Por: Cooperativa Mujeres Manos Libres
Las compañeras de la Cárcel de Mujeres de San Joaquín, están viviendo momentos muy duros debido al hacinamiento, la soledad de casi dos años de pandemia, y ante la ausencia total de soluciones por parte del Estado.
Hace unos días se inició el cierre del módulo laboral, tras la decisión de Gendarmería de construir una nueva torre en el lugar, por el crecimiento sin precedentes de la población penal femenina, ante las condiciones de pobreza en Chile.
Cabe señalar que de acuerdo a los propios informes anuales de Gendarmería, entre los años 1992 y 2002 se generó un aumento explosivo de la población penitenciaria femenina en Chile, creciendo en más de un 350%. De acuerdo a la misma fuente, en su mayoría son mujeres sostenedoras de familias con tres y cuatros hijos en promedio, encarceladas por microtráfico.
Esto último en respuesta ante la creciente precarización laboral, la falta de oportunidades, las brechas de género en el trabajo y la responsabilidad exclusiva en la cadena de cuidados en los hombros de las mujeres.
Como resultado del cierre del módulo Laboral en la Cárcel de Mujeres de San Joaquín, se inició una reubicación de la población penitenciaria pese a que los índices de hacinamiento son prácticamente insostenibles, «Estamos viviendo en un espacio de 6 baldosas más de cuatro personas y ahora ese espacio se reduce aún más. Comemos en malas condiciones y estamos bajo el estrés de estar presas, del covid, de no tener nuestras visitas de forma regular. Desde la semana pasada hemos sufrido numerosos allanamientos, nos dan vuelta y rompen nuestras pocas cosas», señala una de las internas.
Esta situación agrava las condiciones de salubridad al interior de la cárcel, que antes la pandemia ya eran bastante precarias, pues las internas no cuentan con acceso a salud, muchas de ellas padecen graves enfermedades, sin tratamientos, llegando incluso a la muerte por carecer de atención como ocurrió con Kayce Vigouroux que falleció el año pasado en la Cárcel de San Joaquín de un cáncer terminal.
Hacemos un llamado a la solidaridad activa con nuestras compañeras de clase, a levantarnos contra la tortura que el estado aun ejerce contra l@s más pobres de este país.