Por: Victoria Aldunate Morales, Lesbiana Feminista Antirracista.
Los reyes y reyezuelos –especialmente- de Europa occidental, nos colonizaron tan fuertemente el cuerpo y los sentimientos, que nos creímos ciudadanas. Es como si al feminismo de estos lares, lo hubiese parido solo el voto y no el proletariado feminista.
Con esta desmemoria histórica interrumpen la ética y se colocan solo en la moralina de “la medida de lo posible”. Así nos roban la autonomía de ver y percibir, de interpretar y comprender, por nosotras mismas: si eres ciudadana solo lees por los ojos del rey (o el reyezuelo, según sea la etapa política).
La leyenda del rey (o reyezuelo)
Un rey imaginando que debía vestir con el mejor traje, exigió a los sastres del reino, el vestido más fino que pudiesen confeccionarle. Pero ningún traje le gustaba.
Los sastres que ya querían recibir su paga, se juntaron y tramaron un montaje. Lo desnudaron, hicieron el gesto de vestirlo (dejándolo desnudo), y le declararon: “Mi rey, le juramos que nadie más –jamás- tendrá este hermoso y fino traje”.
El reyezuelo primero dudó, pero luego hizo suya la trama y salió orgulloso a recorrer su reino.
La gente lo vio, pero con la razón nublada por el terror a ser alcanzados por las balas represivas de la guardia de palacio (o por la cancelación), todos comenzaron a afirmar que el traje del rey era fino, bello, único… Solo una niñita –o pudo ser un niñe- gritó: “¡Pero si el rey va desnudo!”… Y toda la gente le obligó a callar. Después de eso, ya nadie más habló con la verdad.
Era tan puerilmente ciudadana esa gente que incluso dicen que mataban al mensajero que traía noticias que no eran del gusto del rey. Cualquier cosa, antes que asumir la realidad. Eran pura negación. Y los únicos mensajeros aceptados eran los que repetían como en cadena nacional lo que el reyezuelo quería que creyeran.
Los mensajeros del rey
Hay medios en $hile que son los mensajeros del rey, transmiten solo su palabra, la de sus consortes y/o socias. Repletan las pantallas, radios y otras publicaciones masivas, con imágenes alarmantes en las que siempre los malos son los más pobres, los mapuche, los anarquistas…
Y efectivamente en $hile la delincuencia es mucha, tremenda, pero la lideran – en realidad- las transnacionales, la oligarquía, las forestales, las mineras, las hidroeléctricas, la industria de la carne, de las drogas y de la explotación de personas.
Son delincuentes que cuentan con el gentil auspicio de policías, agentes de las FFAA y otros violadores de los derechos humanos. El patrocinio es de las líneas editoriales de los medios masivos que, con raras excepciones, visibilizan solo a los delincuentes empobrecidos, y acallan el saqueo de los poderosos. La única vez que los delatan, es cuando ya éstos cayeron en desgracia total con los que tiene más poder que ellos.
Se trata de poderosas bandas de burgueses y sus sicarios, que secuestran personas en las cárceles para pobres, invaden comunidades y saquean todas las riquezas que los colonizadores y los imperialistas dejaron invictas en los territorios que invadieron e invaden. El E$tado y sus gobernantes, y los partidos y las partidas de los gobernantes, silencian la delincuencia de los ricos, y solo señalan a adolescentes, niños y empobrecidos como «delincuentes».
Dicen que nosotres tenemos «malos hábitos», “pocos valores” y somos «muy consumistas» porque queremos cosas que salen muy caras. Lo que no dicen es que ellos las venden caras, luego de inocular la necesidad de valoración social de “ser el más bacán” gracias a esas cosas caras.
También convencen nuestra razón y percepción de que los burgueses no serían consumistas, sino «elegantes» y «cool».
En la percepción nublada por reyes y reyezuelos, $hile sería un cajón de pura buena fruta en la que las manzanas podridas seríamos nosotres. Los ricos en cambio, serían «la creme de la creme». Todos sanitos y sanitas… Y tolerantes porque dan reconocimiento: adulan a las mujeres, a las feministas, a la gente mapuche (a la «buena»), a las intelectuales de renombre, a las elites con poder y lloran por los femicidios «relevantes»…
Pero «a Dios orando y con el mazo dando»: justificando con sus noticias (agotadoras) infiltración y persecución, policías, allanamientos y encarcelamientos.
Junto con eso nos convencen de muchas cosas más, como que la carne no vendría de la tortura a los animales, y la patria y la bandera no nace de violaciones y matanza. Y los súbditos repiten que “el rey No va desnudo”, y si alguien lo dice, le hacen callar.
Dicen que el rey va vestido con el traje más «feministo, diverso, patriota y a la vez plurinacional” que hay. Todo eso lo dicen con rostros lozanos y bonitas palabras de reconocimiento a las diversidades y disidencias sexuales (a las «buenas»).