Por: La Zarzamora
Durante la tarde de este martes 28 de diciembre, una persona lanzó dos bombas molotov al estacionamiento del Centro de Reinserción Social Santiago Norte, en la comuna de Recoleta, alcanzando a dos autos, esto sucede solo un día después de que un artefacto explosivo detonara en la Dirección Nacional de Gendarmería, reventando un ventanal y causando daños en una oficina, ambos hechos en Santiago. Estas acciones se enmarcan en la grave crisis carcelaria silenciada e invisibilizada por el poder y los medios hegemónicos, las denuncias constantes de abusos de parte de Gendarmería, las denuncias de tortura a presos politicos y el impactante suicidio de un reo de Santiago 1 el pasado 24 de diciembre, mientras gran parte de la sociedad festejaba la víspera de la navidad.
«A pocas horas de Navidad un hermano se quita la vida en el penal de Santiago 1, modulo 26, nos enteramos por que los mismos hermanos privados de libertad nos dan la noticia, llevan minutos y horas gritando nadie responde, nadie contesta, hay gritos desesperados en todos los módulos implorando ayuda, nadie responde, nosotros en la calle intentamos hacer lo mismo, llamar a algún fono o a alguna persona de la institución pero nadie responde, nadie atiende, es Navidad y están todos preocupados de eso…
Testimonio difundido por presos de Santiago 1 el pasado 24 de diciembre del 2021
Javier dicen que es su nombre, solo eso sabemos por el momento,. una cruel foto que según denuncian los interno la viralizo el mismo gendarme que lo encontró ahorcado…nadie responde nadie hace nada, total son presos, a nadie le importa, estamos ocupados preparando Navidad…esta es la cruel realidad y critica situación carcelaria de Chile…»
Ya van casi 2 años desde que el covid agudizó la situación carcelaria del país, los contagios masivos fueron acompañados de innumerables denuncias de hacinamiento, aislamientos sobre prolongados, traslados injustificados y suspensión de visitas, denuncias que se sumaban a las paupérrimas condiciones que enfrenta la población penal y a la violencia institucional constante de la institución carcelaria.
En general el sistema carcelario se encuentra en una crisis que viene arrastrando desde mucho antes de la pandemia, cuestión que llevan denunciando durante décadas diversas organizaciones ligadas a la cárcel. Muestra de ello fue el asesinato institucional de 81 presos de la cárcel de San Miguel, que mueren calcinados ante la indiferencia de Gendarmería el año 2010. Pese a que testigos aseguraron que los funcionarios de Gendarmería se encontraban borrachos, a que estos se negaron a abrir las puertas y a prestar auxilio, ninguno de ellos fue condenado.
Actualmente ese fatal escenario es utilizado para encarcelar a mujeres imputadas y poco ha cambiado, más bien los cambios son involutivos, al igual que en el resto de los establecimientos carcelarios, privados y estatales. En dicho lugar las denuncias de las mujeres presas han ido desde la falta de agua, hasta partos sin atención médica. En este mismo, mantienen cautiva a Mónica Caballero, presa política anarquista, quien se encuentra bajo aislamiento y hostigamiento constante.
Si el hecho de estar en la cárcel y vivir la suspensión de la calidad de sujetx ya es un brutal castigo, cuando las causas que provocan el encierro son de carácter político y cumplen el objetivo de proteger el orden del patriarcado-capital y sus instituciones reproductoras, el sistema carcelario multiplica sus expresiones tortuosas de opresión, actuando en conjunto con el sistema judicial para impedir cualquier tipo de beneficio, que permita la libertad de quienes ejecutan acciones para subvertir la pasividad de la obediencia social.
La realidad de las y los presos subversivxs y anarquistas, la de las presas y presos mapuche y la los presos de la revuelta del 2019 esta marcada por el constante hostigamiento transversal de todas las instituciones involucradas en la reproducción del orden social establecido bajo los intereses del estado empresarial. Inclusive aún existen condenados por la justicia militar, órgano paralelo a la justicia civil y que debiera estar obsoleta, sin embargo continúa manteniendo a combatientes en la cárcel, como en el caso de Marcelo Villarroel.
Hace pocos días el ex preso de la revuelta Elias Quero, quien estuvo privado de libertad en el CDP de Puente Alto, denunciaba una grave golpiza propinada por un carcelero al cual apodan «el nazi» junto a otros represores, que como resultado le dejó una costilla fracturada y una hemorragia interna. Estos golpes realizados con un fierro forrado en huincha aisladora, «tecnica» de tortura usual en las agresiones cotidianas del personal de Gendarmería. El joven comunicó que evalúan acciones legales contra los responsables, sin embargo el horizonte no es muy positivo considerando que los responsables de la muerte de 81 personas siguen en la absoluta impunidad.
Por otra parte muchos son los casos de personas privadas de libertad con enfermedades graves que empeoran día a día por falta de una atención médica pertinente. Dentro de estos casos encontramos la grave situación de salud de Francisco Solar preso anarquista, quien hace pocos días reivindicó dos acciones directas una de ellas dirigida al empresario, ex ministro del primer gobierno de Piñera y persecutor de anarquistas Rodrigo Hinzpeter. Francisco padece de una diabetes avanzada que lo ha mantenido en estado delicado y que avanza a diario sin una dieta específica y sin un tratamiento adecuado.
Un caso de suma gravedad es el de Bayron Soto Rojas un joven de 22 años preso en la cárcel de Valdivia, quien sufre de un cáncer testicular en etapa 3, que le afecta hace aproximadamente 6 meses. Hoy Bayron se encuentra el la UTI del hospital base de Valdivia, con una metástasis que afectó su cerebro, dejándolo con la mitad de su cuerpo paralizado, esto motivó que la defensoría penal elevara la solicitud de un indulto presidencial, no obstante hasta ese momento el joven era mantenido engrillado a su camilla por Gendarmería.
Este caso nos rememora a otros dos muy sensibles como lo fue la muerte de Kaisy Vigoroux el año 2020 por un cáncer renal metastásico, en etapa terminal 4, quien se encontraba esperando el indulto Presidencial del criminal Piñera en el COF de San Joaquín, y el caso del parto engrillado de la presa política mapuche Lorenza Cayuhan, quien fue obligada a dar a luz encadenada a la camilla por personal de la nefasta institución.
Las presas y presos políticos mapuche, pese a que sus derechos como parte de un pueblo preexistente a la colonización están garantizados por el convenio 169 de la OIT, viven en una constante y obligatoria asimilación cultural, en un lugar donde son enajenados doblemente de su cosmovisión y práctica cultural, no existen garantías para ellas y ellos no dentro ni fuera de la cárcel. Esto quedó nuevamente expuesto tras la larga huelga de hambre de la presa mapuche Carolina Marileo, que luego de 31 días de movilización, recién logró un «compromiso» de parte de la institución para que se le respeten sus derechos, avalados por la normativa internacional. De igual forma, ninguno de los tratados internacionales como los son las Reglas Mandela, que debería garantizar un trato digno hacia presas y presos bajo este estándar, ni las Reglas de Bankok creado para garantizar los derechos de las mujeres presas, son actualmente respetados.
Entonces ¿Cómo enfrentamos las personas «de a pié» los abusos, agresiones verbales, robos, agresiones físicas, agresiones sexuales y humillaciones de los funcionarios de esta institución? ¿Qué podría hacer una persona tras las rejas para defenderse de una institución del poder? ¿ Qué le sucede a una presa o un preso que rompe el silencio? ¿Qué ha pasado con las presas abusadas o violadas? ¿Que pasó con la presa de Valdivia que intentó inmolarse?
Ni los esfuerzos de las organizaciones anticarcelarias, ni las denuncias y alejadas entradas del INDH, con pequeñas e incipientes inspecciones, ni las denuncias públicas en redes, ni la justicia del estado, han logrado cambio alguno en las prácticas de los carceleros y el sistema carcelario. Y la cárcel en su rol de agente de reinserción social no es más que una justificación sin sustento, de un efectivo y millonario negocio, el negocio de la cárcel.
Por esto no es novedad que Gendarmería se haya convertido en un objetivo ya intergeneracional de la lucha contra la dominación. Las acciones han dejado incluso pérdidas dolorosas, como lo fue la muerte de Mauricio Morales, el 22 de mayo del 2009, mientras instalaba un dispositivo explosivo en la Escuela de Gendarmería, motivado posiblemente por la misma rabia que motivó esta semana los dos ataques contra la misma institución.
La primera acción de esta semana (la madrugada del lunes 27 de diciembre) fue reivindicada por «La Negra Venganza» que expresó sus motivaciones mediante un comunicado:
«Nuestro ataque busca romper su manto de tranquilidad, e impunidad y no descansaremos…
Recordamos con esta acción a los 81 presos asesinados en el incendio de la cárcel de san miguel, donde gendarmería avalada por el gobierno de turno, permitió que murieran calcinados 81 presos. Como maquina de carne humana se levantan los muros de aquel lugar que sigue encerrando y torturando.
Traemos a la memoria en este instante la indómita vida de Kevin Garrido, quien muere al interior de una cárcel, en octubre del 2018.Señor Álvaro Andrés Millanao Valenzuela, alcaide de la cárcel concesionada, la Gonzalina. Rancagua. Nos hemos enterado de los constantes hostigamientos a nuestros hermanxs que se encuentran secuestradxs, en las mazmorras que usted Sr. Millanao está a cargo»
Comunicado publicado en el medio
Noticias de la Guerra Social
Si a la cárcel solo entran pobres, si los violadores acceden año a año a la libertad condicional tras un positivo informe de gendarmería, en desmedro de presas y presos por causas sociales y políticas, si políticos y empresarios van a clases de ética tras robar millones y contrariamente un condenado por robo como Bayron muere lentamente custodiado y reducido, es que nada está bien! Es que toda la idea de justicia formulada por el estado es contraria al entendimiento social de justicia.
Pero mañana y al día siguiente, los medios condenarán a quienes hagan justicia con sus manos, castigarán a quien con elementos precarios, es capaz de generar un artefacto que dañe la infraestructura de quienes torturan y asesinan con armas, gases y contingentes innumerables de narcoexitados, que se abalanzan sobre todo y todos, y seguirán extorsionando con la libertad. Quien se niega a obedecer, arriesga cárcel y quien obedece, no crea estar ajeno/a/e a esto, porque si es pobre siempre correrá ese riesgo. La acción, solo hace este riesgo más digno.-
2 comentarios en «Dos ataques a Gendarmería en dos días, la acción directa como voz contra el abuso carcelario»