A la memoria de una guerrera anarquista. Palabras en despedida de Belén Navarrete

Palabras leídas durante el funeral de la compañera anarquista Belén Navarrete Tapia.

A LA MEMORIA DE UNA GUERRERA ANARQUISTA

Miércoles 21 de agosto y me llega la terrible noticia de tu partida física, habías dejado este plano, varias dudas rondaban de cómo había sido todo, pero la única certeza es que habías partido.

Siento la inmensa responsabilidad autoasumida de traerte hoy a la calle, es un honor. Lo hago con un profundo amor, cariño, respeto, complicidad y convicción anárquica. No fuiste una persona “normal” ni acomodada, por ende, tu historia de combate que libraste con tus ideas claras debe multiplicarse con el mismo ímpetu que lo hacemos por otrxs hermanxs.

Puedo hablar con cercanía de ti por nuestro cruce de vidas. Sé que fuiste parte de aquellos hermosos tiempos de violencia callejera estudiantil que venían con fuerza desde el año 2011, por otro lado, ya venías afilando tu posición anárquica, la cual orgullosamente decías que llegó a ti a través del veganismo en el colegio, de muy pequeña viste como lxs animales eran utilizados como mercancía, violados, explotados, asesinados y tu opción de vida fue dejar de consumirlos. Eso abrió tu mente, tu conciencia política, la que inevitablemente te hizo surcar por el sendero negro de la anarquía.

De ahí en más, te vinculaste con organizaciones anarquistas, participaste de iniciativas sociales, bibliotecas, talleres con niñxs, con la seriedad que te caracterizaba aportaste para la concreción de actividades, como también participando en la siempre necesaria propaganda, pegándola en las calles, sacando material impreso y por supuesto estando en manifestaciones públicas, desbordando lo estudiantil como en las manifestaciones históricas más combativas; 1 de mayo, 11 de septiembre, entre otras.

Fue en esos tiempos que nos cruzamos y ya en el año 2012 comenzamos a compartir momentos de actividad política, como de dispersión, el punk siempre fue un buen cobijo para divertirse y reír, pasarlo bien, en definitiva. Por avatares de la vida, nuestro lazo se afianzó en términos emocionales, íntimos, mientras a la par se evidenciaban diferencias políticas con la organización que participábamos, por ende, nos retiramos, quedando el aprendizaje, el recorrido y experiencias de vida, además de ver cómo se caían caretas a personajes nefastos. Aprendizaje a final de cuentas. De todas maneras, de ese nicho salió un buen número de compañerxs y amigxs, los cuales veo ahora en estos momentos de profundo dolor.

Salir de aquella organización no nos detuvo y aquel mismo día que partimos de ahí armamos nuestro propio colectivo anárquico, corría el año 2013, y este tenía una clara tendencia en defensa de la violencia política y de solidaridad anticarcelaria, las cuales eran nuestras posiciones que teníamos de mucho antes.

Se me vienen a la mente decenas de iniciativas con el colectivo, constantemente agitaste en la calle, sacaste propaganda, creaste boletines, levantaste actividades solidarias por compañerxs en prisión, sacaste adelante encomiendas y te vinculaste con la realidad carcelaria, escribiste artículos, textos, reflexiones -con la pluma que te caracterizaba- estudiaste en la universidad, eras bien “cabezona”, inteligente, eso muchxs lo saben y destacarán. Compatibilizaste estudios y actividad política, pero tu prioridad siempre fue propagar la anarquía de la forma que creías correcta.

A la par de estar activamente en iniciativas, coordinaciones, redes, etc. La calle siempre fue el terreno para llevar a la práctica las ideas que vociferabas, ya lo venias haciendo como describí anteriormente, pero luego fuiste más allá, armada de valor, de valentía, superando las barreras del miedo que podían existir, te hiciste parte de la lucha callejera, pero de aquella que rompe monotonías, que irrumpe en la calle, en el ritmo ciudadano sin previo aviso y desde distintas universidades practicaste aquella violencia incendiaria antipolicial, abriéndote paso, siendo en ocasiones la única mujer en los grupos participando en hechos de violencia política.

Pero querías ir por más, la lucha callejera en manifestaciones masivas, en universidades, en las poblaciones para fechas importantes, formaban parte de una arista de la lucha anárquica, necesaria, había que practicarla, pero también, había que elevar la conflictividad contra el mundo de la autoridad, así lo entendiste y decididamente con la mente fría que te caracterizaba emprendiste certeros golpes a través de lo que se denomina como la nueva guerrilla urbana anarquista, histórica práctica armada utilizada por grupos de acción para desafiar el orden establecido, llevaste tus ideas revolucionarias a los hechos, a la práctica, de manera rudimentaria, sin especialistas, sin líderes, ni dirigentes, de forma autónoma, digna, con decisión, arrojo, valor, convicción guerrera dispuesta a enfrentar la cárcel si fuese necesario, incluso la muerte, en cualquiera de esos escenarios te plantaste dando todo de ti.

Luego vino la revuelta, año 2019, y estabas donde tenías que estar, aportando en la calle, a la lucha callejera en el centro de la ciudad y en el barrio donde vivías -como en otros también- barricadas nocturnas y compartir con lxs vecinxs para alimentar el combate en la comuna, era lo que te motivó, tenías que vivirlo, experimentar aquellos meses y lo diste todo, cuando incluso la muerte estaba al acecho o la mutilación podía caer por la maldita mano policial, continuaste, protegiendo a lxs tuyxs también.

La muerte susurraba desde que nos enteramos de la partida física el 11 de agosto pasado del guerrero Luciano Pitronello, de quién fuiste compañera de ideas y prácticas, con quién levantaste actividades públicas e ilegales. Nos encontramos en su funeral y vi tu rostro de tristeza, no podías creer el hecho trágico que había ocurrido, como se le iba la vida a un compañero de aquella forma, nos dimos ánimos, te dije, ahora es también nuestra responsabilidad llevar su memoria y acciones por todos lados. Me sonreíste con afirmación, pero ahora todo cambió y soy yo quién está escribiendo estas letras por ti.

Me dejaste el compromiso de escribir tus memorias, más de alguna vez conversamos sobre las posibilidades de la muerte, incluso, de que habría después, si es que hubiese un después. Eras atea, no creías ni en dioses ni amos, pero creías en la energía de quienes partían, en la esencia de cada persona que de alguna manera quedaba con nosotrxs.

No tengo palabras para describir el profundo dolor que siento en mi pecho, como aflora el llanto y la amargura, te recuerdo con un inmenso cariño y amor guerrero, compartimos largos años como compañerxs de vida y lucha. En mi mente han quedado grabados hechos memorables que fueron humildes aportes para la conflictividad anárquica de la que fuiste parte en este territorio, la intimidad subversiva entre compañerxs, días y noches de conspiraciones, concreciones y sueños de ver arder este mundo autoritario y a sus bastardos policías.

Para mí queda mucho, me dejaste mucho, hermosos recuerdos por haber compartido vida con una guerrera, largos años, con intensidades que muy pocas personas pueden conocer e incluso llegar a entender. Con mucho gusto atesoraré en mi mente y corazón episodios que han quedado tatuados en mi piel, episodios llenos de un profundo amor, cariño, fraternidad, apañe, solidaridad irrestricta, complicidad, diferencias, rabias y desencuentros también, pero así es la vida, con su múltiple transitar.

Te llevaré conmigo, caminarás conmigo por la senda del conflicto anárquico, ya eres parte de ese universo de compañerxs que han partido, tú historia recorrerá lugares, estarás en panfletos, publicaciones y actividades, en cada bala, barricada y estruendo tu nombre resonará, seguirás siendo peligrosa para el enemigo, eso dependerá de varixs, de quienes te conocimos en vida y de quienes te comenzarán a conocer a partir del día de tu muerte.

Por mi parte no me quedan más que palabras de gratitud por haber tenido la suerte de conocerte.

Fuerza a lxs compañerxs que lloramos tu partida en la calle y en la cárcel, a tus amigxs y familia.

Buen viaje compañera y guerrera.

¡NADA HA ACABADO, TODO CONTINÚA!
¡BELÉN NAVARRETE PRESENTE!

24 de Agosto 2024
Santiago, Chile

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