A LA SOCIEDAD CIVIL, EN ESPECIAL A LAS MUJERES, LESBIANAS Y DISIDENCIAS DEL ARCHIPIÉLAGO DE CHILOÉ

Por Mujeres, Lesbianas y Disidencias Autoconvocadas, Agrupación de Mujeres Mestizas, La Araña Colectiva, M.I.C.A. -Movimiento Insular Comunidad Artística-

Como es de conocimiento público a nivel local, e incluso nacional, el pasado 10 de octubre una mujer denunció haber sufrido una violación grupal en el sector de Ten Ten, comuna de Castro. Debido a la extrema gravedad del hecho denunciado, un grupo reducido de mujeres, lesbianas y disidencias, comenzamos a brindar un intenso acompañamiento personal a la víctima, así como a generar redes para alcanzar un asesoramiento legal adecuado. De igual forma, se establecieron nexos con el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y el Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (SERNAMEG).

Con gran convicción tomamos la responsabilidad social de dar credibilidad a todos los detalles del relato. Esto considerando que, históricamente, innumerables denuncias por violencia sexual y de género han sido deslegitimadas por un actuar misógeno y patriarcal, tanto desde la institucionalidad como de parte importante de la sociedad civil, quienes en numerosas ocasiones han puesto en tela de juicio a las víctimas.

Durante los días siguientes a la denuncia, se acompañó a esta persona a hacer todos los trámites necesarios, entregando la mayor atención y contención posible. Así es como, se inicia una campaña abierta a la comunidad desde la Agrupación de Mujeres Mestizas para recaudar ayuda monetaria y poder asistir a la víctima en todos los gastos que pudiese tener. Este dinero fue transferido directamente a la mujer en cuestión, para de esta manera lograr plena transparencia en la utilización del mismo.

A una semana de los hechos, las mujeres, lesbianas y disidencias que acompañamos a la víctima en este proceso, alertamos ciertas variaciones e incongruencias en el relato entregado en primera instancia, como también en la desmedida urgencia con que ella demandaba que los dineros recaudados se le fueran transferidos. A su vez, pudimos identificar que la mujer presentaba algunas alteraciones respecto a la percepción de la realidad y del tiempo. En un principio se pensó que era producto de la situación traumática vivida, pero a esto se sumaron ciertos antecedentes que manejaban otras personas que le conocían de tiempos anteriores, pudiéndose develar que dicha persona posee -con mucha probabilidad- una enfermedad psiquiátrica no diagnosticada ni tratada. Por otra parte, datos del proceso jurídico aún en curso, iban indicando que el relato primario no se condice con los hechos realmente acontecidos. 

Ahora bien, teniendo en las manos antecedentes relevantes; como mujeres, lesbianas y disidencias queremos ser enfáticas en que no podemos desmentir una posible violación, sin embargo tal suceso, como la mujer lo relata, no ocurrió. Por ello, insistimos en que esto pudo haber sucedido en otro contexto y con otras características.

En definitiva, lamentamos profundamente esta situación, ya que pone en entredicho a muchas mujeres que han sido violentadas, abusadas y violadas, afectando una de las mayores luchas del feminismo.

Por último, y frente las diferentes aristas de este caso, reafirmamos lo siguiente:

  • ●       Rechazamos enérgicamente la postura tomada por la institución Policía de Investigaciones (PDI), al salir a dar un punto de prensa apresuradamente, sin tener toda la información en las manos, sin aún haber concluido los peritajes sexológicos y más grave aún, revictimizando a la posible víctima frente a la opinión pública.
  • ●       No damos pie atrás respecto a la convicción feminista de confiar siempre en la víctima, hasta el final y hasta las últimas consecuencias, como en este caso, ya que estamos convencidas de que este sistema  misógino y clasista no es confiable para buscar justicia ante nuestros agresores. Siempre creeremos en la palabra de aquellas personas que se reconocen como víctimas de una situación de violencia de género.
  • ●       Reconocemos esta situación como un aprendizaje y una gran oportunidad de afinar nuestros protocolos de acompañamiento a víctimas de agresión sexual. Asimismo, pudimos reconocer grandes falencias en el apoyo institucional en cuanto a lo que se refiere a salud mental, sugerimos encarecidamente la necesidad de realizar peritajes psiquiátricos, seguimiento sistemático y contención profesional a las víctimas de agresión sexual. De tal manera, se podrá identificar si las mujeres en dicha situación requieren de ayuda profesional para sobrellevar experiencias de este tipo.
  • ●       Aborrecemos el actuar de los funcionarios de PDI que durante la tarde del 15 de octubre dispararon balines a un grupo de mujeres que se concentró a las afueras de la institución en Castro. Este acto fue absolutamente desmedido, sin ningún tipo de criterio y falto absoluto de humanidad. Disparos a quemarropa, a menos de 1 metro de distancia, a un grupo donde había también bebés, niñas, niños y adolescentes. Exigimos sumario y destitución de todos los involucrados.

Desde los diversos feminismxs, individualidades y organizaciones de mujeres, lesbianas y disidentes de Chiloé: “afrontamos las consecuencias todas unidas”.

Agradecemos y ponemos en valor la gran red que se ha tejido a lo largo del Archipiélago y fuera de este, que demostró ser fuerte y cohesionada.

Creemos fehacientemente que hicimos lo correcto, y lo volveremos a hacer una y otra vez hasta que la violencia hacia las mujeres y disidencias sexuales haya sido erradicada, porque ante una sociedad que cuestiona a la víctima y no al violador, siempre estaremos nosotras/es para creer primeramente y prestar toda la ayuda necesaria para afrontar los procesos posteriores.

Fotografías Ana Karina Delgado.

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