Durante la mañana de este martes 15 de marzo, el gobierno a través de la ministra del interior Izkia Siches trató fallidamente de ingresar al territorio ancestral perteneciente a la comunidad Autónoma Temucuicui, para concretar una reunión con Marcelo Catrillanca, padre de Camilo Catrillanca, joven mapuche asesinado en noviembre del 2018 por sicarios del comando jungla, sin embargo esto fue impedido por grupos de weichafe que bloquearon el acceso e impidieron la entrada del gobierno a la comunidad.
Un auto incendiado bloqueó la entrada del gobierno a la comunidad Autónoma Temucuicui, junto a el un lienzo que decía: «Izkia Siches: Mientras existan Presxs Políticos Mapuche no habrá diálogo. Por Camilo Catrillanca y por todos los caídos en combate. En Wall Mapu no aceptaremos ningún $oborno de un estado asesino. FUERA FORESTALES Y LATIFUNDIO, NO MÁS MILITARIZACIÓN. RESISTENCIA MAPUCHE».
Las razones para rechazar el «diálogo» con el gobierno son evidentes, las condiciones actuales resultado de un largo y continuo proceso colonialista, no establecen el escenario propicio para establecer ningún tipo de diálogo con el ente ejecutor de esta violencia estructural racista.
Nos preguntamos si el Estado de Chile al realizar visitas diplomáticas con otros países, aterriza en ellos sin dar aviso a sus autoridades, si algún personero de gobierno pisaría territorio ajeno sin pedir autorización a quienes organizan y lideran esos territorios. Suena casi imposible, sin embargo la visión colonialista del estado chileno impidió nuevamente que este y sus representantes hicieran algo mínimo, respetar y seguir los protocolos sociales y políticos del pueblo mapuche.
En una entrevista al medio Interferencia el lonco de Temucuicui Autónoma, Víctor Queipul, expresó:
“Nosotros tenemos nuestra propia vigilancia, si quieren entrar así están muy equivocados. Soy yo el que representa a la comunidad… los asesores están equivocados, porque no saben con quién deben hablar, dialogan entre ellos».
Víctor Queipul
De igual forma la autoridad mapuche, comunicó al mismo medio que ningún personero de gobierno se puso en contacto en él, ignorando y pasando por alto el protocolo mapuche. Este protocolo es fundamental para establecer cualquier tipo de contacto, en un territorio fuertemente golpeado por la violencia racista del estado, un territorio qué cuenta con 16 presos políticos, en el cual se han desarrollado violentos allanamientos que han dejado personas heridas y torturadas, uno de los más violentos ocurrido el 7 de enero del 2021, dejó incluso registros de detenciones y torturas a niñas y niños de la comunidad.
La responsabilidad del estado en el proceso de usurpación territorial ejecutado a partir de la «pacificación de la Araucanía», punto de inicio de las políticas colonialistas emprendidas por $hile, parece estar lejos de ser reconocida por el nuevo gobierno «progre», que enarbola conceptos académicos de plurinacionalidad sin salir de su espacio de confort, desentendiéndose de la continuidad de la violencia racista institucional ejecutada por el estado y sus poderes, pues para estar en este punto, $hile y sus diferentes gobiernos han utilizado el poder ejecutivo, el legislativo e incluso el judicial para mantener el sometimiento del pueblo mapuche e intentar interrumpir cualquier proceso que les lleve a la autodeterminación.
La comunidad Autónoma de Temucuicui con este boicot dejó en evidencia el trasfondo colonialista de las intenciones gubernamentales, representantes de un estado que justifica y ejecuta la violencia racista, un estado que no se hace cargo de la usurpación de las tierras mapuche que luego entregó con creces a colonos extranjeros, un estado que evade su responsabilidad en la invasión forestal en territorio mapuche, un estado que desconoce sus propios tratados, un estado que no logra bajarse de sus lógicas de poder occidentales porque se construye en base a estas.
En un territorio aún militarizado Temucuicui actúa en coherencia a su experiencia de resistencia y su lucha contra un estado genocida.-