Argentina| Comunidad Sisa Pacha contra la violencia machista en el movimiento indígena y las rondas sikuris «algunos dirán no son las formas»

Comunicado a toda la comunidad indígena y sikuri.

Por Comunidad Sisa Pacha, comunicadoras de TeleSISA

Nosotras mujeres indígenas que nos reconocemos con nuestro pueblo y nación en la urbanidad y ocupamos los medios de comunicación, haciéndole frente al colonialismo y patriarcado rompemos con todo tipo de cadenas.

El día 12 durante la Marcha del Contrafestejo, mientras realizabamos la cobertura de un día de lucha muy esperado para nosotras, nos dieron aviso sobre la presencia de un varón sikuri denunciado por violencia de género hacia quien fue su pareja. Ella, sikuri y también comunicadora, nos informó que su agresor caminó cerca suyo en un acto amenazante, lo que le produjo miedo y angustia, razón por la cual intentó irse de la marcha.

Nuestra hermana, hace años sufre el hostigamiento de este violento, quien impunemente circula por espacios culturales y la expone de tal modo que provoca que se auto expulse de sus lugares de pertenencia y sociabilidad (grupo de danzas, grupo de sikuris, peñas). Lamentablemente la violencia de género se repite y está naturalizada dentro del movimiento indígena y de la comunidad sikuri.

Cabe señalar que algunas hermanas de nuestro medio, habían tomado conocimiento de su caso el día anterior y de manera conjunta con otras originarias de otros espacios, estábamos comenzando a pensar estrategias de acompañamiento. Sin embargo, ante el dolor de nuestra hermana decidimos actuar con lo que teníamos al alcance, movilizadas por esta situación de violencia. Frente a la falta de acciones y protocolos en el movimiento indígena y comunidad sikuri, nosotras tomamos la iniciativa de defender a una hermana y no dejarla sola, porque no se trata de una sola sino de todas.

Consensuadas las ideas, corrimos a buscar cartulinas, cartones, fibrones para expresar e interpelar a nuestrxs hermanxs: «BASTA DE MACHOS VIOLENTOS EN EL MOVIMIENTO INDÍGENA», «BASTA DE VIOLENTOS MACHISTAS EN LAS RONDAS SIKURIS».

Nuestra intervención dentro de las rondas sikuris, fueron un mensaje de que las mujeres indígenas no nos callamos más y que no estamos solas cuando hay violencia. Algunos dirán «No son las formas» o «no es el momento”. Nosotras sabemos que nuestra acción tiene un costo físico y espiritual pues vivimos en un sistema patriarcal y colonial por lo tanto conocemos la violencia que se activa cuando se realizan acciones contra este sistema.
Cuando existe un vacío frente a estas problemáticas, toda acción inmediata puede ser cuestionada, asumimos el costo priorizando la integridad de una hermana frente a un hecho de violencia.

Es importante remarcar que la exposición pública para los cuerpos- territorios de las mujeres racializadas e indígenas es una situación extremadamente incómoda, no es fácil realizar estas acciones y más aún cuando nunca antes se ha hecho en una manifestación de nuestros pueblos originarios.

Nuestros cuerpos cargan con las consecuencias del racismo que en muchas de nosotras han dejado marcas imborrables. Frente a esta situación pesaron las miradas de cuestionamiento y la presión histórica del silenciamiento de cinco siglos de colonialismo. Cuando nos paramos públicamente no sólo nos enfrentamos a un varón sino a todo un sistema colonial y patriarcal que nos han hecho creer que nuestras voces no importan y que nuestros cuerpos no son valiosos.

Romper las barreras de la invisibilización – como señalamos arriba – tiene un costo físico y espiritual que asumimos ya que buscamos cambiar paradigmas culturales y nuestra intervención fue un aporte para decir basta, pues es el costo de querer romper estructuras coloniales. Por otro lado ¿qué formas son las que tenemos que observar cuando se abordan estos conflictos? ¿La nuestra o la de los otrxs? Pues si queremos derribar el patriarcado sería bueno observar los mecanismos que mantienen la complicidad: no meterse, mirar para otro lado, minimizar y/o no problematizar las violencias con la comunidad.

Desde esta comunidad de comunicadoras nos pronunciamos contra el colonialismo, machismo y violencia de género e interpelamos a quienes amenazan la armonía de la comunidad. Pedimos estar atentxs sobre acusaciones y señalamientos hacia nosotras y hacia la víctima para desestabilizarnos.

No debería pasar que quienes denunciemos y acompañemos tengamos que exponernos de esa forma por la razón de que nadie hace nada, no debería pasar que las víctimas no sean oídas, que las que acompañemos también carguemos con el rechazo social. Es urgente que trabajemos las violencias al interior de nuestras comunidades y consensuar protocolos que garanticen espacios libres de violencia para el cuidado de todxs, sobre todo para las femeneidades que son las que más expuestas estamos por violencia de género. También sostenemos que debemos ser consecuentes con los valores de nuestras culturas: ayllu, yanantin, ayni, minka, sumaq kawsay. No podemos aspirar a vivir en armonía en comunidad si no ponemos en práctica esos valores.

A pesar del poco acompañamiento que tuvimos, fue valiosísimo para nosotras sentirnos respaldadas, por hermanas que nos abrazaron o se quedaron atrás de nuestros carteles. Sosteniendo nuestros cuerpos para no dejarnos caer, para no exponernos aún más en la soledad.

Escribimos este comunicado para explicar lo sucedido el día 12 de Octubre, pero también para advertir sobre los distintos mecanismos patriarcales y machistas que se hicieron presentes desde el momento que alzamos nuestras pancartas: el señalamiento, victimización, silenciamiento y la exclusión.

Por otro lado, no fue casual que un 12 de Octubre, mujeres indígenas hayamos irrumpido en el espacio público interpelando a nuestrxs hermanxs, pues nuestras ancestras hablaron. El 12 de octubre no sólo resistimos frente al colonialismo sino también frente a la violencia patriarcal y al machismo. NO HAY NADA QUE FESTEJAR Y TAMPOCO NADA QUE ENCUBRIR. Son muchos los relatos similares de violencia y abuso que nos llegan a diario, no podemos mirar para otro lado, hacer oídos sordos, hay que crear los espacios para el análisis y reflexión para apañar a nuestras hermanas.

Los valores del Ayllu deben reflejarse en el cuidado, preservar la integridad de la víctima y de quienes acompañan. Con esta filosofía es que decidimos acompañar de manera comunitaria a hermanas que sufren violencia.
Estamos en tiempos de warmi kuti, en tiempos femeninos donde nuestra Pacha y nuestras ancestras están hablando. Sabemos que el tiempo es hoy, es ahora, cuando tenemos que visibilizar nuestros reclamos y cualquier tipo de violencia hacia nuestros cuerpos-territorios. La lucha contra el colonialismo, no puede estar separada de la lucha contra el patriarcado.

Agradecemos a las hermanas que se comunicaron dejando su apoyo, apañe, abrazo, contención, escucha. Gracias a esta intervención otros casos salieron a la luz, porque como mencionamos, este no es un caso aislado, el patriarcado también nos atraviesa. Son muchas las mujeres que experimentaron violencia, pues existe la violencia machista en la comunidad sikuri y en todas las comunidades.

Adhesiones a telesisacomunicacion@gmail.com

Comunidad Sisa Pacha, comunicadoras de TeleSISA

PRIMERAS FIRMAS:
Argentina Plurinacional
Encuentro Plurinacional de Argentina
Feminismo comunitario Antipatriarcal Bolivia
Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir
Comunidad Kolla de Hurlingham
Comunidad Tres Ombúes
Comunidad Mapuche Urbana en Rosario Xavn Inay Levfv.
Purranche
Comunidad QOMPÍ (Garín, Escobar)
Columna Antirracista
Frente Pluricultural de mujeres y disidencias artesanes Rosario
Programa de Radio Con los Pies en la Tierra.
Frente Indígena Pachama («Volver a ser»)
ESI en Quechua
Jallalla Juventud
Ni una migrante menos
Runa Wasi
Vilma Diaz
Matamba-lbtiq+
Sandra Chagas de Matamba-lbtiq+
Anahi Lopez, sikuri kolla
Romina Paola Martienez
Luciana Moreno, Nación Mapuche-Tewelche, Furilofche warria (Bariloche)
Marcela Laudonio – Periodista y escritora – @incomodaok

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