una persecución, que las lleva en varias ocasiones a las cárceles de La Victoria y La 40, detenciones en las cuales fueron brutalmente torturadas. La dictadura tomó también prisioneros a sus parejas, que a diferencia de ellas no salieron de la cárcel.
Esto implicaba que las hermanas tuvieran que recorrer un largo trayecto para verles y sostenerles en su prisión. Justamente en ese ejercicio el 25 de noviembre de 1960, mientras viajaban en un automóvil hacia la cárcel, son detenidas por los agentes de la dictadura, quienes aprovechando la soledad de un cañaveral, las sometieron a los más brutales vejámenes, para finalmente asesinarlas.
Posteriormente colocaron sus cadáveres nuevamente en el auto en que se transportaban y lo arrojan a un barranco con la intención de hacer pasar su asesinato por un accidente. Sin embargo, el aberrante crimen fue evidente y se convirtió en un detonante que despertó hasta en los más indiferentes, la necesidad imperante de acabar con Trujillo.
El 30 de mayo de 1961 a las 9:45 de la noche, el auto en el que trasladaban al dictador por la carretera de Santo Domingo a San Cristóbal, es emboscado en el kilómetro 9. Modesto Díaz, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de la Maza, Amado García Guerrero, Manuel «Tunti» Cáceres Michel, Juan Tomás Díaz, Roberto Pastoriza, Luis Amiama Tió, Antonio Imbert Barrera, Pedro Livio Cedeño y Huáscar Tejeda, organizaron el ataque que reventó el vehículo con más de 60 balas de múltiples calibres dándole ajusticiamiento al dictador con 7 de estas. Finalmente el objetivo de las hermanas Mirabal era alcanzado por sus compañeros, terminando con el régimen totalitario, a punta de combate y balas.
La historia de lucha de las hermanas Mirabal nos lleva a cuestionar las lecturas institucionales de este día, a diferenciar que estamos contra la violencia patriarcal, pero no contra el uso de la violencia subversiva para liberarnos, cosa que se tiende a olvidar cuando observamos en lienzos frases clichés como: «contra todas las violencias».
Las mariposas combativas nutren nuestra memoria desde su lucha, su valentía y su decisión de atacar al opresor y las reivindicamos por ello, lejos de los pacifismos impuestos por los discursos del poder.
Hoy en aquel lugar donde fue arrojado el auto de las mariposas, se lee una placa conmemorativa que dice: “desde aquí, desde lo alto, volaron para siempre” y su vuelo de lucha seguirá polinizando las acciones por la liberación total.-