SOBRE EL CASO MACAYA Y LA LEGITIMIDAD DE LA PEDOFILIA EN EL FUNDO LLAMADO $HILE

Por: La Zarzamora

La revocación de la prisión preventiva del pedófilo empresario de derecha Eduardo Macaya Zentilli, la normalización de los abusos por parte de su familia y la legitimación de la pederastia en las instituciones y poderes del estado, han despertado múltiples movilizaciones, un fuerte rechazo social y frustración generalizada. El mensaje es evidente: la niñez está denigrada a tal nivel, que incluso con pruebas concretas, la estructura jurídica, política y mediática, juzga a las víctimas y protege a los victimarios (violadores y abusadores). La situación lejos de ser una serie de  hechos impactantes de carácter aislado, responde a una realidad normalizada y arraigada en $hile, incluso podríamos decir que ha estado presente desde su misma conformación como «nación», tanto en las elites, que han compuesto históricamente los poderes del estado como en sus instituciones eclesiásticas, políticas y sociales, como la familia.

«El escándalo trasciende al público. La prensa hace denuncias que horrorizan a las gentes honradas. Niños de 10 y 11 años prestan declaraciones…El juzgado pone fin a su larga tarea. El resumen del fiscal horroriza…Los delincuentes huyen. Es lo corriente en estos casos. A estas horas libres de riesgo estarán en algún establecimiento de la orden ¡quién sabe en qué parte del mundo enseñando a los niños!…»

Belén de Sárraga ante el juicio por los abusos sexuales cometidos en el colegio de la élite cristiana, San Jacinto, en Santiago el año 1905¹

Eduardo Macaya Zentilli, empresario y padre de Javier Macaya, ex presidente de la UDI (renunció tras las protestas ante la revocación de la prisión de su padre) partido conservador de la derecha pro dictadura, quien también es «senador de la república», fue condenado a 6 años de prisión por abuso sexual contra dos menores de 14 años y absuelto de otras dos acusaciones contra otras dos menores el pasado 19 de julio.

Esto implicó un nuevo ingreso del pedófilo a la cárcel de Rancagua, en donde fue tratado con múltiples privilegios, acomodado en una sala para mujeres del hospital penal y con visitas ilimitadas, que no hacían fila e incluso «se estacionaban junto al alcaide» de dicha cárcel, ante lo cual Gendarmería, tras el cuestionamiento público, ha abierto un sumario. Lo cierto es que como muchxs habíamos sospechado, Macaya pedófilo, al ser parte de la élite empresarial y política mantiene una serie de privilegios por sobre la gente común. Tuvo un breve lapsus de tiempo de 3 días encarcelado, hasta que la corte de Apelaciones de Rancagua cambió su cárcel efectiva por prisión domiciliaria. Posteriormente el 26 de julio el Tribunal Oral en lo Penal de San Fernando volvió a decretarle prisión preventiva, sin embargo su abogado (esposo de la ex presidenta de la Defensoría de la Niñez) aseguró que entraría nuevamente al hospital penal.

Otros, múltiples casos «aislados»

Los terribles abusos de la elite hacia la niñez, en ocasiones salen a la luz, producen un escándalo  mediático, y luego vuelven a ser ignorados, silenciados y «olvidados» por la prensa hegemónica. Algunos casi ni se mencionan y otros simplemente se silencian, hasta que alguien grita, visibiliza o acciona. Sin embargo, estos son una constante y la normalización de la pedofilia en sus núcleos familiares también.

Con el caso Spiniak, ocurrió algo similar. Era el año 2003 cuando el empresario Claudio Spiniak, fue detenido por ser parte de una red de pederastas. Gema Bueno, una testigo, junto al cura «Jolo» lanzaban una bomba de denuncias que describían las «fiestas» de proxenetas que este empresario organizaba. Declaraciones de jóvenes expuestas por diferentes personajes, aseguraban que conocidos políticos y «senadores de la república» estaban involucrados entre ellos el Jovino Novoa (pinochetista militante de la UDI fallecido el 2021) y el social demócrata Nelson Ávila.

El empresario proxeneta reclutaba a niñxs vulnerables, les prostituía y generaba material de explotación sexual infantil con estos. Respecto a la participación de los políticos, los denunciantes finalmente se retractan de sus dichos, se acusa a una socióloga del SENAME de inducción a falso testimonio y la «justicia» establece que la acusación es un testimonio falso. Tras tomar el caso Manuel Valderrama (si, el mismo de la Corte Suprema que junto a Kunsemüler negó la calificación de femicidio en el caso de Isidora González Rojas, Dorito) este condena solo a 5 de los 12 acusados y de los 5 delitos impugnados a Spiniak, sólo le condena por uno. Spiniak fue defendido por Hermosilla, el mismo abogado del caso audios.

El año 2013 seis integrantes de «Colonia Dignidad«, centro alemán de orientación nazi utilizado para detener y torturar personas durante la dictadura militar, fueron condenados a cárcel efectiva por violación y abusos sexuales reiterados a menores. Otros 10 fueron condenados a libertad vigilada. Las acusaciones se centraban en el poder de su lider Paul Shäfer, nazi y amigo de Pinochet, quien explotaba, medicaba y violaba a decenas de niñxs provenientes de familias campesinas del sector.

Esto sale a la luz gracias a la valentía de Salo Luna, un niño que vive los abusos de Villa Baviera en carne propia, quien escapa de la secta junto a otro colono el año 1997 cuando tenía 18 años. En aquella época su relato fue masificado en televisión abierta y los medios alimentados de un cierto morbo, no pudieron hacer más que divulgar la situación. Finalmente tras huir de $hile y pasar 8 años prófugo, Shäfer fue detenido en Argentina. Cabe mencionar que el año 1991 cuando en base a una serie de irregularidades económicas se establece terminar con la personalidad jurídica de «Colonia Dignidad» la derecha se opuso rotundamente, esto incluyó al posteriormente ajusticiado Jaime Guzmán y al aún activo Hernán Larraín (ambos participes de la dictadura y militantes UDI). Incluso ya en conocimiento de los aberrantes abusos sexuales ocurridos en el lugar, el reconocido cura fascista Raúl Hasbún defendió públicamente dicha secta refiriéndose a la pederastia como : «un delito que por lo demás era cometido por muchas otras personas»².

Si bien el abuso sexual a la niñez genera revuelo por su gravedad, este vuelve a salir a la luz cada cierto tiempo mediáticamente, pero no se resuelve, está impregnado en el origen del $hile que conocemos. De vez en cuando cae algún poderoso, pero los casos son constantes y reiterados en toda la sociedad, están legitimados por las instituciones del estado y por el mismo poder judicial.

El 2020 causaba gran impacto la explotación sexual y adopciones irregulares que sucedieron en el Hogar Nido de Hualpén, Región  del Biobío. Los medios libres sacaron a la luz las protestas de «Madres desesperadas», un conjunto de madres que denunciaban la adopción irregular y desaparición de sus hijxs, incluso del Registro Civil, «era como si nunca hubieran existido». 

Al mismo tiempo, Evelin Oñate, directora del hogar dependiente del entonces SENAME, mantenía una red de prostitución infantil dentro de este, prostituyendo a las niñeces a su cuidado. La prensa hegemónica no tuvo más opción que difundirlo. 

Sobre las adopciones irregulares, en la mayoría de los casos la institución no notificó jamás a sus madres para explicarles algún procedimiento de adopción. Como medio, conversamos con varias madres que nos relataban entre llantos como en su última visita, se les había negado la entrada al establecimiento y desde ese momento perdieron para siempre a sus hijxs. La mayoría de estas madres vivía en precarización económica, otras tenían antecedentes penales, otras no habían recibido educación, eran mujeres fuertes, pero vulnerables para la violencia del sistema.

La única condenada en lo respectivo al «caso Hogar Nido» fue una educadora que agredió a un menor de 8 años, al cual arrastró y lanzó a una habitación. Fue condenada a 541 días de libertad vigilada, tal vez para apaciguar los ánimos más que para hacerse cargo del desastre y la corrupción que existía en este centro.

Los casos de abusos son innumerables y se manifiestan transversalmente en las estructuras del poder económico, político y religioso. La Iglesia Católica institución internacional, mantiene un centenar de denuncias de abusos sexual contra menores solo en $hile. El caso de Karadima, fue uno de los más impactantes e impunes. El párroco de la parroquia de El Bosque (en un acomodado sector de Santiago) quien aprovechaba su poder para abusar sexualmente de menores, seminaristas y sacerdotes. Las denuncias de abuso sexual contra diferentes curas de la iglesia llegaban a ser 362 para agosto del 2020³.

En el poder judicial existen casos de abuso sexual que involucran a fiscales y jueces, el juez Reynaldo Oliva Lagos, ministro de la Corte Suprema de Arica, denunciado por otro funcionario del poder judicial por realizar comentarios de carácter sexual contra su hija (2024), este juez relacionado directamente con la iglesia católica también esta acusado de mantener chats con menores, los cuales tendrían connotación sexual, actualmente el proceso está en curso. En el poder legislativo los casos de pederastia y de legitimación de esta, están presentes hasta el día de hoy con los Macaya.

Incluso en los colegios de la Élite la pederastia y el abuso se hacen parte casi de la formación educacional de los «futuros gobernantes y empresarios». Así quedó en evidencia en los casos de violencia sexual ejecutado por alumnos de primero y segundo medio del Colegio San Ignacio el Bosque hacia dos niñas de educación básica.

La normalización histórica

Estos casos de los últimos 20 años, tienen poca diferencia con el caso de Colegio San Jacinto, nombrado por Belén de Sárraga, citada al inicio de esta nota, y dan cuenta de una cultura basada en el abuso, que está instaurado hasta los huesos en las instituciones y poderes del estado de $hile, que a su vez son manejados por una élite sórdida y repugnante.

En el funcionamiento de la sociedad de clases, la clase dominante hace de sus creencias integrales un pensamiento hegemónico, buscan la aceptación social de situaciones que para ellos son «casi normales», y que realizan históricamente, desde el origen de la colonización, en los «albores» de su república. En rigor mantienen sus propios códigos morales, y utilizan la estructura institucional creada por ellos mismos, par generalizar sus prácticas aberrantes.

Por esto las leyes les favorecen y no vemos una relación entre la gravedad que le otorgamos nosotrxs a los hechos y la gravedad que le otorga el derecho. Es así, como para nosotrxs es más grave una violación, que la destrucción de algún objeto inanimado, pero para la justicia la propiedad privada vale mas que un niñx y el violador tiene menos carga delictual, que alguien que ha dañado una cosa y no a otra persona; es decir quien tiene más probabilidades de seguir dañando es calificado como menos peligroso por ejecutar violencia sexual, la misma que normaliza la élite y las instituciones del estado.

Los hechos se hacen innumerables, pero hay veces que la contradicción entre lo que sentimos/pensamos y lo que nos venden como justicia nos provoca una explosión de ira, como lo que acaba de suceder con los Macaya. Una válvula de escape que la elite entrega al sacrificio para evitar una explosión mayor.

Lo cierto es que la patria, el estado con sus poderes y todas las instituciones de la elite están conformados bajo la idiosincrasia colonialista del latifundio, que tenía como práctica habitual la violación de las campesinas bajo su mando. Ese es el origen Chile, y de la pila de burgueses que lo mantiene. Lo cierto es que los Macaya no olvidarán la respuesta social a sus abusos, por más que los normalicen (como el nefasto legitimador de la pedofilia y hermano del pederasta), sus radios de seguridad se han visto vulnerados, algunxs deben sentir temor o al menos incomodidad. Y esto sucede cuando lo que sentimos supera a la imposición de los pseudo expertos de la justicia, cuando aparece esta pugna entre derecho y autodefensa y esta última es una bomba de tiempo.-


¹ Julia Antivilo Peña. Belén de Sarraga. Crónica de un torbellino Libertario por América Latina. (Ediciones Escaparate, 2021), 42.

²Cita extraída de artículo escrito por Belisario Velasco, subsecretario del Interior del gobierno de Patricio Aylwin, para The Clinic 148, tras la captura de Shäfer. Velasco fue creador de La Oficina órgano de detención y tortura creado en el gobierno de Alwin que buscaba exterminar a los grupos político militares que no cayeron en el engaño de la democracia.

³ Paola Díaz Lize. Vergüenza: Abusos en La Iglesia Católica. Scielo.cl

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