PALABRAS DE ITAMAR DÍAZ, PRESA ANTIESPECISTA

Por: Itamar Díaz/ Enviado a La Zarzamora

Comienzo escribiendo estas palabras con un sabor dulce amargo en la boca. El día martes 05 de marzo, se me condenó a 5 años de libertad vigilada intensiva, imputada por el delito de incendio calificado. Sin embargo, esta alternativa sustitutiva a la pena, por ahora, sólo me fue concedida a mí. Esto significando que actualmente mis compañeros se encuentren aún en prisión. Claramente como caso, esto significa una simplificación de cierta forma, pero no nos confiamos jamás en las tácticas del enemigo, y elegimos asumir con orgullo y paciencia lo que depare el futuro.
Hoy, después de largos meses en prisión, después de haber vivido en carne propia lo que significa el encierro y lo que busca provocar en nuestros cuerpos y mentes. Reafirmo con más vehemencia lo importante y urgente del antiespecimo de acción. Pensar en cómo miles de animales son diariamente sometidos al encierro en condiciones peores a las cuales fui, y son sometidas compañeras, obligados a pernoctar en espacios reducidos, recibiendo un constante maltrato de sus carceleros, buscando someter su animalidad de las formas más aborrecibles.
No hay diferencia entre las cárceles de animales-humanos y no humanos. El especismo, es la máxima expresión de las conductas más autoritarias que el ser humano a adquirido a lo largo de los años. Donde la creencia de una superioridad de especie, la nula empatía y la comodidad, significan el encierro de millones de animales, y de esta forma, sosteniendo y siendo parte del sistema carcelario que tanto se suele aborrecer.

Justificando por comodidad, la brutalidad y el exterminio.

Esta misma creencia de superioridad, de forma consciente o inconsciente, provoca que hoy en día, dentro de los espacios anticarcelarios, ácratas o antiautoritarios, se busque abolir la sociedad carcelaria, y se genere una constante animadversión a lo que ella significa. Pese a ello, se suele olvidar esta arista. Que a mí parecer, es la más cruda, sangrienta y abandonada.
¿De qué sirve buscar abolir el sistema carcelario, más no las cárceles para los animales-no humanos? ¿Dónde queda el antiautoritarismo cuando al mismo tiempo que vociferamos liberación total, tenemos la boca llena de sangre y sufrimiento? ¿Liberación para unas pocas, hasta dónde llega mi comodidad?
La acción directa en pro de la liberación total es ahora. Los animales sufren las consecuencias del encierro ahora. La matanza indiscriminada, la vejación, la violación, la tortura es ahora.

Y sólo está en nuestras manos buscar detenerlo. El momento es ahora.
La liberación animal, necesita corazones y mentes entregadas, dispuestas a sacrificar por quienes no tienen la oportunidad de defenderse.
Es nuestra obligación equiparar la balanza. Daño por daño, muerte por muerte, sangre por sangre.
Miles de animales sufren y mueren mientras gritamos fin a la sociedad carcelaria, y es nuestra responsabilidad que esto no pase inadvertido. Seamos la voz de quiénes ya están cansadas de gritar, seamos las manos cautelosas de quiénes viven amarradas, seamos los pies sigilosos de quienes viven en cautiverio, seamos la mente causante del pago del daño provocado, seamos el corazón furioso, que late en sed de venganza.

La acción directa es cotidiana, no responde a fechas ni efemérides. Porque el especismo y su barbarie, no descansa ni se detiene.

Liberación animal y total, cueste lo que cueste.
Hasta abolir la sociedad carcelaria en su multiformidad.
Libertad a los presos del caso susaron.
Amor y complicidad, a ru, panda y tortu.

Itamar Diaz
Presa antiespecista.

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