Danilo Valderrama, joven de 32 años, cumplirá este 14 de noviembre un año en prisión preventiva, privado de libertad y de su derecho a un juicio justo, luego de ser detenido por policías infiltrados y encapuchados, que lo siguieron por al menos 5 horas antes de su detención, montando durante este período un perfecto escenario para inculparlo.
Por La Zarzamora
Hace poco menos de un mes que carabineros de $hile se vio nuevamente envuelto en una confusa situación, al quedar al descubierto un policía infiltrado en la población Lo Hermida, Comuna de Peñalolén en Santiago. El agente en reiteradas ocasiones relataba vía wsp a las vecinas y vecinos de organizaciones sociales, distintas fórmulas y estrategias para sorprender con un ataque armado en contra de su misma institución. Al ser consultados los altos mandos de esta situación, ellos describen estas acciones como “estrategias de carabineros y que tales funcionarios se encuentran bajo el amparo de la ley de inteligencia”. Pero para la opinión pública y para varias organizaciones de familiares en apoyo a Lxs Presxs Políticxs de La Revuelta, el descubrimiento de esta estrategia solo deja al descubierto que su real objetivo, es promover acciones violentas para luego justificar la represión y montar escenarios perfectos para inculpar a la ciudadanía.
Una situación similar fue la que experimentó Danilo Valderrama, trabajador de la construcción, quién el día viernes 15 de noviembre del 2019 decidió salir a la calle a manifestarse a casi un mes del inicio del estallido social, los motivos;
“La desigualdad Social y ver las violaciones de los derechos humanos, ver como se asesinaban inocentes por culpa de un weón que nunca jamás dará la cara como hombre, porque tiene perros con poder que lo hacen por él” (sic).
A Danilo, al igual que miles de personas a lo largo del todo el país, lo motivó la injusticia social, la misma que aún sigue operando como motor fundamental en este País. Ese día 15 en la madrugada, recién se había firmado el “Acuerdo por la paz y nueva constitución”, pero la calle no paraba porque finalmente se entendió que quienes firmaban estos acuerdos son los mismos que fomentan la desigualdad.
Danilo Valderrama se dirigió esa tarde a plaza dignidad a manifestarse, a gritar su rabia, relata que eran cientos las personas en el lugar, al llegar a la multitud en algún momento tuvo la sensación de que un grupo de jóvenes encapuchados lo seguían, tuvo algunas dudas con respecto a ellos, luego descartó tal sensación al notar que de algún modo en el sector donde se encontraba, eran ellos quienes lideraban y organizaban.
Ese día Danilo en medio de la efervescencia del momento, recibió a manos de estos encapuchados una molotov, inclusive se le facilitó el encendedor. Luego de arremeter fuerzas represivas a plaza dignidad, Danilo y decenas de personas son movilizadas por calles estratégicas, corriendo por al menos cinco cuadras, pasa por fuera de una farmacia ya saqueada y recoge especies de no más de $5000 pesos de valor, es ahí que Danilo se percata nuevamente de esa sensación de persecución, apura su marcha y da cuenta que es seguido por similares encapuchados, quienes lo detienen y suben a vehículo particular, en medio de gritos de manifestantes creyendo era un secuestro. Durante varios minutos lo trasladan esposado, amenazando con desaparecerlo esa misma noche. Jamás se le mencionó estaba detenido ni cual eran sus derechos. Hasta ese momento Danilo no sabía si eran policías o civiles, no portaban identificación y seguían encapuchados, fue bajado a golpes en un sitio eriazo donde se le exige reconozca sus acciones, entre reiteradas amenazas de muerte. “Te tenemos todo grabado weón, ya reconoce o hasta acá no mas llegai” (sic).
Danilo Valderrama comprendía recién en ese momento la situación, se dio cuenta que todo el tiempo fue seguido y manipulado, por su sed de justicia, a realizar acciones para las cuales él ese día no estaba preparado, Danilo Valderrama jamás salió de su casa con molotov, no fue una acción planificada, ni encendedor llevaba ese día; todo, incluso la dirección que siguieron, fue planeada por este grupo encapuchado.
Al reconocer que fue parte de un montaje no le quedo más que asumir, comprendió que la incitación y facilitación de esos «civiles» era parte de un plan orquestado por carabineros encapuchados, en ese momento lo vuelven a subir a la camioneta, lo esposan y notifican que esta detenido por porte y confección ley de armas y lo trasladan a una comisaría, ahí es bajado y vuelto a subir a un vehículo policial, donde se le registra fotográficamente siendo bajado por dos policías uniformados de una patrulla dando así por terminado el montaje.
Para los familiares de Danilo, ese día figuró como desaparecido, pues nadie se comunicó con ellos ni tampoco le dieron el derecho a su llamada, recién tras su insistencia se le permitió comunicarse al día siguiente.
Así, el joven maestro constructor, sin antecedentes penales previos, es llevado a la audiencia de formalización, en la cual la fiscalía ya contaba con todos los registros audiovisuales de las acciones de Danilo, registros elaborados y entregados por Carabineros, convenientemente en ninguno de estos registros figura este grupo de encapuchados, con estos antecedentes, el juez rápidamente determina prisión preventiva.
Para Danilo, todo este periodo encarcelado en el recinto penitenciario Santiago 1, ha sido para darse cuenta de lo fácil que es en $hile criminalizar las manifestaciones y los movimientos sociales, y como esta prisión es un instrumento político.
Fiscalía, con las pruebas entregadas por carabineros, solicita 14 años de prisión efectiva, por lanzamiento y elaboración de molotov más el supuesto saqueo a la farmacia.
Danilo es otro más de los presos políticos en $hile, castigado con cárcel por luchar y participar en la revuelta. mañana Danilo se presentara ante tribunales en un Juicio Oral, donde se le leerá su condena. Desde la cárcel envía esta nota a todes quienes siguen resintiendo y luchando como el.
Exigimos para Daniel Valderrama y todxs lxs presxs políticos libertad inmediata o un cambio a su medida cautelar a arresto domiciliario, nadie puede ser considerado “un peligro para la sociedad” por dar cara a este sistema opresor y asesino, que durante la revuelta dejo muertos y varios mutilados, defendiéndose de la represión.