Este 22 de agosto, mismo día en que se conmemora el asesinato de Macarena Valdez, embalses de diferentes represas han sido forzosamente liberados tras las fuertes lluvias desde la región de O’Higgins hasta el Bío Bío.
Declaran zona de catástrofe y hablan de desastres naturales, pero y ¿Cuándo del capitalismo y el cambio climático? En $hile reina el silencio y la impunidad. Aun así la fuerza de la naturaleza arrasa con todo, pero, para agravio del pueblo, afectando a miles de personas que habitaban las orillas y sectores periféricos de esos territorios.
Faldas de la cordillera, carreteras, rutas, poblaciones, pueblos, todo inundado en consecuencia de las malas practicas y ocultamiento de los poderosos para mantener su capitalismo salvaje. Miles de personas hoy se encuentran anegadas, aisladas y albergadas en refugios para humanos y animales producto de aquello.
Ya es de conocimiento público, que este calentamiento global es consecuencia de las acciones del humano, a través de la extracción y utilización de los recursos de la naturaleza, para la elaboración de industrias y negocios que destruyen y desequilibran el hábitat natural.
Paradójicamente, a la Maca la mataron por defender un río de una represa, por oponerse a la usurpación del agua y al desequilibrio de la intervención humana en la naturaleza y su ciclo vital de subsistencia; en donde claramente los humanos tenemos parte, cohabitamos con la tierra, las aguas y toda la abundancia que de ahí los hombres utilizan para sus nefastos negocios.
El 22 de agosto de 2016 en la localidad de Tranguil, comuna de Panguipulli, fue encontrada muerta Macarena Valdés Muñoz, quien, según informes médicos, se habría suicidado por ahorcamiento (cosa que fue desmentida por su comunidad). Hasta el 21 de agosto, Macarena era, junto a su esposo Rubén Collío (exvocero de la Coordinación Newen Tranguil, y que, posteriormente también aparece muerto en extrañas condiciones), una de las principales opositoras a la construcción de una central de paso a cargo de la empresa hidroeléctrica RP Global Chile; perteneciente al holding RP Global, de capitales chilenos, austríacos y españoles en conjunto de la eléctrica chilena SAESA; proyecto que se ubicaría en territorio perteneciente a comunidades mapuche.
Cabe mencionar que el 21 de agosto de 2016, dos enviados de la empresa austriaca RP Global, llegaron hasta donde la titular del predio, Mónica Paillamilla, quien no dio nunca ninguna autorización para realizar obras en su terreno. Estos enviados de RP Global le indicaron a Paillamilla que echaran a Ruben Collío y su familia del predio en Tranguil, ya que el werken Collío estaba siendo amenazado por gente favorable a la empresa. Al día siguiente en la tarde, 22 de agosto de 2016, Macarena Valdés, es encontrada muerta en su casa, haciendo creer que se había ahorcado, pero, su autopsia demostró, que no hubo ruptura de vértebra, ni daño a la tráquea.
Las centrales hidroeléctricas de RP Global, no cumplieron con ningún estándar internacional de derechos indígenas, y el Estado no ha garantizado ningún derecho de las comunidades donde se emplaza el proyecto. La comunidad local protestó porque, para cumplir su meta, la empresa taló bosque nativo, destruyó terrenos e instaló cableado de alta tensión en lugares habitados.
Hoy, el contraste entre el asesinato de macarena Valdés, empresas extractivista y la forzosa apertura de los embalses de las represas se difumina, y claramente habré muchas preguntas en torno a las responsabilidades que hay detrás del asesinato empresarial de una mujer defensora de la tierra y el impacto del «cambio climatico» en miles de familias afectadas por y la destrucción de la naturaleza ¿Quiénes son los responsables detrás de todo? ¿Cuáles son sus nombres y donde viven?
La mayoría serán empresarios, ricos, que no se ven afectados con nada de esto, porque tienen el dinero y la justicia para comprar la verdad, ya que el sicariato empresarial, como también, los carteles extractivistas que asesinan a la tierra están protegidos por las policías y las instituciones.
Por el contrario, la realidad de las clases explotadas y pobres es habitar en lugares inhabitables, en riesgo constante , habitar la vulnerabilidad, en sistemas de justicia, salud, escolares, laborales y de vivienda que no cubren las necesidades básicas humanas. El libre mercado permitiendo la creación de proyectos con catastróficas consecuencias, fortaleciendo así la exorbitante diferencia entre como viven algunos y como mueren otros según su estatus económico.
Política de la muerte o necropolitica le llaman a como se organiza la vida para algunos y para otros, las vidas que importan menos versus las vidas que protege el Estado. Un ejemplo de esto es la posibilidad que tiene la clase empresarial de habitar los pocos bosques nativos y lugares que aún no depreda su misma especie, y por el otro lado el pobre, siendo asesinado por defender sus derechos o viviendo en las orillas de rio, laderas, riscos, que contienen al campesinado rural en serio peligro de derrumbes, desbordes o perderlo todo. Lo más barato y riesgoso para la gente pobre, lo más caro y seguro para los ricos. Peor si eres negrx, mujer, homosexual, trans, lesbiana, mapuche o una persona en situación de discapacidad.
La Maca tenía razón, las represas y la usurpación empresarial eran peligrosas, no solo para las comunidades mapuches y su intento de resguardar tierras ancestrales, sino que, además, para su vida, su familia y miles de otras personas que habitan la tierra. La lucha de la maca, por ende, hoy tiene más sentido que nunca, ya que presenciamos las consecuencias de la avaricia humana y como el capitalismo no tiene ninguna ética ni moral con respecto a la vida de la tierra, las personas y animalas.
A 7 años del asesinato de macarena Valdés y en plena catástrofe humana por la crisis ambiental, los responsables siguen inmunes a la justicia, siguen asesinando a la tierra, a defensorxs de las aguas y dejando en la calle, en pleno desborde de río a cientas de familias que lo perdieron todo por la ineficiencia e ineficacia del humano depredador.
Desborde de ríos en $hile: crisis ambiental a 7 años del asesinato de Macarena Valdés
