Lu Souza.
Administradora de CompaNegras.
El pasado 6 de Mayo del 2021 se produjo en la favela de Jacarezinho la segunda masacre más grande en la historia de Río de Janeiro con un saldo de 29 heridos y 25 muertos, desde el año 2007 donde un sangriento operativo policial en la favela de Complexo de Alemäo dejó 19 muertos.
Los medios oficialistas de Brasil titulan este hecho como «operativo policial en contra de red de narcotráfico deja un saldo de 25 muertos en Jacarezinho», siempre buscando justificar el accionar policial y buscando culpabilizar a las poblaciones faveladas.
En Brasil las favelas son unidades territoriales habitadas casi en su totalidad por personas negras, que así como en el mundo constituyen la población más empobrecida y con mayor índice de derechos vulnerados de la sociedad. El narcotráfico como problemática social está asociada históricamente a las poblaciones empobrecidas lo que contribuye a la criminalización, persecución y asesinato de estas comunidades históricamente con el argumento de estar atacando la situación de dicha problemática. Las vidas de las personas faveladas están atravesadas por experiencias que determinan que estén expuestas en mayor medida a habitar los márgenes del sistema para sobrevivir, haciendolas víctimas potenciales del terrorismo de Estado.
La pobreza estructural configura la vida de estas poblaciones negras que segregadas en territorios con características de hacinamiento concentran los más bajos índices de acceso a condiciones de vida dignas como son la educación, la salud física y mental, alimentación y vivienda, entre otras.
Lo acontecido en Río de Janeiro no fue un operativo policial fue una masacre (lo que en portugués se describe con el término »chacina») ya que el genocidio periférico es un proyecto de Estado que se viene desplegando a lo largo y ancho de América Latina y el Caribe en las últimas decadas pero que tiene su base en la construcción de los Estados modernos desde sus orígenes.
El presidente de Brasil Jair Bolsonaro y el ejecutivo del gobernador de Río, Cláudio Castro (un aliado de Bolsonaro) sostienen en medios internacionales y locales que los muertos en esta masacre están justificados por pertenecer al crimen organizado pero la realidad es que han muerto civiles de todas las edades, hombres y mujeres inocentes, ya que la balacera se produjo en pleno día invadiendo los pasajes de la favela, entrando a casas a la fuerza armados y cometiendo todo tipo de atropellos contra todos los habitantes de este lugar. De todas formas siempre encuentran la forma de justificar la muerte de las personas negras sin responsalizarse por las condiciones institucionales y sistemáticas que determinan la realidad de estas poblaciones.
¿Quiénes viven en las favelas? ¿qué características tienen esas poblaciones? ¿cuál es la historia de las poblaciones negras faveladas?.
No es sorpresa que la comunidad internacional se llame a silencio ya que los medios masivos de comunicación, incluidas las redes sociales, son quienes regulan los intereses de aquellas personas que naturalizan estos hechos desde la comodidad de sus privilegios y que sólo se interesan en la vida de las personas negras cuando la tendencia virtual lo impone.
LAS VIDAS NEGRAS QUE TANTO LES IMPORTABAN CUANDO EL ASESINATO DE GEORGE FLOYD NO SON LAS MISMAS QUE LES IMPORTAN CUANDO SE TRATA DE VIDAS NEGRAS FAVELADAS DEL BRASIL.
No fue un operativo policial fue una masacre contra las vidas negras en manos del terrorismo de Estado y las fuerzas armadas brasileñas, una vez más.
La solidaridad internacional con los habitantes de Jacarazinho y las demás poblaciones faveladas del Brasil no puede hacerse esperar.
JUSTICIA PARA JACARAZINHO.
PAREN DE MATAR VIDAS NEGRAS.
LAS VIDAS FAVELADAS IMPORTAN.
Esto tiene que parar.
Para más información; https://www.lapatilla.com/2021/05/07/brasil-favelas-operacion-policial/