Por: La Zarzamora
El sabotaje a las 3 torres de alta tensión de la empresa Transelec ocurrió en la madrugada de este domingo 4 de septiembre en Hualqui, dejando a dos con daños y una totalmente destruida. En el lugar se encontró un lienzo exigiendo la libertad de las y los presos políticos mapuche, anarquistas, subversivos y de la revuelta.
Según estudios, estas torres de alta tensión producen la ionización del aire situado alrededor del cable de la línea, fenómeno denominado efecto corona, el cual aumenta con la humedad y produce múltiples consecuencias: emisión de ruido, interferencias de radiofrecuencia o la generación de ozono troposférico. En un artículo publicado en la Revista española El Ecologista ¹ advierten: «El ozono troposférico es un potente oxidante que produce efectos adversos en la salud humana. Estudios a corto plazo muestran que concentraciones de O3 (especialmente en el verano) tienen efectos adversos en la función respiratoria, causando la inflamación pulmonar, insuficiencia respiratoria, asma y otras enfermedades broncopulmonares» razones por las cuales estas instalaciones son rechazadas en diversos territorios.
LA PRISIÓN POLÍTICA
“A activar el sabotaje contra los proyectos extractivistas en el territorio. Quien se olvida de los presos, olvida la lucha. Libertad a Víctor Llanquileo y a todos los presos mapuche. Anarkistas, subversivos de la revuelta”
“Resistencia Urbana Autónoma”.
Recordemos que la situación de las y los presos políticos ha sido un punto de inflexión que se agrava a vista, paciencia y complacencia del poder. Víctor Llanquileo se encuentra en Huelga de hambre seca desde el 30 de agosto en el CDP de Arauco (luego de 15 días de huelga líquida) exigiendo su traslado al CET de Cañete, así mismo la gran cantidad de presos mapuche no disminuye y al contrario aumenta en un contexto de neo militarización intolerable en WallMapu.
Por otra parte se exigen penas de 30 años para Mónica Caballero y de más de 100 años al preso Anarquista Francisco Solar, una cantidad irrisoria en comparación con los casos de violaciones a los ddhh y asesinatos (que si cobraron vidas) ejecutados por «funcionarios del estado». Y por más aberrante que parezca, aún existen presos políticos cumpliendo condenas dictadas por la Justicia Militar, como el caso del preso subversivo Marcelo Villarroel quien lleva 14 años encarcelado, un caso del cual no se habla en las esferas de poder.
La situación de las y los presos políticos sigue siendo el motor de gran parte de las acciones de sabotaje a símbolos del capital y el extractivismo, en un sistema que se mantiene basado en la protección de los intereses del latifundio y empresariado.
¹ https://www.ecologistasenaccion.org/27108/ozono-troposferico/#nb89-3
