Por Tierra y Territorio, lesbianas feministas antirracistas
Sabemos que como activistas feministas no tenemos los recursos ni toda la fuerza (menos la institucionalidad y/o la hegemonía) para cambiar drásticamente el curso de lo que sucede, pero también hemos aprendido a hacer conciencia de la solidaridad de clase, territorial y feminista para enfrentar el dolor colectivo en nuestro caminar.
Creemos en la posibilidad de aportar reflexiones y algo más a esta crisis COVID 19, que antes que una crisis “de Salud” –en Chile- es la de un país inventado “desarrollado” a costa de cuerpos morenos, afrodescendientes, mapuche, empobrecidos, desechables para el capitalismo colonialista.
PANDEMIAS: VIOLENCIA PATRIARCAL Y ESTRUCTURAL.
Mientras a nivel estructural en “Chile” la Violencia contra las Mujeres siga siendo un “problema privado”, familiar y episódico, mientras el “femicidio” se reconozca sólo luego de que ya nos asesinaron, mientras el Estado chileno no asuma que debe sacar a los agresores y no a las agredidas de los hogares y comunidades, y siga ocultándonos los datos reales del COVID 19 en cada localidad, las ancianas, las mujeres grandes, las mujeres adultas y jóvenes, las niñas, las adolescentes, les empobrecides, seguirán siendo las primeras víctimas de toda pandemia. Es la complicidad del Estado con el Capital y el Patriarcado.
Mientras la lesbofobia, la transfobia, el machismo, el abuso sexual infantil, el racismo colonial, sean también prácticas de las comunidades que integramos (de izquierdas, anarquistas y en resistencia), y mientras algunas corrientes feministas e izquierdistas sigan contribuyendo a reforzar agendas de Estados y gobiernos neoliberales con proyectos de libertades civiles individuales y privadas, la Salud, la Vivienda, la Previsión, la Educación, continuarán siendo privilegios de la clase dominante. Ni el Capitalismo ni el Patriarcado serán destruidos.
Las “soluciones” del Estado chileno al servicio de los ricos, ha sido bloquear lo poco que existía de manera gratuita en Salud y Salud Mental como el programa Auge y programas de Salud Mental Infantil[1] en vez de entregar recursos para ampliar la emergencia del COVID 19. En su complicidad con el Capital, nos dan créditos y más plazos para endeudarnos, nada de condonaciones, protegiendo –como siempre- las ganancias de las trasnacionales y a las grandes empresas chilenas.
Las cuarentenas territoriales son ambiguas y funcionales al mercado de los ricos, dejando al comercio callejero y otres trabajadores precarios, en absoluta desprotección, y colocando a las mujeres y niñas que viven violencia doméstica y sexual familiar y del entorno, en peores condiciones que antes.
Todo esto -y más- sucede hoy, en un país donde el 1 por ciento de la población concentra un tercio de la riqueza del país, gana 3000 veces más que el 80 por ciento más pobre, y mantiene cuentas milmillonarias en paraísos fiscales.
Rabia, reflexión, creación y acción.
Somos parte de generaciones de brujas, meicas, curanderas y sabias y aprendimos que los cuerpos te recuerdan a punta de enfermedad que necesitas detenerte a recuperar fuerzas y re-crear tus ideas para la acción efectiva.
Agradecemos los numerosos lineamientos desde los espacios políticos no institucionales, algunos más reflexivos, algunos más prácticos que nos están enseñando a cuidarnos de la pandemia del coronavirus. Creemos que la negación no ayuda, el coronavirus es un riesgo, no hay alguna característica sacrosanta o empoderante, que nos mantenga a algunas al margen de lo que ataca a otras.
Por otra parte, las disidentas sexuales de distintos territorios y pueblos ya vivíamos en pandemia patriarcal constante. Hace muchas décadas que los movimientos feministas y lesbofeministas estamos realizando talleres, formas de intercambio, terapias feministas, planes de emergencia, publicando y distribuyendo información didáctica y reflexiva como instructivos, volantes, revistas, periódicos, fanzine y otros documentos, y muchas acciones para enfrentar la Violencia Patriarcal Estructural.
El fanfarrón[2] se sacó una selfie en territorio de Dignidad. Piñera, genocida, se fotografió, cínico,para fanfarronear su poder. Su gobierno representa la impunidad.
Entendemos que aprovecha el COVID 19 para liberar criminales de lesa humanidad[3], para militarizar y criminalizar más la protesta popular y reforzar la mentira en una patética competencia internacional sobre qué poderoso es más infame: ¿Piraña, Trump o Bolsonaro? (Busque las diferencias… El gobierno de Piñera nivela pa’abajo, no p’arriba). Su mensaje sería algo así como “hay otros que están peor”, al tiempo que las jubiladas y enfermos catastróficos, esperan en los consultorios de salud, en espacios reducidos, medicamentos que no están disponibles porque fueron desviados o son escasos.
Más rabia juntamos. Esta sana emoción que nos comunica que nos están humillando, que puede llamarnos a la reflexión para la creación de estrategias y confrontar al agresor, con verdad, justicia y autodefensa. (El resentimiento también puede inspirarnos a actuar en vez de encerrarnos en la sola envidia arribista a los ricos y privilegiados…).
En estos territorios colonialmente nombrados “Chile”, las feministas iniciamos hace más de dos siglos luchas de clase contra los capitales, pero también contra el machismo al interior de nuestros movimientos obreros, pobladores, anarquistas y de clase. Las mujeres mapuche inspiradas en el feminismo -o desconfiando de éste-, han sido parte activa y fundamental contra la razzia del Estado chileno hacia las comunidades mapuche en resistencia, y muchas feministas autónomas y populares pasamos a formar parte de las redes de apoyo a esas luchas, especialmente en las primeras décadas de la post-dictadura.
Desde la autonomía declarada en oposición a cualquier militancia partidista, (especialmente de los partidos que acceden al poder del Estado), organizaciones de base de mujeres y feministas, por treinta años hemos sido parte, por clase, raza, territorio y acción, de diversas luchas anticapitalistas y anticolonialistas.
Hubo años de enorme frustración por el sentimiento de que a pesar de nuestros esfuerzos, acciones, denuncias, la situación parecía no movilizarse hacia la destrucción de las hegemonías de clase, raza, territoriales, coloniales, de género, sexuales y neoliberales.
Llegamos a observar interesadas, pero inquietas un fenómeno de masividad espectacular[4]feminista que no desmoronaba ni desarmaba profundamente un feminismo depurado[5] de clase y raza. Seguía ahí –clarito- un feminismo neutral o más bien neutralizado. Y no es de las masas al feminismo… -parafraseando a Rosa Luxemburgo- si no del feminismo a las mujeres y comunidades. Pero Octubre 2019 nos llenó de alegrías y reactivó comunidades feministas autónomas y lesbofeministas, antirracistas.
El Año Nuevo (occidental) hacia 2020, en vez de pasarlo “en lo privado”, muchas estuvimos en territorios de Dignidad (Santiago), Revolución (Valparaíso) y en plazas de diversas regiones y localidades que se transformaron en lugares de lucha popular. Otras, en familia, celebraron “La Revuelta”. También, desde Octubre 2019, los meses que vinieron, nos costaron mutilaciones, torturas, violaciones, muertes, otras pérdidas y persecuciones que ni siquiera los medios al servicio de ellos mismos, pudieron negar. Le llamaron: “Estallido Social” para despolitizarlo porque un estallido es solo una bomba a desactivar. Pero nuestra esperanza es que los alzamientos populares no han terminado. La certeza de ello hay que construirla juntas, sin partidos ni caciquismos ni caudillismos, con organización, acción, y sin negar nuestras carencias, el patriarcalismo que nos habita y que necesitamos destruir.
¡Fin al negocio de los ricos!
Cuando las autoridades subrayan “el lavado de manos” como una medida “tan simple”, nos burlan otra vez. 1,4 millones de personas no tienen agua potable o alcantarillado en Chile. Las regiones de “La Araucanía” y la Metropolitana son las más afectadas, y la Región del Biobío que está rodeada de ríos, se encuentra en permanente sequía que las organizaciones sociales han denunciado como “saqueo”.
La encuesta institucional Casen 2017 reconoce que existirían 1.431.162 personas a los largo del país que no poseen servicios básicos como agua potable y red del alcantarillado. O sea, más del 7% de la población del país. La mayor crisis se vive en “La Araucanía” que registra 241.378 personas en esta condición; le sigue la R.M. con 224.499 habitantes sin agua.
MODATIMA (Movimiento de Defensa del Agua la Tierra y la Protección del Medio Ambiente) lo ha denunciado: Los privados hacen un «aprovechamiento» del agua de forma tal que termina por desabastecer al resto de la población. «Chile es el único país del mundo que mantiene privatizadas sus fuentes de agua desde la dictadura», «aquí los empresarios pueden comprar, vender o arrendar agua». «El modelo de gestión es absolutamente privado y una reforma al Código de Aguas no es suficiente”[6].
Lo que se requiere son transformaciones estructurales que no se llevarán a cabo mientras el clientelismo político inunde el Parlamento, a los partidos políticos, al Estado y a todos los gobiernos de turno, y mientras sea el Capital el que manda en Chile.
Fundamentales aparecen las estrategias que puedan colocar fin al saqueo del agua, expulsar a las 7 familias chilenas que monopolizan los recursos pesqueros, terminar con las mineras, con el robo de las telefónicas, con el negocio forestal y otros. Desarrollar nuevos sistemas alternativos para la sobrevivencia que no sean para la acumulación del capital. Recuperar y re-inventar tecnologías.
Creemos que son los movimientos populares, grupos de mujeres, comunidades mapuche, asambleas territoriales, las y los trabajadores y las poblaciones invadidas por los capitales quienes verdaderamente conocen (conocemos) las necesidades para la vida cotidiana de los territorios secuestrados. Somos quienes podemos coordinarnos y diseñar la recuperación de la vida colectiva con justicia económica, transitar al rescate de los recursos hídricos, mineros, de los bosques nativos. Y son las comunicaciones comunitarias y locales las que nos informen de propuestas y acciones. Así mismo, en el ámbito de los servicios, las empleadas públicas y otras trabajadoras, buscan (buscamos) reorganizar políticamente el tiempo, los territorios, el trabajo, recuperar la autogestión y la cooperatividad.
Todas las insurrecciones han hecho cambios estructurales. Las mujeres, las feministas, las lesbianas organizadas, siempre hemos estado en todos los sectores de la economía y en todas las revoluciones, revueltas, alzamientos populares. Somos trabajadoras, autogestionadas, técnicas, autodidactas con saberes, creadoras, profesionales e intelectuales empobrecidas, que podemos aportar desde lo macro o lo micro a nuevas formas alternativas de organizar los recursos de todas.
Sabemos que la Humanidad no somos ni la única ni la más importante especie sobre la Tierra. Está todo el resto de la Naturaleza y las demás especies que no se han concentrado en depredar para enriquecerse, que han tenido incluso que escapar -o no han logrado escapar- de nuestra violencia especista. Sentimos pena, rabia, vergüenza ante el dolor que les hemos causado a nuestras hermanas animalas, y vemos cómo hemos construido una sociedad torturadora que redunda en la crueldad entre nosotras mismas.
Pero no es justo hacer tabla rasa, no todos los miembros de las sociedades existentes tenemos el mismo poder, ni somos parte de las hegemonías que producen el Daño estructural. Justamente hemos trabajado como grupo de trabajo lesbofeminista antirracista desde 2014[7] denunciando y revelando la alianza criminal entre Estado, Capitalismo y Patriarcado, de grupos hegemónicos contra comunidades que resisten. Ha sido una construcción que tiene origen en las biografías, geografías, activismos y memoria de las mujeres feministas que nos contactamos, nos encontramos, hacemos redes y coordinaciones (eventuales, coyunturales o duraderas) para accionar en las propuestas del grupo de trabajo (y en otros activismos).
Tenemos algunas preguntas.
¿Necesitamos la agroindustria y los grandes mercados liberales-dinámicos en nuestros territorios y comunidades? ¿Queremos seguir haciendo desaparecer la frontera entre lo urbano y lo rural? ¿Creemos en colocar nuestras energías en el diseño y promulgación de leyes orientadas a promover, regular y proteger el desarrollo de los fenómenos capitalistas?…
¿Esto de “trans-versalizar género” nos ha servido? Si es así: ¿Para qué? ¿Qué relación planteamos las feministas autónomas con las instituciones? ¿Sólo des-institucionalizar? ¿Y cómo hacemos para NO re-institucionalizar?
ANTE EL CAPITALISMO ASESINO, SOLIDARIDAD FEMINISTA
Quien diga que las mujeres no hacemos nada en esta crisis sanitaria está normalizando -como a menudo- nuestro aporte sin distinguirlo, e interpretándolo –una vez más- como nuestro deber femenino.
Hay una experiencia comunitaria y recursos que las feministas hemos aprendido a gestionar para sobrevivir junto a quienes conviven con nosotras.
Para ser justas, las feministas hemos aprendido de las mujeres en nuestras vidas: madres, abuelas, profesoras, hermanas mayores, hijas adultas –muchas veces sólo niñas-, vecinas, amigas y compañeras de distintos territorios, pueblos y comunidades, que nos han enseñado a “cuidar siempre”… Cuestionamos esta enseñanza que nos ha generizado[8], y a la vez constatamos que como grupo humano, las humanas nos ocupamos hace siglos de la higiene y limpieza de los espacios. Incluso nos han dicho neuróticas y obsesivas o nos han tratado de “mujeres flojas” cuando no estamos en lo doméstico, porque al colonizador nunca le damos en el gusto, (y está bien, quiere decir que algo en nuestro interior se rebela y se revela contra el patriarcado).
Igualmente, hace siglos enseñamos a les niñes a lavarse, a cuidarse de los virus y enfermedades, y también hemos aportado a todas las comunidades que integramos, la medicina, además de otras formas de autocuidado. Es lo que nos han entrenado como “Cuidados” y que algunas corrientes feministas llaman “Economía de los Cuidados”[9], que se nos presenta también -según quien lo defina- como obligación “natural”, en lo que el lenguaje patriarcal nombra “ámbito privado”[10]; y que como por defecto, nos han especializado en hacer también en los ámbitos “públicos”: enfermeras, trabajadoras domésticas, profesoras y parvularias, trabajadoras de aseo, terapeutas…. Por eso mismo, por el agote corporal de siglos de obligaciones en nuestros cuerpos, es que muchas veces nos hemos negado a cumplir esa norma y costumbre de “cuidar”. Pero otras veces –sabemos- puede ser un aporte consciente de solidaridad feminista.
Creemos en la posibilidad de aportar reflexiones y algo más a esta crisis COVID 19, que antes que una crisis “de Salud” –en Chile- es la de un país inventado “desarrollado” a costa de cuerpos morenos, afrodescendientes, mapuche, empobrecidos, desechables para el capitalismo colonialista.
El mundo entero está en Pandemia, es verdad, y este es un territorio al Sur afectado también por la centralización de un Estado chileno que no reconoce el territorio mapuche ancestral, que persigue la lucha de resistencia de las comunidades, que arrincona al pastoreo y la vida colla, aymara, quechua, al norte y al centro, que quiere obligarnos a ser “chilenos” no importando si nos reconocemos de otro pueblo y/o descendencia, que nos universaliza y que también nos categoriza como “hombre” o “mujer”, aunque seamos disidentes sexuales.
El Capitalismo Mata[11]
La pandemia del coronavirus es tal real como la machista y la capitalista. Todas matan y nos colocan en riesgo en un sistema de Salud colapsado desde antes del COVID 19 y que no ha dado nunca respuestas eficientes a las mujeres que viven violencia que hoy están en un -más- riesgoso aislamiento social. No da lo mismo ser migrante indocumentada sobreviviendo en una vivienda hacinada, que chilena con teletrabajo en casa con espacio suficientes para la intimidad de cada miembro de la familia; no da lo mismo ser lesbiana o travesti autogestionadas en territorios marginalizados, que homosexuales y gays que habitan en el sector alto de la capital, tienen honorarios y sueldos asegurados. Ni da lo mismo ser mujeres con acceso a la salud privada, que jubiladas empobrecidas o pobladoras de campamentos y de la periferia de las ciudades, que sólo acceden a FONASA o a gratuidad.
Denunciamos una “salud pública” que ya antes de la pandemia no entregaba soluciones eficientes. Como es de dominio público en Chile ya antes de esto, la gente moría esperando una operación y/o un tratamiento de enfermedades catastróficas; ahora ni siquiera tiene fecha para la hora médica que requiere. El gobierno chileno en vez de ampliar los recursos para la pandemia COVID 19, bloquea programas de salud[12] que antes al menos daban una esperanza de atención gratuita. Y los que hoy se bloquean son los mismos procedimientos de salud que los ricos pagarán en clínicas sin esperar meses o años. O sea el gobierno chileno desviste un santo para vestir al otro.
En “Chile” hay mucho dinero concentrado y gente que tiene numerosas propiedades de lujo y veraneo. Viven en sectores altos de las ciudades, pueden trasladarse en helicópteros y aviones a sus lugares “de descanso”, con o sin cuarentena[13]. Acostumbrados a no frustrarse nunca, todo les es permitido porque dominan y controlan con su dinero. A sólo unos pocos kilómetros de los ricos al mismo tiempo, millones de personas no tienen espacio donde habitar y se hacinan en periferias urbanas, o sufren una ruralidad sin privilegios en las regiones más pobres. Es el caso de “La Araucanía” (Wallmapu), la región más pobre de Chile[14] y que en pandemia demuestra –otra vez- que el derecho humano a la salud es violado ininterrumpidamente.
Nada de lo que estamos viviendo es casual. La privatización que inició la Dictadura y continuaron cada uno de los gobiernos de post-dictadura (del color que fuesen) es despojo capitalista ejecutado por el 1 por ciento, el 0,1 por ciento y el 0,01 por ciento de los súper-enriquecidos o los milmillonarios, como les llaman también porque no ganan “millones”, sino “miles de millones”.
Chile es el segundo país con una extrema concentración de la riqueza en el mundo. Ni en Japón ni en Inglaterra, los ricos tienen tanto acaparado.
En el año 2010, el 1 por ciento de los súper-enriquecidos saqueó un tercio (el 31,1%) del ingreso del país, mientras que todo el resto de quienes habitamos Chile, debimos repartirnos los dos tercios restantes (el 68,9%). El Ingreso por cabeza del 1 por ciento más rico de Chile es 1.200 veces mayor que el ingreso promedio del 99 por ciento de la población y 3.000 veces mayor que el ingreso promedio del 80 por ciento más pobre de la población[15]. Un 80 por ciento que no deja espacio a lo que en Chile, las autoridades llaman “clase media”.
En América Latina cuatro sectores empresariales trasnacionales son los de mayor riqueza: Telecomunicaciones (19%), Bebidas (19%), Sector financiero (19%) y las Industrias extractivas (12%). Juntos comprenden el mayor número de milmillonarios, y solo tres países de la región concentran el 88 por ciento de su riqueza: Brasil con un 44 por ciento de la riqueza del mundo, México con un 35 por ciento y Chile con un 10 por ciento de la riqueza mundial.
Las elites enriquecidas en cada uno de nuestros países, utilizan mecanismos para controlar y dominar: Inciden en la orientación de las políticas públicas y la legislación, determinan prioridades sociales y económicas para su propio beneficio, trafican influencias, financian a los partidos políticos que acceden al poder del Estado (por eso ningún partido da garantías), hacen contrataciones de empleados públicos sobre la base de su militancia partidaria, priorizan políticas públicas asistenciales y perpetúan trampas de pobreza en vez de reformas estructurales con beneficio colectivo; controlan los medios de comunicación y uniforman los contenidos informativos[16].
Así se ha fraguado, a punta de saqueo de los recursos hídricos y la privatización esta crisis mundial que la nueva pandemia deja al descubierto.
IZQUIERDAS PATRIARCALES Y MUCHO PAÑO FEMINISTA QUE CORTAR…
No basta con pronunciarse contra la violencia machista y promoverse “en deconstrucción”, incluso con luchar en las calles, plazas, campamentos y comunidades mientras siguen sin verse, darse cuenta de cuenta de sus prácticas patriarcales, su misoginia contra las mujeres mayores, su política sexual de dividir a las mujeres, su heroísmo machista en consignas e imágenes narcisistas sobre sí mismos.
La doble militancia de un feminismo chileno “institucionalizado” (institucionalizador) en los partidos gobernantes fue –desde donde miramos- hacerse parte de gobiernos que favorecieron el despojo racista y la precarización de la vida de las mayorías urbanas y rurales. El ciudadanismo y un feminismo depurado de clase, raza y territorio, neutraliza al feminismo radicalizado y borra de la memoria al lesbofeminismo, reforzando la heterosexualidad obligatoria, el neoliberalismo y todas sus estructuras burguesas y coloniales.
Auto-organización y recomposición colectiva
Las instituciones difunden que las comunidades deben establecer acciones, roles y recursos y que incluso las personas con capacidades diferentes pueden tener roles y llevar a cabo acciones para el autocuidado colectivo. Sin dejar de ser importante esta categorización para la acción, pareciera aún más fundamental para las acciones colectivas territorializadas, la recomposición social. Hemos vivido procesos históricos coloniales y capitalistas, dictatoriales y neoliberales que han descompuesto y corrompido lo que en un pasado fuera solidaridad de clase y territorial.
La destrucción política, ambiental, social y económica, ha intencionado el surgimiento de enajenaciones como los consumos de sustancias para pobres, y así mismo se han generado desclasamientos: empobrecidos les roban a sus vecinas y a gente de sus mismas comunidades. Se han fortalecido las ya propagadas formas de violencia machista con nuevas categorías. Jergas populares enormemente misóginas en nuestras poblaciones, explotación sexual y secuestros de mujeres, niñes, migrantes, gente trans empobrecida y otras personas vulnerables que son torturadas y caen en el fuego cruzado de intercambio de drogas y rencillas entre pandillas y carteles.
Entre otras descomposiciones femicidas, están las justificaciones que le buscan a la violencia machista y patriarcal contra mujeres en nuestras comunidades, normalizándola.
Se neutraliza la violencia patriarcal entre nosotres, al punto que hemos tenido que escuchar millones de veces, en nuestros movimientos y comunidades, la afirmación repulsiva de que “la violencia contra las mujeres y les niñes, podría ser cultura, usos y costumbres”… Como si agredirnos a las mujeres no fuese una política de control y poder dominante. Y ahora, se justifica con el aislamiento: los agresores se estresan… ¿Y nosotras no?…
Cualquier actuación comunitaria, territorial y de clase, necesita revisar sus planteos “anticapitalistas” para develar si éstos revelan (o no) que las mujeres, las humanas y las animalas, NO somos objetos sexuales, NO estamos obligadas a lo doméstico, NO estamos a su servicio, NO “debemos” entregarles nuestras energías para su relajación y necesidades.
La violencia contra las mujeres -aunque pudiera explicarse por algún “uso y costumbre”- no se justifica.
No basta con pronunciarse teóricamente y en discursos contra la violencia machista. No basta con promoverse “en deconstrucción”.
Tampoco basta con luchar en las calles, plazas, campamentos y comunidades en resistencia contra el Estado agresor, si no reconocen, revisan, desarman y destruyen colectivamente las prácticas patriarcales que han usado como política sexual contra nosotras:
- Lenguajes y acciones misóginas, lesbofóbicas, machistas y transfóbicas,
- violencia moral contra las mujeres mayores en forma de supuestas “bromas”,
- violaciones correctivas a lesbianas visibles,
- violaciones dentro de la pareja y el matrimonio,
- violaciones, acosos y encubrimientos dentro de las organizaciones,
- abuso sexual infantil que niegan y se calla colectivamente,
- golpes que se definen “problemas de pareja”,
- secuestros y crímenes contra nuestros hijes y otros niñes cercanos
- Malos tratos y crímenes contra otros seres que amamos como mascotas y animales queridos…
Y tantas otras formas de violencia patriarcal que conocemos y denunciamos.
Muchas callan lo que les pasa por temor a peores represalias de sus agresores o del Estado hacia sus comunidades. Ellas deben elegir entre denunciar al agresor o dejar entrar la policía fascista a su territorio. Jamás un paco ha sido aliado de las comunidades que habitamos, lo sabemos, y creemos que las comunidades misóginas e inconscientes de su patriarcalismo, son también enormemente responsables del silencio de las agredidas.
Mucho paño que cortar en los feminismos
Por otra parte, sigue pareciendo inevitable volver a revisar las definiciones políticas de clase y territorio, más que como conceptos académicos y/o ideología.
El experimento neoliberal chileno de la Dictadura fue proseguido por todos los gobiernos de post-dictadura de la Concertación de Partidos Por la Democracia (más tarde nombrada Nueva Mayoría), con la salvedad de reformas que parecían buscar -para usar una expresión actual- aplanar la curva del empobrecimiento de muchos para el enriquecimiento de pocos.
Esas administraciones “izquierdistas” convirtieron la democracia liberal en la única “auténtica”, convencieron a buena parte de la “ciudadanía” que se requería gobernabilidad (Lagos), instituyeron que la economía de mercado se “autorregula” y anularon el debate sobre las consecuencias sociales y territoriales de todo eso. Siguieron el hilo del boom económico prometido por la Dictadura, es decir, créditos, endeudamiento, marginalización de los territorios populares, viviendas humillantes, educación y salud de mercado, pensiones miserables…
La doble militancia de un feminismo chileno “institucionalizado” (institucionalizador) en los partidos gobernantes fue –desde donde miramos- hacerse parte de gobiernos que favorecieron la agroindustria, la industria forestal y energética[17], el despojo racista y la precarización de la vida de las mayorías urbanas y rurales.
Parecía imposible que las ONGs feministas y que feministas en general, que habían luchado contra la Dictadura, tomaran ese rumbo. Pero estaba pasando en toda Latinoamérica.
Las ONGs, en general se enfrentaban a un mal escenario para su gestión. Llegamos a leer documentos de ONGs feministas que hablaban de “humanizar el desarrollo”[18], que ensalzaban las cumbres planteándose exitosas por articularse con el poder[19]. A la doble militancia le llamaron “cintureo”: “la conformación de un Tablero, la camiseta, por medio de la participación en la agenda de igualdad de género[20]…
Y en América Latina y el Caribe, el feminismo se dividió coherentemente con la realidad de las post-dictaduras en Autonomía e Institucionalidad[21].
En Chile, un feminismo representado como “el feminismo chileno” declaraba en los años 90 que “La Democracia está en deuda con las Mujeres”. No puntualizó qué democracia ni qué mujeres. Parecían universalizarnos. En 2002 el Comité 8 de Marzo conformado por una diversidad de organizaciones e instituciones feministas de Santiago, nos convocaba a la conmemoración del Día de la Mujer trabajadora por correos electrónicos, a colectivas y feministas sueltas, y en su invitación celebraba: “En Chile nuestra historia de lucha ha tenido logros importantes como el derecho a voto, la gestación de la resistencia social contra la dictadura, la creación del SERNAM, la ley de violencia intrafamiliar, la puesta en agenda de los derechos sexuales y reproductivos, los beneficios de FONASA para las trabajadoras rurales temporeras, la aprobación social para las mujeres ministras comprometidas con la defensa de nuestros derechos”…[22]. Luego, es cierto puntualizaban algunos embates de capital… Analistas políticas le llamaron a este proceso “la bancarrota del feminismo cupular”[23]. Nosotras lo nombramos “institucionalizador”[24] y criticamos su alianza con la Concertación y sus gobiernos. Denunciábamos que se buscaba erradicar la violencia contra las mujeres haciendo que los Gobiernos firmaran los tratados y convenciones sobre los DDHH de las mujeres, pero no se cuestionaba estratégicamente la estructura económica y política dominante. Problematizábamos un feminismo neutralizado que ha fortalecido una imagen de feminismo vinculada a las libertades civiles individuales y privadas, contribuyendo a las agendas de los Estados y gobiernos neoliberales, aceptando que mujeres seleccionadas por clase y territorio hicieran diagnósticos sobre las mujeres de clases populares, pero sin ellas o con algunas elegidas. Las tácticas de destacar algunas figuras distintivas étnicas y popularessuele buscar demostrar que hay (también) “representantes” de las “subalternas”, creando una falsa imagen de “diversidad”, negando diferencias de clase, raza y territorio. Negando la disidencia política al interior de los movimientos sociales.
No hubo oposición concreta tampoco de ese feminismo institucional al continuismo del terror policial en “democracia”. La colectiva memoria feminista, feministas autónomas, que es un grupo de mujeres que existió entre 2004 y hasta cerca de 2013, lo denunció en 2008 en el aniversario “18” del triunfo del “NO”[25].
Hay numerosos casos de mujeres luchadoras que seguían siendo criminalizadas. Entre otras, Marcela Rodríguez Valdivieso[26] baleada y obligada a exiliarse, juzgada por tribunales militares en 1990 (gobierno de Patricio Aylwin Azocar), a la que condenaron a 10 años y un día (o a pagar una multa de 12 millones de pesos) y que con el gobierno de Lagos Escobar (2000) fue liberada “por razones humanitarias”, pero obligada a exiliarse en silla de ruedas. Quedó discapacitada para caminar de por vida pues la Concertación de Partidos Por la Democracia nunca respetó sus derechos humanos: Gendarmería de Chile no le permitió la rehabilitación.
También está el caso de Flora Pavez Tobar detenida, encarcelada y torturada el año 92 (con Aylwin) y luego detenida por la misma causa en el año 2007 con Michelle Bachelet Jeria, cuyas candidaturas han sido ampliamente apoyadas por el feminismo partidista y a la vez hegemónico. Ese mismo año fue asesinado el comunero mapuche en recuperación del territorio, Matías Catrileo Quezada en Yeupeko y Patricia Troncoso Robles comunera mapuche encarcelada hizo una huelga de hambre de más de 100 días, al tiempo que Bachelet hacía una campaña contra la violencia intrafamiliar, pero omitía la violencia de su gobierno contra las mujeres mapuche. Flora Pavez nos dijo en una entrevista el año 2007, en la cárcel: “Luchamos por un Chile distinto y nos siguen castigando porque tuvimos la rebeldía de luchar por eso. Soy de las mujeres de los años 80, que a diferencia de las que hoy están en el poder, continuamos buscando un Chile justo…”[26].
A través de lo que va del siglo XXI, han seguido reproduciéndose diversificadas posturas institucionalizadoras. Desde las que apelan a identidades como “feminismo joven” por ejemplo, apelando a que “los debates políticos de varias décadas del movimiento feminista en estos territorios, no sería un problema político, sino “generacional”[27], hasta las corrientes ciudadanistas que apelan a lo masivo y a las nuevas olas.
Antes de la pandemia, debatíamos sobre “lo constituyente”. Creemos que las constituciones –como el “Desarrollo”– dentro de las reglas de la burguesía no se “humanizan” con “derechos ciudadanos”, libertades civiles individuales y privadas, y que responder a las “agendas” internacionales y gubernamentales, en vez de a nuestras propias necesidades de alzamiento y revuelta, solo refuerzan al Capital. No enfrentan la violencia estructural.
El racismo puede reciclarse incluso en domesticación “plurinacional” debilitando el control territorial. Las clases dominantes y la masculinidad patriarcal seguirán “incluyendo” a todas las identidades posibles: lesbianas, trans, mujeres de pueblos originarios, mujeres afrodescendientes, a pobladoras-clientas de los municipios y a militantes de cualquier partido (también de “partidos feministas”) para sus objetivos. Van a secuestrar -despolitizar y trivializar- acciones masivas y espectaculares, mientras les sirvan.
Para nosotras, como habitantes, trabajadoras y pobladoras de diversas comunidades, recomponernos y repararnos pasa por destruir lo construido en torno a los capitales que se apropian de todo lo viviente. También de nosotras.
Entendiendo que no somos una palabra definitiva ni inapelable, reforzamos la palabra y la acción de las feministas y lesbianas feministas que buscan(buscamos) construir nuevas formas de convivencia, antipatriarcales, que no respondan jamás a discursos institucionales -ya miles de veces repetidos- y que son justo los que nos tienen acá, donde estamos ahora…
WALLMAPU EN RIESGO, IDEAS, ACCIONES Y MÁS PREGUNTAS
Bajo esta realidad concreta en los movimientos y comunidades mixtas de las que somos parte, con una memoria histórica y una actualidad feminista muy complejas, es importante para nosotras pronunciarnos como lesbianas feministas.
Nuestras estrategias son nuestro mínimo aporte político al feminismo antirracista y es bueno explicitar nuestras miradas: estructural, territorial y de clase que son las que nos definen.
Vemos la importancia de fortalecer redes de solidaridad feminista con mujeres y disidencias sexuales de Wallmapu, de diversas periferias de otras regiones, y especialmente de comunidades urbanas en resistencia, junto con las comunidades mapuche en resistencia con las que ya nos coordinamos.
Es clase y territorio: Wallmapu en riesgo y resistencia
El gobierno chileno reconoce que en “La Araucanía” (Wallmapu), se registra la segunda mayoría de personas infectadas y muertas por el COVID 19. Esta región contiene al 5,8% de la población total de Chile en comparación con la región más afectada que es la Metropolitana y sostiene a más del 40% de la población total del país[29].
Al 19 de Abril 2020, se reconocen en “La Araucanía” 972 casos y 23 muertes confirmadas por COVID 19, mientras la zona más afectada sería la Región Metropolitana con 3.599 casos y 35 muertes[30].
El año 2020 nos recibe con enfermedad y muerte, y Wallmapu[31] al centro. Los alcaldes de “La Araucanía” al 1 de abril acusaban “un abandono del Gobierno ante la crisis por el Coronavirus”, en ese momento registrándose 453 contagiados y ya estando en el segundo lugar después de la R.M. con más gente infectada.
En una superficie extendida de 31.858 km cuadrados y con una población de 869.535 habitantes, Wallmapu es una de las regiones más grandes y pobladas, y también la más pobre del país. Según la mediciones institucionales CASEN 2017 (Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional) la Región de La Araucanía tiene la tasa de pobreza multidimensional más alta del país, 28,5 por ciento, con un alto número de población rural y los peores indicadores de salud nacional[32].
No obstante en 2018 con Piñera a la cabeza, se reconoció por la prensa sólo un 17,2 por ciento de pobreza y un 4,6 por ciento de “pobreza extrema” en la región. Incluso este gobierno celebraba una “baja” en un 6,4 por ciento de la pobreza y de un 3,8 por ciento de la “pobreza extrema” en Wallmapu, tomando como referente el año 2015. Y aprovechaba de decir que “por eso el presidente Piñera la tiene dentro de sus cinco ejes principales (“La Araucanía”) y estamos desarrollando el plan impulso que es de desarrollo productivo y que tiene por objeto, una mayor atención para salir de la situación en la que se encuentra la región”. También se arriesgaban a vaticinar que “fluyendo la inversión… nos va a permitir salir de esa pobreza de aquí a un par de años más de forma considerable”[33].
No solo nada de eso se ha cumplido, si no que el “Plan Impulso” se ha caracterizado por la mercantilización y saqueo del territorio mapuche con argumentos de “inclusión” de las comunidades mapuche al mercado agroindustrial, ganadero y de turismo; también ha sido un “plan” que ha mostrado una creciente militarización que empeoró el año pasado (2019), bajo el pretexto de la emergencia forestal por incendios en las regiones del Bío Bío, La Araucanía y Los Ríos.
El Ministerio del Interior chileno declaró zona de catástrofe a “La Araucanía” y lanzó a sus Fuerzas Armadas a restringir las libertades[34]. Las comunidades mapuche y las redes de organizaciones de apoyo a su resistencia, denunciamos que el Estado de Excepción en “La Araucanía” no era consistente con combatir incendios, si no con la represión a la protesta.
Los incendios forestales sucedieron solo unos meses antes de los alzamientos populares que surgieron principalmente en las zonas urbanas en todas las regiones del país.
Desde el Norte al Sur avanzó una Insurrección Popular que los medios de comunicación masivos e institucionales nombraron “Estallido”. No obstante, amplios sectores de las poblaciones de varios territorios abarcados por el Estado chileno, denunciábamos y accionábamos –desde Octubre- cotidianamente contra la injusticia social y política. Y diversas miradas feministas dejábamos en claro que “¡nunca más sin nosotras!”. Era una advertencia tanto a las instituciones como a los movimientos populares de los que somos parte.
Marzo 2020 nos contuvo a las feministas autónomas y a las lesbianas feministas antirracistas en diversos territorios, no solo en grandes y masivas marchas, si no en encuentros periféricos, no hegemónicos, de debate y reflexiones sobre plebiscitos, votaciones y/o control territorial, asambleas territoriales y populares autoconvocadas. Tal vez por todo esto, tan importante para cambiar los destinos neoliberales de nuestros territorios, es que con la llegada de la pandemia oscilamos en los movimientos populares y feministas entre la negación del alcance real de ellas en nuestras vidas y nuestra salud y el terror a la muerte ante el menor contacto humano.
En lo coyuntural esta pandemia fue desatada desde determinados sujetos de la burguesía y la pequeña burguesía chilena que suelen tener acceso a viajes institucionales y/o de lujo y que, habiendo podido hacerlo, no se responsabilizaron en su momento del contagio adquirido[35], extendiéndolo a mucha otra gente. Así mismo, las instituciones de “La Araucanía” y sus dirigentes actuaron de manera irresponsable en el manejo de los primeros casos COVID 19 conocidos[36].
En este escenario Wallmapu, zona empobrecida por todo lo ya denunciado y narrado sobre sistema económico y político vigente, es que está entre las más afectadas. El sistema hospitalario de “La Araucanía” está “bajo el promedio nacional en camas (1,4 por mil habitantes en la región y 2,1 en el país) y ventiladores (4,6 por 100 mil habitantes en la región y 9,2 en el país)”, y aunque Minsal anuncie “compra masiva de nuevos equipos” se advierte un «colapso».
“El hospital está completamente saturado. Ya lo estaba antes del Covid-19 y ahora se colapsó. Hace una semana se inició una operación de desocupar todas las camas posibles. La UCI también está colapsada”, “el quinto, el sexto y el séptimo piso están destinados exclusivamente a pacientes con coronavirus”. Hay “26 pacientes conectados a ventiladores mecánicos, para una capacidad máxima de 29” [37]. Es lo que se informaba hace unos días desde la Unidad de Infectología del Hospital Regional de La Araucanía, un recinto que está al máximo de su capacidad cuando aún, según las autoridades de salud, ni siquiera llegamos a la cúspide de la pandemia.
Sabemos que como activistas feministas no tenemos los recursos ni toda la fuerza (menos la institucionalidad y/o la hegemonía) para cambiar drásticamente el curso de lo que sucede, pero también hemos aprendido a hacer conciencia de la solidaridad de clase, territorial y feminista para enfrentar el dolor colectivo en nuestro caminar.
La nutrición y el sostenimiento del equilibrio del sistema autoinmune es fundamental para enfrentar a este virus que puede matar más que nada por pobreza, falta de acceso al agua, a respiradores y otros insumos. Son las mujeres y otras personas con condiciones como el hacinamiento, el envejecimiento y enfermedades de base, las que más están sufriendo no solo por el coronavirus, sino por la violencia machista desatada.
Advertimos como en las ciudades de Wallmapu los alimentos están subiendo de precio sin otra justificación que la especulación del mercado. Un saco de papas que antes costaba 3 mil pesos, hoy nos está costando casi 10 mil, la harina subió de 9 mil a 15 mil pesos. La parafina uno de los elementos que utilizamos en zonas empobrecidas para calentarnos, desapareció justo cuando se anuncia un baja en los precios de los combustibles. Así nos perjudican. Esto refleja lo que está sucediendo con los precios y los insumos necesarios para protegernos y alimentarnos. Las más desposeídas de la Región más pobre, están intentando sostener la salud de sus comunidades con menos de lo mínimo requerido.
En esta compleja coyuntura, los campamentos que se han formado en búsqueda del negado “derecho a la vivienda”, a nivel nacional son cerca de 802; en la zona de Wallmapu, según informaciones de prensa hubo un aumento “disparado” de los campamentos en enero-febrero 2020, con un total de 48 tomas, donde habitarían cerca 1.927 familias en las comunas de Temuco, Padre las Casas, Villarrica y Loncoche”[38]. Es posible que estas cifras queden cortas pues hay observadoras que reportan muchas más familias distribuidas en diversas Tomas de terreno. Lo concreto es que en Wallmapu, la R.M. y otros territorios, muchas comunidades auto-organizadas en lucha y resistencia al sistema burocrático y económico, que les niega la vivienda, hoy tienen más riesgo de ser alcanzadas por el coronavirus, y en condiciones del colapso del Sistema de salud público.
Las Tomas de Terreno son comunidades que resisten al sistema capitalista tanto como lo han hecho en ruralidad las comunidades ancestrales; otra primera línea de lucha contra la construcción clasista del Estado neocolonial. Un Estado que utiliza la violencia de la burocracia de un complejo sistema de oficinas donde parece no haber responsables, reflejando la tiranía de gobiernos locales y centrales que intentan hacer imposible la localización de las responsabilidades y la identificación del nuestros enemigos[39], parafraseando a Hanna Arendt, sobreviviente del Holocausto. Son oficinas que no responden a la denuncia de hacinamiento, pero que crean planos reguladores que protegen los intereses de los privados que se han adueñado de los territorios por apellido y tradiciones familiares, y burócratas a su servicio, que crean presupuestos para allanar el camino a constructoras y a trasnacionales que estrujan al pueblo[40].
Como Tierra y Territorio, lesbianas feministas antirracistas[41], en este documento hemos querido analizar, reflexionar y recopilar muchas de las ideas ya difundidas por nosotras a través de estos años de activismo.
Tal cual les sucede a muchas compañeras feministas, lesbianas feministas de base y autónomas, las dificultades cotidianas de la sobrevivencia, nuestros trabajos asalariados y la rapidez de los acontecimientos, no siempre nos permiten elaborar el hilo conductor de nuestro activismo, pero estas ideas han estado en la base de lo que hemos escrito y publicado y accionado en Tierra y Territorio.
Trabajamos hace años en el Intercambio de saberes feministas y facilitación terapéutica gestionando nuestras propias sobrevivencias y a la vez solidarizando con compañeras que en determinados momentos no han podido acceder a esas atenciones por sus propios medios económicos. Hemos actuado como equipo analizando historias de vida para orientarnos mejor con las consultantes (varias ven mucho más que terapeuta aisladas).
En esta crisis de aislamiento social y secretismo en torno a la realidad política-fenomenológica del COVID 19, lo seguimos haciendo por medio de plataformas en línea (virtuales), lo que nos ha mostrado limitaciones, pero así mismo posibilidades de llegar a compañeras que están en aislamiento, cuarentena o simplemente alejadas territorialmente, por medio de los teléfonos y los minutos (de redes sociales) a los que hemos tratado de acceder, con los que hemos buscado aportar a las compañeras y a la red de terapeutas para el apoyo feminista mutuo.
Facilitamos saberes feministas, memoria política, trabajo con biografías de clase, género y territorial, cartografías, ideas, creaciones que potencian la conciencia política del sentido aportador del feminismo en las vidas de las mujeres y las disidencias. Creemos en integrar en profundidad el feminismo en nuestras vivencias, desde lo reparador terapéutico hasta lo comunitario despatriarcalizador. Facilitamos procesos terapéuticos individuales y colectivos desde un enfoque terapéutico feminista vinculado a la autoconciencia y la autonomía, con activistas de comunidades en resistencia; buscando favorecer el bienestar, el autocuidado, potenciando la creación de instrumentos propios de sobrevivencia que no prioricen la negación del dolor, si no la creatividad para enfrentarlo y elaborarlo integrándolo a sus biografías como elementos de sabiduría, rebeldía, creación y memoria política. Creemos en la terapia feminista por encima de psicologismos que utilizan términos y obedecen a un sistema patriarcal milenario que ha construido vínculos de odio, de daño, de guerra y depredación, vínculos de competencia, de control y poder entre nosotras. Sabemos lo importante que es para el auto-fortalecimiento un contacto reparatorio mutuo (todas tenemos esos saberes), que incluya lo íntimo y singular junto con una comprensión relacional y estructural de la realidad colectiva de la que somos parte. Priorizamos desestructurar miradas e ideologías que buscan “adaptar” a las personas a sus malestares haciéndoles funcionales al sistema productivo y familiar (neoliberal y patriarcal), en detrimento del bienestar singular y colectivo que se podría llegar a lograr con autoconciencia y memoria.
Quizás una dificultad de esta propuesta es y seguirá siendo un alcance limitado que también la protege de la institucionalidad, pero por otro lado, se da con mujeres que lo solicitan desde diversos territorios y quienes a su vez pueden replicar estas conversaciones y energías liberadoras con otras.
En el área de Contra-información, desde 2014 denunciamos la persecución, prisión política y asesinatos de defensoras de la tierra y el territorio por el Estado chileno. Escribimos y publicamos -entre otros- reportajes: Mentira judicial, mentira política[42], El Estado chileno cazando brujas[43], El Estado chileno no reconoce los derechos de la presa política mapuche Francisca Linconao[44], Machi Francisca Linconao arriesga presidio perpetuo[45], Defensor de Francisca Linconao: “La machi es inocente y lo vamos a probar nuevamente”[46], Amenazas a la Machi Francisca Linconao mientras todo el territorio exige su libertad[47], Temuco: Se toman sede regional del Ministerio de la Mujer en favor de la liberación de la Machi[48]. El año 2016 revelamos el que nombramos femicidio empresarial de la defensora mapuche Macarena Valdés en Liquiñe, Tranguil[49] (y 13 columnas más sobre esta defensora hasta 2019).
Hemos ido construyendo una mirada lesbofeminista antirracista para revelar el sentido patriarcal, capitalista y misógeno del Estado chileno, la violencia estructural y patriarcal que ejerce. Hemos hecho y hacemos esto por medio páginas web, fanpages, twuiter e Instagram, en columnas, reportajes, entrevistas y otros documentos en páginas que nos han querido publicar –otras nos ignoran-.
Estamos editando un libro de testimonios de defensoras de la tierra y materiales de facilitación para uso en talleres, encuentros y otras actividades de autocuidado, que sirvan como herramientas de base para la creatividad y aportar a los saberes de las mujeres feministas que trabajan con mujeres y otras personas. Aunque hoy nos encontramos con la dificultad de que las editoriales y los impresores libertarios que nos apoyan[50] están sin insumos (hasta nuevo aviso).
El área que sostiene a las otras dos anteriores es Gestión. Hemos aprendido estrategias de comunicación y seguridad digital y las estamos transmitiendo a otras. Intentamos organizar y re-aprender los saberes que ya tenemos y que nos enseñan nuestras redes para derivaciones de consultantes a apoyo legal y de salud. Organizamos los intercambios de saberes, talleres e intentamos una red logística con otras activistas que nos permita contactarnos para acompañamientos a mujeres y activistas que lo requieran. Nos coordinamos con otras terapeutas feministas y con compañeras acompañantes de abortos autónomos. En esta misma línea estamos creando coordinaciones para la entrega de algunos productos e insumos básicos a comunidades afectadas por la pandemia, y a las que podamos llegar. También publicamos en la medida de nuestros tiempos en @lesbofeministasantirracistas y @lapuntadaconhilo (fanpage)[51].
Hablamos de todo esto como una hoja de vida en la que hemos ido aprendiendo, desaprendiendo, destruyendo mitos que nos oprimían y tejiendo oficios de autoconciencia política. Como propuesta para la solidaridad feminista nos parece importante fortalecer las capacidades que tienen las comunidades para auto-identificar a la gente y seres más afectados por todo lo que rodea las pandemias; la creación de mecanismos de entrega de recursos a las comunidades afectadas, coordinarnos para gestionar recursos autónomos, auto-gestionados, recursos feministas que no amarren ideas liberales, ciudadanistas, institucionales. Por otra parte, no somos acaudaladas ni activistas con privilegios burgueses, por ende necesitamos recursos.
Tenemos más preguntas (siempre):
No pretendemos responderlas. Soberbia ideológica y académica, hay bastante. Proponemos debatir en nuestras comunidades, no negar que nuestras comunidades, muchas veces, disimulan y padecen de patriarcalismo y caudillismos. De ahí -tal vez- partir, hacia cómo queremos realmente vivir, en el modo y ritmo que cada comunidad se dé.
¿Cómo aportamos a recomponer nuestras comunidades destruyendo los patriarcalismos?
¿Estamos fortaleciendo los movimientos auto-reproductivos, autogestionarios, formas cooperativas de producción que han creado muchas compañeras jóvenes, anti-especistas, veganas y mujeres que renuncian a los privilegios de las profesiones universitarias?
¿Estamos dispuestas a renunciar a los poderes y privilegios (miserables y humillantes muchas veces) que nos entregan gobiernos, instituciones públicas y privadas, y universidades?
¿Cómo contribuimos a devolver el Cuerpo y la Autonomía colectiva a todos los seres vivientes?
¿Cómo recuperamos la reproducción y el apego que son colectivamente de nosotras?
¿Estamos contribuyendo al activismo de las aborteras autónomas en todos los territorios?
¿Cómo enfrentar drásticamente la Trata de humanas, animalas y otras especies?
¿Cómo avanzamos a la reunificación del valor de uso y el valor de cambio de la producción y el consumo?
¿Estamos problematizando nuestros consumos de sustancias y la violencia entre lesbianas y entre mujeres?
Se le pueden unir muchas más preguntas que no vislumbramos y no sabemos nombrar. El único lenguaje válido no es el cognitivo, discursivo, escrito; están la gestualidad, la respiración, el lenguaje de la piel, de los órganos del cuerpo, del cuerpo entero, los dibujos, los colores, la pintura, la música, el baile, también el fuego, el rayado y la barricada; y miles de formas más, ni humanas ni occidentalizadas.
Seguiremos trabajando con las redes y coordinaciones a las que hemos solicitado apañe a través de nuestra historia de activismos[52] para gestionar la solidaridad feminista y focalizar la información de autocuidado sin dejar de denunciar la podredumbre que divisamos y de la que nos relatan consultantes, compañeras, amigas, comunidades que revelan la complicidad criminal de Estado, Capitalismo y Patriarcado.
¡No nos vamos a callar! Creemos en no dejar de revelar la injusticia para nutrir la legítima emoción de la rabia que nos llevó a Octubre 2019 por caminos de Dignidad. Necesitamos adaptar nuestros saberes y dolores a este momento para sobrevivir con ética y sin renuncios políticos.
[1] Ministerio de Educación suspende programa de salud mental y apoyo psicosocial infantil, El Desconcierto 11-02-2020, https://www.eldesconcierto.cl/2020/04/11/ministerio-de-educacion-suspende-programa-de-salud-mental-y-apoyo-psicosocial-infantil/; “GOBIERNO SUPRIME PLAZOS DE ATENCIÓN EN GES Y FIJA TOPE DE PRECIO PARA TEST COVID-19, La Tercera 25-03-2020, http://www.clinicasdechile.cl/noticias/gobierno-suprime-plazos-de-atencion-en-ges-y-fija-tope-de-precio-para-test-covid-19/
[2] Piñera en Plaza de la Dignidad: la ola de críticas que desató el nuevo «gaffe» comunicacional del Presidente, El Mostrador 4 abril, 2020, https://www.elmostrador.cl/destacado/2020/04/04/pinera-en-plaza-de-la-dignidad-la-ola-de-criticas-que-desato-el-nuevo-gaffe-comunicacional-del-presidente/
[3] “Revocan sentencias a 17 condenados por violaciones de DD.HH: 8 de ellos fueron absueltos”, CNN Chile, 12.04.2020 https://www.cnnchile.com/coronavirus/corte-apelaciones-santiago-revoca-17-condenados-violaciones-ddhh_20200412/
[4] …”…acciones espectaculares, provocadoras. Pero la provocación sólo saca a la luz un determinado número de contradicciones sociales. No revela las contradicciones radicales de la sociedad… “, en palabras de la feminista francesa de la diferencia y psicoanalista Atoinette Fouque citada por Bell Hooks (“El feminismo es para todo el mundo”. bell hooks. Ed. Traficantes de Sueños. Madrid 2017).
[5] “higienizada” en lenguajes academicistas modernos.
[6] 1,4 millones de chilenos no tienen agua potable o alcantarillado, Oriana Fernández, BBC, 4 NOV 2018, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-49825857
[7] Antes desde el año 90 en diversos grupos y activismos autónomos feministas, y en los 80 algunas fuimos secundarias y pobladores jóvenes contra la Dictadura.
[8] Hablamos de “generización”, es decir de convertir a las humanas en “mujeres” como un proceso político de explotación y apropiación de un grupo por otro grupo dominante, tal como se ha racializado a pueblos colonizados para esclavizarlos y occidentalizarlos por parte de los vencedores.
[9] En realidad desde nuestra perspectiva es el Modo de Producción Doméstico y la División Sexual del Trabajo. Pero creemos que no importan tanto las palabras como el sentido político de quien las usa, y cómo las usan.
[10] Preferimos hablar de Lo Intimo, lo Relacional y lo Colectivo.
[11] En 2005-2006 feministas autónomas organizadas en acciones callejeras (colectiva “memoria feminista” y otras auto-organizadas en la Coordinación contra el Femicidio) propusieron la consigna “El machismo mata y el capitalismo también” en respuesta a la despolitización del feminismo hegemónico que solía enviar un mensaje masivo sin contextualizar y/o denunciar directamente la realidad de clase y territorial.
[12] El Decreto Supremo N° 11 del 30 de marzo 2020 del Gobierno de Chile que suspende el Régimen General de Garantías incluye también las Garantías Explícitas en salud (GES) relativas a acceso, calidad, protección financiera y oportunidad con que deben ser otorgadas las prestaciones asociadas a un conjunto priorizado de programas, enfermedades o condiciones de salud (Plan Auge) por el COVID 19. Lo puede revisar en: file:///C:/PUBLICACIONES/Decreto_de_Suspensi_n_de_garant_as_de_oportunidad_GES__1585763436.pdf
[13] “Soy propietario de una casa en la comuna de Zapallar”: La polémica carta que publicó El Mercurio sobre los viajes en cuarentena, El Desconcierto, 10.04.2020, https://www.eldesconcierto.cl/2020/04/10/soy-propietario-de-una-casa-en-la-comuna-de-zapallar-la-polemica-carta-que-publico-el-mercurio-sobre-los-viajes-en-cuarentena/ y “Salidas hacia el litoral: Autoridades confirman denuncias por viajes en helicóptero y advierten de fiscalización estricta, Canal TV meganoticias, 09-04-2020, https://www.meganoticias.cl/nacional/298047-cordon-sanitario-region-metropolitana-helicoptero-zapallar-denuncias-intendente-guevara-manalich.html
[14] Wallmapu no es “La Araucanía”: Tres veces más pobre y 10 veces más rebelde Victoria Aldunate, América Latina en Movimiento (Alainet) 02/03/2016, https://www.alainet.org/es/articulo/175746, o Reportaje sobre el despojo del Estado chileno a Wallmapu
Wallmapu no es “La Araucanía”, Victoria Aldunate, Mapuexpress 2016, https://www.mapuexpress.org/2016/03/02/reportaje-sobre-el-despojo-del-estado-chileno-a-wallmapu/
[15] Economistas de la Universidad de Chile, 2013 cuantificaron la concentración de la riqueza en Chile con información del Servicio de Impuestos Internos (SII). LA ‘PARTE DEL LEÓN’: NUEVAS ESTIMACIONES DE LA PARTICIPACIÓN DE LOS SÚPER RICOS EN EL INGRESO DE CHILE, Ramón López Eugenio Figueroa B. Pablo Gutiérrez C. Santiago, Marzo 2013. Universidad de Chile. sdt@econ.uchile.cl; econ.uchile.cl/publicaciones. http://www.econ.uchile.cl/uploads/publicacion/306018fadb3ac79952bf1395a555a90a86633790.pd
[16] Privilegios que niegan derechos. DESIGUALDAD EXTREMA Y SECUESTRO DE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. OXFAM-IGUALES AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, EDICIÓN ORIGINAL OCTUBRE 2015, REVISIÓN JUNIO 2016. Impresión Editora Búho.
[17] Según la Red por la Defensa de los Territorios, pretenden asentarse en las últimas reservas naturales que quedan en Wallmapu Aprobaron al menos 14 centrales hidroeléctricas, 6 parques eólicos, 3 termoeléctricas y 1 geotermia, además de otras 40 centrales hidroeléctricas proyectadas La RED POR LA DEFENSA DE LOS TERRITORIOS, plantea que estamos en presencia de un verdadero saqueo que va afectar gravemente a todos los habitantes de la Araucanía, y que se hace urgente frenarlo. Especialmente frenar al Ministerio de Energía y el sector empresarial que mantiene bajo la sumisión a organismos regionales como la Seremía de Economía, el Servicio de Evaluación Ambiental y la Seremía de Energía.
[18] A partir del año 90, el Estado se convierte en una creciente fuente de financiamiento para las ONGs de tener éstas un financiamiento en el Chile de 1990 de 2.161.339.443, el año 1991 se eleva bruscamente a obtener 5.696.335.961 y en 1992 se dispara lo que el Estado chileno les aporta a 10.130.396.598 (Las ONGs durante la Transición Chilena: Un análisis de su respuesta ideológica frente a su incorporación en políticas sociales de índole neoliberal. Sandra Gruninger Magíster en Antropología y Desarrollo. Universidad de Chile. Revista Mad. No.9. Septiembre 2003. Departamento de Antropología. Universidad de Chile , http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/mad/09/paper06.pdf)
[19] “NADA DE ABORTO EN BEIJÏNG”, PUNTADA CON HILO N° 11, AÑO 2, SEPTIEMBRE 1995
[20] “Políticas feministas: del cintureo a los “problemas de camiseta”. “Feminist politics: the cintureo at the problem- shirt”. Ed. Nº 23 – Agosto de 2015. Cecilia María Rugna Licenciada y Profesora en Historia (UNL, Santa Fe, Argentina).REVISTA GESTIÓN DE LAS PERSONAS Y TECNOLOGÍA – ISSN 0718-5693 – EDICIÓN Nº 23 –AGOSTO DE 2015 30 www.revistagpt.usach.cl
[21] Declaración del feminismo autónomo, VII Encuentro feminista latinoamericano y del Caribe, Cartagena, 26 de noviembre de 1996, http://documentosautonomos.blogspot.com/2009/01/declaracin-del-feminismo-autnomo.html
[22] Archivo autónomo y personal (victoria aldunate morales).
[23] Eda Cleary, socióloga y cientista política analiza que fue “para no perjudicar la paz social. Ver: “La bancarrota del “feminismo cupular” en Chile”, Eda Cleary, El Mostrador, 20 de septiembre 2016 http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2016/09/20/la-bancarrota-del-feminismo-cupular-en-chile/
[24] La colectiva memoria feminista, como otras colectivas hablábamos así. A quienes hemos interpretado como institucionales y/o institucionalizadoras, no han aceptado esa denominación. Claramente da para un debate mayor y profundo en el feminismo. Debate que debería incluir otros temas políticos al interior como por ejemplo la invisibilización, negación de voces y grupos autónomos, –en lo que conocemos y nos toca- como memoria feminista, kallejeres, Coordinación no Más femicidio, Clorindas y otros, lo mismo con la ONG de dos trabajadoras, que solo hacíamos un periódico, el periódico feminista y de clase en papel “Puntada con Hilo” en los 90. Fueron y fuimos omitidas no sólo por la institucionalidad, si no por estudios, investigaciones, tesis, de activistas feministas participantes de la autonomía y del propio feminismo popular, pero a la vez académicas, estudiantes en el contexto de las academias y otras investigadoras. ¿Es posible que ello tenga que ver con que ninguna, o casi ninguna de nosotras somos éramos –ni somos-reconocidas académicas? Si fuese así, daría cuenta de posturas clasistas también: ¿Entre feministas de clase y anticoloniales…? ¿Responde a los fondos y a la competencia por ellos…? En fin, mucho paño que cortar.
[25] DECLARACIÓN DE FEMINISTAS AUTÓNOMAS ANTE UN NUEVO ANIVERSARIO DEL TRIUNFO DEL «NO» EN 1989, CONTRA LA DICTADURA DE PINOCHET, http://memoriafeminista.blogspot.com/2008/09/declaracin-pblica-feministas-autnomas.html
[26] Marcela Rodríguez Valdivieso, mencionada como la “mujer metralleta”, condenada por tribunales militares en 1990, Ver artículo rescatado de “La Firme” periódico que duró muy poco “Esta mujer tiene nombre” (Victoria Aldunate). http://contralaviolenciaenlapuntadaconhilo.blogspot.cl/2015/09/marcela-rodriguez-valdivieso.html
[27] “Prisión política de Flora Pavez Tobar. CASTIGO POR DECIRLES NO, A LOS PRECUSORES DEL “NO”, victoria aldunate, memoria feminista, http://contralaviolenciaenlapuntadaconhilo.blogspot.cl/2015/09/flora-pavez-tobar-presa-politica-de-la.html
[28] La disputa por “El feminismo”, Victoria Aldunate Morales, El Desconcierto, 07.02.2019, https://www.eldesconcierto.cl/2019/02/07/la-disputa-por-el-feminismo/
[29] Según el CENSO 2017 (el último relativamente eficiente) la R.M. tendría 7.037 millones de habitantes (40,50 %) mientras “La Araucanía” tiene 869.535 habitantes (5,8%) en un país de 17.373.831, 869.535 (CENSO 2017).
[30] Este informe se actualiza todos los días por la institución de Salud, enormemente cuestionada por distintos sectores sociales. Puede encontrar la actualizción en: https://www.minsal.cl/nuevo-coronavirus-2019-ncov/casos-confirmados-en-chile-covid-19/ y https://www.minsal.cl
[31] En realidad “La Araucanía” es una designación oficial para un territorio secuestrado por el Estado chileno, sus clases criollas, burguesas y dominantes. Wallmapu, Wal mapu, Gulumapu, Ngulu mapu, significaría al oeste del territorio, a este lado de la cordillera, lo que coincide con una denominación desde el mismo pueblo que la habita.
[32] La epicrisis de Temuco. Zona crítica del Coronavirus en Chile, Fredi Velásquez, Leslie Ayala, Francisco Siredey y Andrew Chernin, 04-04-2020, La Tercera Domingo, https://www.latercera.com/la-tercera-domingo/noticia/la-epicrisis-de-temuco/UWLRBK2WGRAIVNLWR4P64URYAQ/
[33] “Casen 2017: La Araucanía sigue siendo la más pobre de Chile con un 17,2%”, Tiempo 21 Araucanía, Claudio Núñez, 21 de Agosto 2018, http://tiempo21araucania.cl/casen-2017-la-araucania-sigue-siendo-la-mas-pobre-de-chile-con-un-172/
[34] INCENDIOS FORESTALES. Estado de Excepción de catástofe: ¿una excusa para militarizar La Araucanía?, Corresponsal LID Chile, Jueves 7 de febrero de 2019, La Izquierda Diario, http://www.laizquierdadiario.cl/Estado-de-Excepcion-de-catastofe-una-excusa-para-militarizar-La-Araucania
[35] No es lo mismo que sucede por ejemplo en la comuna de Independencia en Santiago Región Metropolitana –refiriéndonos a un caso conocido en nuestra participación territorial- donde vecinas con síntomas acuden al SAPU y les responden que no les harán el test hasta que no muestren peores síntomas. El Hospital San José correspondiente a este sector está en alerta pues trabajadoras/es y la plana mayor de la dirección institucional, están infectados y/o en cuarentena por sospecha de contacto con los infectados.
[36] Caso COVID 19 remece a la seremi de salud de La Araucanía, libertad digital 21 de marzo 2020, https://libertaddigital.cl/2020/03/21/caso-de-covid-19-remece-a-la-seremi-de-salud-de-la-araucania-y-funcionarios-acusan-actuar-negligente-de-la-autoridad/
[37] La epicrisis de Temuco. Zona crítica del Coronavirus en Chile, Fredi Velásquez, Leslie Ayala, Francisco Siredey y Andrew Chernin, 04-04-2020, La Tercera Domingo,
https://www.latercera.com/la-tercera-domingo/noticia/la-epicrisis-de-temuco/UWLRBK2WGRAIVNLWR4P64URYAQ/
[38] La Araucanía: Becker responde con represión y desaloja a familias, Constanza Castillo Munita, Miércoles 26 de febrero 2020, http://www.laizquierdadiario.cl/48-tomas-en-La-Araucania-Becker-responde-con-represion-y-desaloja-a-familias; Y artículo: Los campamentos como respuesta al problema de la vivienda en Chile, https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/region-de-la-araucania/disminuyo-el-numero-de-familias-que-viven-en-campamentos-en-la-araucania/2019-09-05/090503.html,
[39] Como lo explicó y denunció Hanna Arendt, sobreviviente del Holocausto (Sobre la violencia -On Violence- 1969). Alianza Editorial, Madrid 2005,2006.
[40] Agradecemos a la Toma Violeta de Barrancas en Resistencia, en especial al Comité Vida Digna y al Círculo de Mujeres, que nos nutre constantemente con sus experiencias, saberes, análisis políticos y acciones de resistencia. Así descubrimos cómo opera justo lo que denunciaba Hanna Arendt en los 70 del siglo pasado, y que está vigente en la copia “feliz” del Estado chileno.
[41] Llevamos 6 años de activismo como grupo antecedidos de un par de décadas de acciones de las integrantes, colaboradoras y redes activistas con las que hemos actuado y gestionado. No todo lo realizado estará en estas líneas pues hay mucho que no logramos registrar por la rapidez de los acontecimientos y hay otra información que es confidencial por la seguridad de nuestras colaboradoras y de las activistas de diversas redes que hacen posible nuestro trabajo.
[42] 06/06/2016, Victoria Aldunate Morales, https://www.alainet.org/es/articulo/177946
[43] 04.07.2016, https://www.eldesconcierto.cl/2016/07/04/el-estado-chileno-cazando-brujas/
[44] 22.08.2016, https://www.eldesconcierto.cl/2016/08/22/el-estado-chileno-no-reconoce-los-derechos-de-la-presa-politica-mapuche-francisca-linconao/
[45] 19.12.2016, https://www.eldesconcierto.cl/2016/12/19/machi-francisca-linconao-arriesga-presidio-perpetuo/
[46] 06.01.2018, https://www.eldesconcierto.cl/2018/01/06/defensor-de-francisca-linconao-la-machi-es-inocente-y-lo-vamos-a-probar-nuevamente/
[47] 28.12.2016, https://www.eldesconcierto.cl/2016/12/28/amenazas-a-la-machi-francisca-linconao-mientras-todo-el-territorio-exige-su-libertad/
[48] 22.12.2016, https://www.eldesconcierto.cl/2016/12/22/temuco-se-toman-sede-regional-del-ministerio-de-la-mujer-en-favor-de-la-liberacion-de-la-machi/
[49] El Feminicidio empresarial de la activista Macarena Valdés Muñoz en Liquiñe, El feminicidio de la activista Macarena Valdés Muñoz en Liquiñe, 20.10.2016, El Desconcierto 20 de octubre de 2016, https://www.eldesconcierto.cl/2016/10/20/el-feminicidio-empresarial-de-la-activista-macarena-valdes-munoz-en-liquine/
[50] Agradecemos a Cristian y Diego de la editorial Subalterna con copyleft que indica que las autoras y editoras permitimos libremente la difusión citando la fuente de lo escrito, también a Nataly que ha apoyados ediciones y re-ediciones desde Sarri Sarri Records. Todas compañeras anarquistas y creativas. También a medios como La Haine, Kaos en la Red, Alai, De Igual a Igual, El Desconcierto, que en distintas etapas han aceptado publicarnos mientras otros medios y editoriales –feministas e izquierdistas- han decidido obviar lo que contra-informamos.
[51] Consulte las notas que publicamos desde 2013 en https://www.facebook.com/lapuntadaconhilo/?ref=bookmarks y en https://www.facebook.com/LesboFeministas-Antirracistas-Tierra-y-Territorio-1288398817887837/?epa=SEARCH_BOX, y en el blog http://lapuntadaconhilo.blogspot.com/
[52] Son innumerables las compañeras autónomas, organizadas y sueltas con las que nos hemos coordinado coyunturalmente y en diversos periodos. En el último año, feministas autónomas de Santiago, San Bernardo, Maipú, V región Interior, Fisuras, Ni Una Menos activistas, redes de lesbianas aborteras, Amigas y en la Casa, Círculo de Mujeres de apoyo a Toma Violeta en resistencia, 4ta Línea Plaza Dignidad, feministas Asamblea Territorial, población J.A.Ríos, Compañeras organizadas de Casa Oásis Lo Hermida, Lastres Abisales, feministas Asamblea Territorial de Lo Espejo, Apoderadas organizadas, Mujeres autoconvocadas de Temuco, Conversatorios feministas V Región, redes y asambleas lesbofeministas, trabajadoras de Caleta Sur La Pintana, y muchas más que nos nutren y nos apoyan desde sus saberes, debates y denuncias.
3 comentarios en «Análisis de Pandémias por Lesbianas Feministas Antirracistas; «No nos vamos a Callar».»