LA VERDAD, YA LA SABEMOS

Por: Victoria Aldunate Morales

Lo confesional es un lugar de heridas profundas que no sanarán mientras la indolencia y la injuria sigan instaladas en Chile. Se abren al mínimo roce. 

La producción gubernamental de estos “50 años”, es tan errática como las cinco décadas a las que aluden. Las jalonean como espectáculo victimista, las resumen en un diálogo hipócrita con agresores (como ahora con Piñera), se coluden contra la marcha popular, y su feminismo higieniza la memoria, rodeando edificios anquilosados en un Estado que no ha dejado de criminalizar e invadir territorios. Todo esto, mientras los rastreros de siempre, persisten en la felonía de desaparecer la verdad 

Otra cárcel, nos proponen: La cristiana manera de lamentarnos por el sufrimiento. Con una memoria folclorizada (pujando a narcisista), y de gran truculencia, que expone a las víctimas a la mayor de las perversiones comunicacionales: lucirles, exponerles, para negarles.

Cancelan el proceso del resentimiento a la rebeldía. Alaban el sufrimiento y felicitan la “resiliencia” de haber sobrevivido. Resiliencia negacionista que nos divide en ganadoras y perdedoras, al estilo del imperio. Donde las “perdedoras” son mis hermanas muertas, desaparecidas, ejecutadas, negadas. Huesos que esperan en una zanja, cadáveres sin sepultura, fantasmas terroristas. Y mujeres pobres, que son las nadie de los rukos que ellos ocultan; las invisibles.

No cabe duda que todo esto, es parte del planificado viraje de los discursos insurgentes al “espíritu empresarial, a la libertad de los individuos”, y, claro está, a “la seguridad”. 

Es como presentarte con un título, vaciando tu vida de la memoria autodidacta que es la que te sostiene. La de tu madre, tu abuela, la de todas las mujeres que estuvieron para ti; todas las que estuvieron antes de ti.

Desclasadas nos quieren. Se coordinan con academias y Congresos para evangelizarnos. “La lucha de clases desapareció”, restan solamente las identidades, fruto del interés de una clase privilegiada de Europa (y de más acá), que explota a las subalternas y las atrapa en sus teorías de reconciliación. Al mismo tiempo, los pacos matan a los marginales, porque pueden.

Vienen a decirnos estos cretinos, que todos fuimos culpables, que ellos “odian la polarización”.  Mientras yo solo puedo estar en el polo más lejano porque su hedor a mierda y sangre criminal, me expulsa.

Dicen que defendieron el pluralismo y que el gobierno que ellos ametrallaron “no era democrático”. Y es que, sí: La democracia siempre se trata de ellos. Nunca de nosotras. 

Nos invitan a alianzas de clase. Negociaciones entre igualadas y burgueses. Eso no va a funcionar. Ni ahora ni antes. Pierdan esperanzas. 

Nos han invitado a fraudes, mesas de diálogo, informes de violaciones de lesa humanidad, con secretos tan horrorosos como los “secretos de familia” que encubren al incestuoso macho que es capaz de engendrar y violar a sus hijas. 

Los convocantes de esos secretos, son los mismos que apuraron todos los golpes que nos han dado. Son los mismos que lloraron por televisión: Que no sabían –dijeron- que no imaginaban… ¡Hipócritas! Sabían perfecto lo mucho que nos odiaban, por maracas, putas, locas y mariconas.

Desdoblados en su rol de elegidos del capital, estos patriarcas, vienen a mentirnos en la cara y sus asesores comunicacionales, adoradores de militarismos, tortura y holocaustos, lo hacen real y cotidiano.

Lo testimonial es político, no lucimiento. Conduce al debate, profundiza en los senderos de viajes revolucionarios. Sí, revolucionarios, utilizo esa palabra, que ahora, convencidas de que lo superaron, no quieren nombrar. 

El poder, ahora les propone “avanzar” en un aquí y ahora con embustes y amnesia. Avanzar a la debacle del mundo que destruyeron sus abusivos antecesores. Un “avance” progresivo e irreversible, que pisotea y engendra lo que sea, en nombre del oportuno poder. Es un “avance” que trasvasija las vivencias a documentos y espectáculo. 

La visibilidad nos ha sumergido en la marca de un feminismo hecho mercado y gobierno, y en el “reconocimiento” de aceptar lo que le sobra a ellos.

Los horrorosos patriarcas en sus bacanales, nos han torturado con electrochock, terapias de reconversión, corchetes en los pechos, violaciones colectivas, correctivas, odio misógino, allanamientos y fusilamientos. Y todo esto, al tiempo que dicen “traer el diálogo, la tolerancia, la paz y el perdón”. 

En la justicia no creo y la verdad ya la sabemos. 

Que los secretos se rompan y se vuelvan insurgencia. Ni perdón, ni olvido, ni reconciliación.  

victoria aldunate morales, lesbiana feminista autónoma antirracista, septiembre 2023


¹  Rubén Collio Benavides, muerto en circunstancias no aclaradas, pareja de Macarena Valdés y defensor mapuche del Wallmapu. 

²  Allende en su último discurso se refirió al Golpe de Estado como felonía y a Mendoza, que luego integrara la Junta Militar pinochetista como un rastrero.

³  Margarita Pisano, pensadora feminista autónoma latinoamericana, de chile.

⁴  Belén Martín Lucas, pensadora y académica de la Universidad de Vigo.

Acerca de La Zarzamora

Medio de comunicación libre anarcofeminista antitodo

Ver todas las entradas de La Zarzamora →