Por: Victoria Aldunate Morales
Se murió en $hile un hombre parte del 0,01 % más enriquecido del país. Miembro de las clases que gobiernan y someten a todos los pueblos que habitamos estos territorios.
Fue presidente de la República, lo que no tiene nada de raro, porque las “Repúblicas” son estos engendros de colonizadores, patrones y ricachones, que funcionan por y para ellos.
Si incluso cuando privilegiados renuncian a sus clases acomodadas para revolucionar “algo”, imaginando ilusamente que lo harán “desde dentro”, terminan unos – los más verdaderos- con golpes de E$tados, muertos, torturados y desaparecidos, y los otros -los rastreros- siempre uniéndoseles a los demás ricachones. Y es que esa cantinela absurda de “hacer el cambio desde dentro”, en los siglos pasados pudo sonar hasta dicharachero, pero en el siglo XXI es un reverendo fiasco. Burdo. Tal como hoy, el show de la muerte de este señor ahogado: Performances honoríficas y guiones descomunalmente hipócritas que rezan que el señor fenecido “jamás violó los derechos humanos” de los paupérrimos y las marginales que anduvimos protestándole en sus calles militarizadas y policiales.
Un guioncillo precario el de este Gobierno. Omite las malversaciones de fondos bancarios que hizo el caballero, y se arrastra pregonando que el finado en cuestión era un gran “consejero”, y por eso “a pesar de su corta edad”, ellos quieren seguir su ejemplo republicano… Pero no necesitan cumplir más años, si ya lo están haciendo perfecto, y con el codo borran, lo que escribieron con la mano.
Ya han creado leyes especiales para criminalizar y eliminar a empobrecidas y mapuche. Los nuevos republicanos gobernantes, otrora “izquierdistas”, disque “sabia nueva”, no tienen nada que envidiarles a los Kast, Piñera o Milei. Son solamente distintas estéticas porque los actuales llevan aros en la nariz, cabellos innovadores, algunos son medio cuirs y con tatuajes clandestinos bajo los trajes descorbatados.
Y es que la plana mayor, son privilegiados de clases acomodadas y de clase política de toda pinta a lo largo del espectro izquierda-centro-derecha. Y si no lo hubiesen sido, ya lo lograron, porque de eso se trata la República, de aspiraciones individuales y aburguesadas. A la “sabia nueva” le enamora esto porque a los de baja calaña les sube el pelo, mientras a los acomodaditos hijos de nobles izquierdistas, le da un horizonte presidencial.
Si lo raro acá fue cuando pobretonas y mapuche (como nosotras), armaron sus listas del pueblo para disque “refundar” constituciones, letra sin cuerpo, gobiernos de y para los ricos, que jamás contendrán una sola hebra de justicia social, porque toda esa basura viene parida del mismo falo de los que fueron capaces de pagar por par de orejas y par de senos de selknam. Esos son los ancestros de los que más tarde volvieron su mirada perversa para otro lado, cuando sus esbirros tiraban gente torturada al mar. Sus hijos leen una Biblia que les anuncia ambiguamente que los ricos no van a entrar a su “reino de los cielos”, que “más pasa un camello que ellos”, pero, ellos, ridículos y soberbios, siguen rezando, porque solo creen en su plata y “sus buenas costumbres”.
De los mismos es el muerto ilustre. Un personaje lejano a cualquier «santidad”, responsable de muertes, mutilaciones y violaciones, que como solía hacer -entre empleadas, choferes, jardineros, niñeras y otros sirvientes-, se fue en su helicóptero privado y personal a almorzar con otro ricachón que vive junto a un lago del Wallmapu (invadido por su clase colonizadora). Y el error fue, ni más ni menos que, en vez de tomarse un bus o un vuelo de primera clase, tomó el helicóptero de nuevo para –tal vez- así aprovechar el día y la catástrofe. Sabido es que estos gobernantes podrían ganar votantes cuando en las catástrofes, pagan u organizan “reconstrucciones” con la plata del mismo estado que saquean.
Lo único que diferencia a los republicanos gobernantes de $hile entre sí, hace algo menos de 2 siglos –con escasas excepciones- es la generación y la pinta, nada que signifique ética, lealtad, verdad, justicia… Solo corbatas más, corbatas menos y aritos de nariz.-