Chile no cambió

Por: Victoria Aldunate Morales

Los llantos televisivos por “carabineros” asesinados, esos muertos que aparecen justo cuando Gobierno y Derecha más los necesita para aprobar una ley contra los pueblos, suenan con un fervor ya conocido; es similar al de las bases de la Dictadura cuando lloraban por “sus” militares (los recuerdo bien). Y los allanamientos que están transcurriendo en 30 sectores Santiago, ahora mismo, rememoran la represión focalizada de los primeros años de Aylwin (aquel de “la Alegría no llegó”). 

Los mismos medios de comunicación y periodistas progre, que alabaron las protestas de 2019, ahora las satanizan. En el discurso dominante, la “inseguridad” es culpa de la Revuelta Popular. Tráfico y trata, bandas armadas, deterioro barrial, infracciones diversas como por ejemplo lo que nombran “comercio callejero”, parecen haberse inaugurado solamente post octubre 2019; y a eso, Gobierno y Derecha, que actúan juntos -con un par de diferencias-, le llaman “Octubrismo”. 

Desde arriba y por arriba

La “seguridad” en democracias progre, tuteladas por la burguesía, silencia el malestar social, y chile no es una excepción. El consenso –ahora- es que todos los males devienen de la protesta popular. La misma que duró menos que un suspiro, pues rápido, diversos conglomerados bien vinculados a los mismos partidos que hoy nos gobiernan, la capitalizaron. Multitudes deseosas de verse interpretadas acudieron al llamado de figuras que organizaban “coordinaciones” nombradas con vocablos como “pueblo”, “vocería”, “derechos humanos”, “feminista”, “ambientalista”, “lista de”, “asamblea” y más. No eran (sólo) tácticas, sino una sola estrategia: con el Estado, por el Estado, y para sacramentar acuerdos por arriba y desde arriba. 

El sentimiento patriótico es la actual trinchera del “Gobierno Boric” -otrora “plurinacional”-, la capitalización le surtió efecto: ahora va en favor de policías, FFAA, economía de mercado, oligarquía, y en contra de la migración y les empobrecides. 

Así, los carabineros y militares que mutilaron y violaron, ahora aparecen como unas víctimas desprestigiadas por manifestantes despiadadas que habríamos mentido sobre sus crímenes. 

De la negación al negacionismo…

Pobres y migrantes, estamos siendo respectivamente culpadas: unas, de la inflación, y las otras, de la “inseguridad ciudadana”. 

Hablamos de una migración que llega a un país propagandizado como “oportunidad de surgir”: algo así como “el sueño americano”, pero en este caso, “latinoamericano”. 

El Banco Mundial –no en vano- “felicita” a Chile como a un ejemplo de macroeconomía exitosa. Y es verdad: La macroeconomía chilena anda muy bien porque las microeconomías -de las personas, los pueblos y comunidades-, la cargamos y sufrimos. Andamos en busca de bonos y migajas, a la vez que nos concientizan con que somos culpables de la inflación por manejar (eventualmente) alguna liquidez, por ejemplo la de los retiros de fondos de pensiones. Y es que la plata de los ricos no produce inflación, porque es la norma del capitalismo que ellos tengan y nosotras, no. 

Así se protege a las AFP que han sustraído el trabajo de varios millones de nosotras desde que Pinochet las impusiera, y así se niega las promesas de campaña: Ni reforma de sistema de pensiones, ni salud universal. 

En negación, el pueblo que se autonombra “chileno”, debe comprender que la falta de paz, “no es por la injusticia de que el 1 %, el 0,1 % y 0,01 % del país, concentren casi el 50 por ciento de la riqueza”. Los llamados “movimientos sociales” que fueron tras la CC, la elección de Boric, no al TPP11, “la Huelga Va”, y otras distracciones, deben conformarse ahora con la creación de una “Comisión” con un largo nombre, sumado a una “Mesa” de esas… O sea, las mismas políticas que en casi 33 años solo han surtido efecto eleccionario para los mismos conglomerados que preñaron a nuevas generaciones de privilegios y su poder.

En Chile persiste la impunidad en los Crímenes de Lesa Humanidad cometidos por Piñera, y los estados de excepción en el Norte y el Sur (que se extenderían a la zona central), seguirán (“pro Boric”) militarizando territorios. La autoridades “siguen empleando prácticas ilegítimas contra refugiados migrantes”, a los que expulsan sin siquiera “evaluar los riesgos que afrontarán” al ser devueltos a sus países (Amnistía Internacional Chile 2023). 

Y hubo otros engaños, por ejemplo las alabanzas a la política de salud de Piñera en Pandemia, ya que en realidad Chile registró uno de los índices de mortalidad asociada el COVID-19, más elevados de las Américas (AI Chile 2023).

Chile no cambió, ahora el grito “Ni Una Menos”, se usa para lo que sea, para policías y otros tipos de violencia patriarcal. La llamada “Cuarta Ola” (integrante de gran parte de los conglomerados que saltaron de una a otra distracción), introdujo un par de símbolos que fueron rápidamente consumidos. Los agresores no cambian, amigas, el Estado y el Capitalismo, tampoco.

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