Por Karina Martínez Bendel. Abogada voluntaria de la línea de acompañamiento feminista.
La Violencia Intrafamiliar (VIF) se define según la Ley N° 20.066 como: “todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él. En este último caso, la Violencia Intrafamiliar hacia la mujer implicaría todo maltrato, físico y/o psicológico, por parte de su cónyuge o conviviente”.
En este último tiempo hemos vivido brutales ataques a mujeres que lamentablemente les han causado la muerte, como es el caso de Antonia Barra, Ambar Cornejo, Norma Vásquez, entre otras. Casos que a través de los medios de prensa han sido emblemáticos y se han visibilizado a nuestra sociedad, sin embargo, existen miles de casos de víctimas anónimas que no son escuchadas y no tienen las herramientas para alzar la voz, ello las pone en inminente peligro ante su agresor por la violencia que viven a diario de todo tipo tanto sexual, psicológica, física, económica, etc.
Ante estos preocupantes acontecimientos a nivel país, y en especial en el contexto de emergencia sanitaria que nos encontramos actualmente producto de la pandemia a nivel mundial, que obliga al confinamiento de la población y ello aumenta el riesgo y los hechos de violencia machista, nos vemos en la obligación como agrupación de mujeres profesionales en el área social, de las leyes, de la psicología y de la ayuda comunitaria, a aportar con un granito de arena a través de nuestros conocimientos, a fin de entregar un aliento y una puerta de salida a la problemática de violencia intrafamiliar que se encuentran viviendo miles de mujeres.
No debemos olvidar a quienes sufren de violencia machista, que al estar encerradas en cuarentena las expone en un constante riesgo día a día e intensifican las posibilidades de terminar siendo víctimas de un femicidio.
Vemos con preocupación que las políticas públicas no han sido suficientes a la hora de resguardar la integridad física y psicológica de aquellas mujeres que han sufrido violencia machista y son víctimas del miedo en su propio hogar por su agresor. Mujeres que en su mayoría no tienen una red de apoyo importante, ni independencia económica que les permita decidir terminar con esta situación de ataques violentistas a través de una denuncia, solicitando medidas cautelares a fin de salvaguardar sus propias vidas, las de sus hijos(as) y su núcleo familiar.
Es posible que un número importante de casos de violencia contra las mujeres no aparezcan en las cifras oficiales porque, por ejemplo, muchas no pueden salir de sus viviendas y denunciar.
Como línea de acompañamiento Feminista queremos de forma gratuita llegar a la mayor cantidad de mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, y entregarles herramientas que las empodere ya sea a nivel psicológico, social y legal para así animarse a terminar con un círculo vicioso de violencia a fin de salvaguardar sus vidas. Es por eso que al igual que otras medidas y líneas gubernamentales como el “fono orientación” del ministerio de la Mujer y Equidad de Género para mujeres víctimas de violencia, los canales oficiales de Carabineros de Chile, así como el nuevo Plan “Mascarilla 19”, que busca ayudar a las mujeres víctimas de violencia de género, también contamos con una línea telefónica donde un área de logística atiende el llamado en horario de atención de Lunes a Viernes de 10:00 a 12:00 horas, y luego deriva el caso a una de nuestras abogadas, psicólogas y/o trabajadoras sociales para apoyarlas de manera multidisciplinaria y así entregarles la mejor ayuda a la usuaria que sufre de violencia machista. Sabemos que esta iniciativa es una medida preventiva a fin de evitar una consecuencia irreparable como sería perder la vida. Por otro lado sabemos que una persona que sufre de violencia intrafamiliar y se acerca por fin a una comisaría a denunciar este delito es luego de mucho tiempo de haber sufrido violencia intrafamiliar y fue el momento que necesitó o tuvo valentía para ir a denunciar y ese justamente es el trabajo que hacen las psicólogas a fin de empoderar a la usuaria y entregarles la fortalezas necesarias para que decida tomar esta importante decisión, así también las abogadas queremos asesorarla e informarle todas las opciones legales que posee para poder denunciar, obtener las medidas de alejamiento del agresor y en definitiva saber ante que Tribunal se puede recurrir para denunciar el delito de violencia intrafamiliar.
Algunos medios han señalado que la violencia contra la mujer es una externalidad negativa del Covid-19, pues el confinamiento de una mujer víctima de violencia con su agresor aumentaría la probabilidad de ser aún más violentada. Pero las externalidades, positivas o negativas, se definen como efectos no esperados, y la violencia contra la mujer en este tipo de situaciones es un efecto esperado, fácil de prever. Podemos estar seguras que las cuarentenas y estos días de feriados en fiestas patrias aumentarían con seguridad las posibilidades de vivir agresiones en el contexto de violencia intrafamiliar, ello nos coloca en una urgente misión como línea de acompañamiento feminista de estar dispuestas y alertas ante la necesidad que manifiesten nuestras usuarias.
Según las estadísticas el mayor número de casos de violencia contra la mujer ocurre en un horario no laboral (después de las 18 horas) y principalmente los fines de semana, periodo en el cual se asume que la mujer está un mayor tiempo en la vivienda con su agresor. Esto es evidencia suficiente para esperar que, en un encierro total, el número de casos de violencia aumente.
Los hechos de violencia contra la mujer hoy se conocen, no son un problema privado, ni tabú, no se toleran ni se normalizan, por eso nuestro llamado es a denunciar, ya sean víctimas o testigos, necesitamos el compromiso de todos y todas las personas que conozcan situaciones de violencia y puedan denunciar.
Ser parte de este proyecto y crear conciencia en la sociedad nos impulsa para combatir la violencia machista y crear una sociedad libre de miedos, de limitaciones y donde las mujeres puedan expresarse sin el temor a perder su vida.
El 23,7% de los casos de violencia intrafamiliar contra la mujer ocurre en un horario laboral o de trabajo, mientras que un 76,3% en un horario no laboral, o sea, en la noche y fines de semana.
Saber cuándo y dónde ocurre la violencia contra la mujer, es un indicador para tomar decisiones de control y diseñar políticas públicas para enfrentar este fenómeno social, ya sea durante la cuarentena, o posterior a esta.
En los últimos años, en promedio un 48% de los casos de violencia intrafamiliar contra mujeres corresponde a violencia física y un 52% a violencia psicológica.
Los casos de VIF se clasificaron de acuerdo al día y horario en el cual se registraron. Se crearon dos categorías: horario laboral (entre las 8:00 y las 18:00 horas de lunes a viernes); y horario no laboral (desde las 18:00 horas hasta las 8:00 del día siguiente, incluyendo los sábados y domingo).
En la Tabla 1 se muestra que el 23,7% de los casos de violencia intrafamiliar contra la mujer ocurre en un horario laboral o de trabajo, mientras que un 76,3% en un horario no laboral, o sea, en la noche y fines de semana.
Diferenciando por tipo de violencia, cerca de un 79% de los casos de violencia física ocurre en un horario no laboral y un 74% de la violencia psicológica se ejerce en el mismo horario.
La Tabla 2 muestra que la mayor frecuencia de casos se registra sábado y domingo. Ambos días concentran un 37% de los casos de violencia. Por tipo de violencia, los fines de semana se concentran cerca del 40% y 35% de los casos de violencia física y psicológica, respectivamente. Por otro lado, no se observan mayores diferencias en las frecuencias de casos totales, y por tipo de violencia, en los días hábiles de la semana.
En la Tabla 3 se presentan las frecuencias de casos por día y horario laboral. Se observa que los casos que ocurren en horario laboral se distribuyen homogéneamente, con cerca de un 20% de los casos en cada día hábil y en cada tipo de violencia (en el horario laboral no se observa el día sábado y domingo por ser días clasificados por completo como un horario no laboral).
Respecto del horario no laboral, se observa un notable aumento los fines de semana, principalmente el día domingo. Ambos días concentran cerca del 50% de los casos los casos policiales de este tipo de violencia. En días hábiles, los casos de VIF en horario no laboral, o sea en la tarde/noche, se distribuyen homogéneamente alcanzando cerca de un 10% en cada día hábil.
Las Figura 1, 2 y 3 muestran la distribución horaria y por día de las frecuencias de VIF total contra la mujer, tanto física como psicológica.
Se observa claramente que los casos de violencia aumentan significativamente desde las 20 horas, una vez terminado el horario laboral, con una disminución de la frecuencia durante la madrugada. Es importante señalar que se esperarían registros constantes los sábados y domingos considerando que en dichos días la mujer pasa más tiempo con su agresor.
Si bien los casos de VIF disminuyen durante la madrugada, destaca el aumento que se observa los días sábado y domingo en dicho horario. Esta situación se complementa la información de la Tabla 3 que indica que el fin de semana concentra cerca del 50% de los casos de VIF ocurridos en un horario no laboral. Al desagregar por tipo de violencia, vemos que la violencia física aumenta en las noches de los fines de semana.
La evidencia presentada, indica que el mayor número de casos de violencia contra la mujer ocurre en un horario no laboral (después de las 18 horas) y principalmente los fines de semana, periodo en el cual se asume que la mujer está un mayor tiempo en la vivienda con su agresor. Esto es evidencia suficiente para esperar que, en un encierro total, el número de casos de violencia aumente.
La Tabla 4 se muestra la tasa promedio de casos de violencia intrafamiliar contra la mujer, así como la tasa promedio de casos por horario laboral. La violencia total, independiente del horario en que ocurra, presenta una tasa media de 1,13 mujeres violentadas por cada 100 mujeres, lo que implica que, en promedio, un 1,13% de las mujeres ha sufrido violencia intrafamiliar.
Por tipo de violencia, tasa promedio de violencia psicológica es de 0,6 y la tasa promedio de violencia física de 0,5 casos por cada 100 mujeres.
Según horario, la tasa promedio de casos VIF en horario laboral es de 0,28 mientras que en horario no laboral es de 0,85 casos por 100 mujeres. Por tipo de violencia, la mayor tasa de violencia también ocurre en un horario no laboral. En violencia física, se observa una tasa de 0,42 casos en horario no laboral respecto de los 0,11 casos por cada 100 mujeres que ocurren en horario laboral. La violencia psicológica presenta una diferencia similar, con 0,43 casos en horario no laboral respecto de los 0,17 casos por cada 100 mujeres que ocurren en horario laboral.
La situación en Chile es preocupante, pues la IV encuesta nacional de Violencia Contra la Mujer genera los siguientes resultados, el 41,4% de las mujeres encuestadas en todo el país, entre los 15 y los 65 años, indicaron que han sufrido alguna situación de violencia en su vida. Respecto a hechos ocurridos en los últimos 12 meses, ese número se mantiene estable en comparación a la última medición, donde una de cada cinco mujeres señala haber sido agredida. Los resultados que revelan que las mujeres ya no están dispuestas a aceptar más hechos de violencia. Hoy en día las mujeres ya no normalizamos situaciones que tal vez en otros tiempos y contextos no se reconocían como violencia, eso refleja el aumento de un 4%, entre el 2017 al 2020, entre quienes declaran haber sufrido violencia durante su vida.
Ha aumentado la cantidad de mujeres que en su vida han sido víctima de violencia intrafamiliar a un 41.3%, estadísticamente eso es significativo. Aquellas mujeres que no denuncian en la violencia psicológica y física lo hacen porque no era lo suficientemente grave, lo cual hace sumamente complejo llegar a estas mujeres que efectivamente están siendo víctimas de violencia. Por otra parte, ha aumentado muchísimo la cantidad de mujeres que denuncian que han sido víctimas de violencia en espacios públicos, espacios abiertos, casi un 47%. Tenemos una hipótesis de que las mujeres están siendo más conscientes de que eso constituye una agresión y ya no lo están tolerando y eso es un vuelco positivo, en eso es principalmente donde la línea de acompañamiento feminista desea contribuir y enfocarse creando una línea gratuita en el fono +56957617425, que permita que las mujeres víctimas de violencia se puedan comunicar a nuestra línea, ser contenidas psicológicamente, disipar sus dudas legales y ser ayudadas a nivel social si así lo requieren.