Escribo esto como apoderada y como activista feminista en pro de los derechos y buen vivir de mujeres, disidencias, adolescentes y niñas.
Hace un par de semanas Concepción se escandalizaba por un video viral donde un grupo de adolescentes estudiantes del Liceo de Niñas se peleaba en las afueras del establecimiento de una forma brutal. Muchos desde su adultocentrismo criticaban a esta generación por no tener sentido común, de ser prácticamente unas salvajes sin control.
Tengo conocimiento de los hechos que acontecen dentro del establecimiento porque soy apoderada de un estudiante y siempre me comenta las situaciones que van ocurriendo dentro del liceo.
Hace un par de días vi con orgullo que las estudiantes del liceo organizaron una velaton dentro del liceo en horario de clases en conmemoración a Rennatta, la joven de Penco que fue cruelmente asesinada por un feminicida del que aún no se sabe nada. De hecho, compartí esta convocatoria con varias amistades diciéndoles que me parecía un acto profundamente hermoso por parte de las estudiantes hacer un espacio dentro del liceo para la reflexión sobre la violencia machista que habita esta comuna y por sobre todo que ellas son las más expuestas a estas situaciones.
Hoy me encuentro con la noticia por parte de mi hijx que al realizar el acto las inspectoras del liceo les dieron 20 minutos para hacerlo, esto ya me parece ridículo, ¿qué haces en 20 minutos? Y pasó lo que era de esperar, el acto duró mucho más, ¿por qué? Porque varias tomaron la palabra para hablar y expresar sus sentires respecto a lo que viven como adolescentes mujeres y disidentes en esta sociedad tan violenta y machista. La Jefa de UTP increpó a las estudiantes porque se estaban pasando del horario, sin hacer ninguna reflexión sobre el momento que estaban viviendo las jóvenes, a lo cual una estudiante le respondió: “Si a usted le mataran a una hija igual le gustaría que nosotras la recordáramos y exigiéramos justicia por ella”. El resultado: la misoginia aplastando a las estudiantes. La inspectora tomó represalias llamando a los apoderados de la joven que se atrevió a increparla.
Ahora me pregunto, cómo esperamos que estas chicas no se hagan vírales en redes sociales por arreglar sus problemas a golpes, si la respuesta de quienes las están formando académicamente es precisamente la represion y la misoginia.
Este no es un hecho aislado, este solo es uno que me motiva a escribir esta carta, porque en el Liceo de Niñas habitan la misoginia y el machismo, sé de muchas historias de cómo el personal directivo de este establecimiento hace comentarios sobre las vestimentas y formas de ser de las estudiantes, también de la ignorancia que reina entre algunos docentes sobre los tratos y respeto a los pronombres y nombres sociales de las y los adolescentes trans de este colegio, de cómo se prohíbe la organización estudiantil porque quienes hoy en este liceo se organizan no son condescendientes con la autoridad. Y para qué hablar del trato digno a quienes estudian en este liceo, que no cuenta con calefacción, que mantiene gran parte de su infraestructura cerrada por el 0 mantenimiento, que no pueden conectar un calentador eléctrico porque todo el liceo queda sin luz, de la precaria alimentación y de que se permíte que un profesor hombre se burle libremente sobre las identidades sexo género.
Para pedirle a esta generación de secundarias que sean mujeres, hombres y diversidades que sean el futuro de esta comunidad, los adultos tenemos que partir por darles un buen trato. Nadie aprende a ser buena persona si te tratan como la escoria del sistema.
El liceo de niñas de Concepción está perdiendo la oportunidad de ser un espacio de libertad y crecimiento para muchas chicas y chiques que esta comuna, todo por la mañosa actitud patriarcal de unas cuantas mujeres.
Lloyka.