“Lo personal es político” laboratorio de escritura dramática facilitado por la dramaturga Ingrid Fierro 

Por: Enviado a La Zarzamora “Lo personal es político”, es un laboratorio de escritura creado especialmente para   artistas escénicas, creadoras y mujeres exploradoras de la escritura dramática de la región del BioBío que deseen …

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Activa tu presente con memoria. Nuevo ciclo de autoformación para mujeres en caleta Cocholgüe.

Por Alejandra Villaroel Sánchez* ¿Cuáles son las luchas que forjaron las mujeres antaño? ¿Cómo se comunican desde los cuerpos y en las calles esas fuerzas en el Chile de hoy? Planteando esas preguntas nace la …

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REFLEXIONES SOBRE EL TEXTO: “HETEROSEXUALIDAD OBLIGATORIA Y EXISTENCIA LESBIANA”- ADRIENNE RICH

Desde el mes de Marzo del año 2018 y producto de la inquietud de varias de nosotras, de conocer nuestra historia, prácticas y experiencias como lesbianas feministas y antiespecistas, es que nace la idea de generar un taller de “autoeducación” para nosotras mismas.
Es una experiencia de Autoeducación, ya que construimos un aprendizaje autónomo, participativo y horizontal, por lo cual cada una de las que conformamos el taller somos parte importante y fundamental dentro del desarrollo de este.
Es por esto que todas las semanas una de nosotras propone un texto que tenga relación con nuestras afinidades políticas lesbofeministas antiespecistas, los cuales son, discutidos, comprendidos y contextualizados en conjunto, a partir de nuestras propias concepciones y vivencias como lesbianas feministas antiespecistas en este territorio.
Los talleres están siendo realizados cada dos semanas, en un cerrito de Concepción, instancia en la cual también compartimos el gusto de estar juntas y ricas preparaciones veganas.
Es así como el pasado 29 de Marzo comenzamos con el análisis del primer texto: heterosexualidad Obligatoria y Existencia Lesbiana de Adrienne Rich, sobre el cual conversamos largamente.
A continuación compartimos las reflexiones que construimos a partir de esta lectura.
Saludos y amor para todas ♥
Taller de autoformación lesbofeminista antiespecista
Jueves 29 de Marzo 2018
Reflexiones sobre el texto Heterosexualidad Obligatoria y Existencia lesbiana de Adrienne Rich
Ser lesbianas en este territorio. ¿Cómo vivimos?, ¿cómo sentimos?, ¿cómo comprendemos el trabajo de Adrienne Rich en nuestro propio contexto? Hablamos de Concepción, una ciudad que es parte de un territorio en conflicto, una ciudad atravesada por uno de los más grandes y voluminosos ríos del sur el cual históricamente fue reconocido como la frontera entre, primeramente, la corona española y el Wall Mapu (territorio mapuche) , para posteriormente ser una frontera nuevamente ratificada por el Estado de Chile en el denominado Tratado de Trapihue. Tratado que quedó en el intencionalmente en el olvido, ignorado, censurado eliminado por la codicia de la oligarquía económica y política del estado de Chile.
Con una historia de lucha que aun esta latente, con un sincretismo cultural que al mismo tiempo expresa a gritos la necesidad de decolonizar nuestras vidas, cuerpas y territorios, se comienza a desarrollar en esta ciudad una hermosa y potente lucha de lesbianas y mujeres feministas en contra del dominio masculino. Desde ahí, desde este lugar nos posicionamos, desde este lugar leemos y recontextualizamos las palabras de Adrienne Rich.
Comenzamos entonces a desglosar las ideas fundamentales del texto, las cuales iremos presentando a continuación.
La Existencia Lesbiana
Primeramente nos detenemos en uno de los ejes del texto que es la existencia de las lesbianas y su cancelación histórica por el sistema patriarcal y también por el movimiento feminista mismo. Concordamos con la autora en la invisibilización que históricamente sumió en el silencio la vida y obra de un infinito numero de lesbianas que habitaron el mundo en todos los territorios.
El ocultamiento de nuestras ancestras y de nosotras mismas, nos presiona diariamente para romper con este método de control del poder de los hombres frente a toda una historia llena de vidas, hechos, enseñanzas y aprendizajes que como mujeres hemos habitado y generado a lo largo de toda una larga existencia en este planeta.
Pero ¿lo hemos superado? , nos preguntamos entonces a nosotras mismas el cómo enfrentábamos la negación de nuestra existencia. Seguido esto, conversamos sobre la poca autovaloración que tenemos las lesbianas, sobre cómo no consideramos la importancia de la valentía de rebelarnos y volcarnos al crecimiento con otras mujeres, como amantes, compañeras y hermanas, renunciando a alimentar la institución heterosexual.
Para algunas mas que para otras ha sido difícil el posicionarse definitivamente desde el lesbianismo. Quizás son estos procesos individuales los que nos han llevado a cuestionarnos el ¿Por qué en la última gran marcha del 8 de Marzo (que a base de largas discusiones sobre separatismo, reformismo y otros tremendos temas logramos organizar) no gritamos simultáneamente ni un solo grito lésbico, siendo parte de una coordinación en la cual participamos una gran cantidad de lesbianas? ¿Por qué el lesbianismo es secundario en nuestras conversaciones más amplias y políticas? ¿Por qué hay un solo lienzo haciendo alusión a nuestro lesbianismo político?
Evidentemente esta invisibilización de nuestra existencia repercute en nosotras mismas y en las prácticas que llevamos a cabo. Adrienne Rich, se refiere a esta negación en el ámbito teórico: “la cancelación de la existencia lesbiana de tanta bibliografía feminista, cancelación que sentía (y siento) que tiene consecuencias no solo antilesbianas sino también antifeministas”
En nuestro caso práctico y cotidiano como lesbianas feministas, ¿será que estamos teniendo un problema profundo de antilesbianismo y antifeminismo en nuestras prácticas políticas?
Continuamos reflexionando sobre el cómo llevamos a cabo nuestra visibilización, nuestras formas de vestir ¿qué nos lleva a ser mas camionas y menos o más femeninas visualmente? Adrienne Rich nos expresa su inquietud de saber “por qué la elección de mujeres por mujeres como camaradas de pasión, compañeras de vida o de trabajo, amantes, comunidad, ha sido aplastada, invalidada, obligada a ocultarse y a disfrazarse”
A partir de esto nos preguntamos cómo nos mostramos al entorno, ¿realmente nos atrevemos a vivir abiertamente nuestro lesbianismo?
Frente a esta pregunta una de nosotras comparte su experiencia hablándonos de su preferencia por una vestimenta menos camiona, lo hace por gusto personal, a ella le gustan los vestidos. Nos cuenta como el usar prendas de vestir mas “femeninas” la ha expuesto a un constante cuestionamiento de parte de los hombres hacia su lesbianismo, lo describe como un constante asecho en el cual su vestimenta es trasformada por los machos en una posibilidad abierta, en una simbolización dentro del lenguaje de la heterosexualidad. Compartimos también nuestros sentires de sentirnos en riesgo en este proceso de visibilización, en nuestro caso, mayormente en la calle más que en otros espacios de ámbito académico o de trabajo al cual no nos gusta pertenecer.
A partir de esta inquietud de la autora, ante la cancelación de la teoría y literatura lesbiana, sabemos que fue y sigue siendo así. Si bien hoy hemos re valorado a muchas lesbianas, estas siguen siendo ocultadas, silenciadas en su lesbianismo, también siguen siendo menos en cantidad que las mujeres heterosexuales reconocidas por la teoría y la literatura y por supuesto como resultado de el habitar la opresión del patriarcado, son mucho menos en relación a la larga e infinita lista de hombres sobrevalorados en la historia (escrita por ellos mismos).
Recordemos a la gran Gabriela Mistral, ¿cuánto tiempo negaron su lesbianidad?, ¿cuánto tiempo se puede negar lo evidente? . Por su puesto no lograron erradicarla de la historia, sin duda su trabajo poético es brillante, y ni siquiera en su propio contexto histórico fue posible el censurar la potencialidad de su trabajo; pero sin embargo, si censuraron su esencia, su ser, de donde provenía tal pasión y profundidad: su lesbianismo.
Todas aprendimos sobre Gabriela, todas cantamos y recitamos sus poemas en la escuela. Su imagen fue aprovechada por el capital, que creo billetes con su rostro, leemos su nombre en calles, salas de bibliotecas, etc. ¡PERO NADIE NOS DIJO QUE ERA LESBIANA! Aunque públicamente era sabido, aunque la historia misma lo sabía, jamás en este territorio la institucionalidad ha reconocido su lesbianidad, por que la institución es abiertamente heterosexual y usufructua de nuestros logros.
Es cierto, las lesbianas siempre hemos existido, en todas las culturas, en todos los territorios, en toda la historia. Siempre existió esa tía soltera, esa ñaña que se fue sola evadiendo el matrimonio (aunque eso fuera abiertamente rechazado por una comunidad completa). Nada las pudo hacer retroceder, ni el rechazo, ni el rumor, ni el insulto, ni las amenazas, ahí estuvieron rechazando la maternidad y el matrimonio, lo que Adrienne Rich nos plantea como la Institucion política de la heterosexualidad, que por más que se busque disfrazar con repartijas de roles, por crianzas participativas, por padres “maternales” y cuanta maraña se invente por el mundo heterosexual, no son más que métodos de control para sumir a las mujeres en la opresión histórica que el mundo masculino ha ejercido en su contra.
Los Métodos de Control Masculino
Al momento de identificar los métodos de control masculino Adrienne Rich, basada en el artículo de Katleen Gough, El Origen de la Familia , enumera una serie de formas de opresión que continúan siendo practicadas y siendo parte de la experiencia terrible de miles de mujeres en todos los territorios.
1- Negar a las mujeres su propia sexualidad:
“[mediante la clitoridectomía y la infibulación; los cinturones de castidad; el castigo, que puede ser de muerte, del adulterio femenino; el castigo, que puede ser de muerte, de la sexualidad lesbiana; la negación por el psicoanálisis del clítoris; la represión de la masturbación; la cancelación de la sensualidad materna y postmenopáusica; la histerectomía innecesaria; las imágenes falsas del lesbianismo en los medios de comunicación y en la literatura; el cierre de archivos y la destrucción de documentos relacionados con la existencia lesbiana]”
Todas estas prácticas continúan siendo realizadas 38 años después de la realización de este texto. Asumimos los privilegios de estar en un territorio donde no vivimos las brutales experiencias de la clitoridectomía (mutilación genital de la mujer) y la infabulación (cocer los labios de la vagina de la mujer) arbitrariamente justificadas por la tradición cultural, por ende también asumimos que las culturas no pueden pretender desarrollarse ni mantener “tradiciones” que busquen la aniquilación, agresión o exterminio de las mujeres ni del resto de los seres vivos.
Pasando a otro punto, sin duda el psicoanálisis y su falocentrismo fueron el impulso teórico-científico-psicológico que esperaba el poder masculino progresista, para disfrazar de modernidad su terrible necesidad de aniquilar la existencia de la mujer. La negación y/o mutilación (como mencionamos anteriormente) del clítoris, es la negación de nuestro placer mismo y la prohibición de ponerlo en acción. Actualmente el psicoanálisis, sigue siendo uno de los bastiones del poder academicista masculino y estas percepciones se ponen en práctica cada vez que existe un macho con poder intelectual especialmente en la institución académica. Es decir, es la excusa perfecta de los machos del conocimiento institucionalizado.
Considerando los hechos descritos, que refieren a la cancelación lesbiana, aceptamos estos como una realidad concreta que debemos destruir, primeramente asumiéndonos y visibilizándonos nosotras mismas, contra restando y atacando la caricaturización y manipulación de nuestra lesbianidad por parte de los medios de comunicación y otras herramientas de control social masivo.
2- Imponer la sexualidad masculina sobre ellas:
“[mediante la violación (incluida la violación marital) y el apaleamiento de la esposa; el incesto padre hija, hermano-hermana; la socialización de las mujeres para hacerlas creer que el .impulso. sexual masculino equivale a un derecho;15 la idealización del amor heterosexual en el arte, la literatura, los medios de comunicación, la publicidad, etc.; el matrimonio infantil; el matrimonio negociado por otros; la prostitución; el harem; las doctrinas psicoanalíticas de la frigidez y el orgasmo vaginal; las imágenes pornográficas de mujeres que responden con placer a la violencia y a la humillación sexuales (con el mensaje subliminal de que la heterosexualidad sádica es mas .normal. que la sensualidad entre mujeres)]”
Concordamos en que estas son situaciones profunda y dolorosamente actuales, que en nuestra cotidianidad y contexto vivimos constantemente la experiencia en nuestras propias corporalidades o en las de amigas hermanas, vecinas, madres, abuelas, etc.
Nos ha costado el asumir, enfrentar y actuar contra el abuso sexual masculino, y hemos comenzado a enfrentar juntas las violaciones y violencias sexuales que marcaron nuestra existencia, para ahora nunca más volver a situarnos en la victimización, sino en el hacer.
Coincidimos que los medios, la literatura y el arte hacen apología a la violencia sexual contra la mujer, mostrándonos como seres vulnerables, cosificadas como objetos de consumo, que aceptan sin chistar las agresiones físicas y vulneraciones sádicas por parte de los machos.
Hablamos de la pornografía, de cómo aprendimos sobre nuestra sexualidad, del consumo masivo de este material, entre otras cosas que profundizaremos más adelante.
3- Forzar o Explotar su trabajo para controlar su producto:
“[mediante la institución de! matrimonio y de la maternidad como producción gratuita; la segregación horizontal de las mujeres en el trabajo remunerado; el señuelo de la mujer cuota con movilidad ascendente; el control masculino del aborto, la anticoncepción, la esterilización y el parto; el proxenetismo; el infanticidio femenino, que despoja a las mujeres de hijas y contribuye a la devaluación de las mujeres en general]”
Estos hechos acompañan la existencia de las niñas mujeres y ancianas, el contexto poco influye ya que son agresiones que se repiten y desarrollan en todos los territorios. Pero para nuestra visión no basta con analizarlo solo desde el punto de vista de la mujer, esta obsesión del macho por controlar los ciclos reproductivos también afecta a otras especies. Es así como millones de animalas sufren el control, brutal de su reproductividad, convirtiéndose los hombres en los dueños absolutos de todo un proceso biológico que corresponde naturalmente a las animalas.
La violación, la reproducción y la esterilización forzada, más el control de las maternidades de vacas, cerdas, ovejas, cabras, etc. nos demuestran que este es un método de control de la dictadura patriarcal que se ha expandido sin limitaciones de especie. El control de la reproductividad y la sexualidad es un bastión del patriarcado, y el uso de este método mantiene la supremacía del macho en la casa, en la industria, en la política y en la institución heterosexual completa es decir es fundamental para la dominación del patriarcado-capital.
Por esto es fundamental reconocer esta expansión de nuestras opresiones, y generar cambios de vida en base a la empatía con el resto de las seres explotadas por el dominio masculino, sea animala, aguas, lagos, ríos, bosques, etc. es necesario comprender esta opresión en su máxima amplitud, y aliarnos con el resto de los seres que la viven diariamente al igual que nosotras, y muchas veces peor.
En nuestro caso, la lucha por el aborto institucionalizado avanza lentamente y los logros son tan débiles, que la situación luego de avanzar arriesga el devolverse a situaciones más paupérrimas e indignas para las mujeres. Por ende hemos optado por tomar el control de nuestras cuerpas y asumir con responsabilidad el aborto hecho por nosotras mismas. Reconocemos que definitivamente el lesbianismo y el sexo lésbico son fundamentales para evitar la injerencia de los hombres en nuestras cuerpas y decisiones.
4- Controlar o usurparles sus criaturas mediante el derecho paterno y el rapto legal:
“[la esterilización obligatoria; el infanticidio sistemático; la separación por los tribunales de las madres lesbianas de sus criaturas; la negligencia de los ginecólogos; el uso de la madre como .torturadora cuota en la mutilación genital o en el vendado de los pies (o de la mente) de su hija para adecuarla al matrimonio]”
Frente a este punto, ya experiencias hemos vivido con amigas, hermanas y en mi caso personal el como el lesbianismo y el no encaje dentro de los canones sociales obligatorios de maternidad heterosexual se vuelve una amenaza en cuanto a poder mantener la crianza de una criatura. Sin duda la crianza desde un punto de vista lésbico se transforma en una amenaza para continuidad del dominio masculino.
Así mismo, estas prácticas son comunes en la industria cárnica, la esterilización de millones de animales para aumentar su masa, o bien para convertirlos en animales de carga. El infanticidio constante de las crías de vacas, cerdas entre otras, que ha llevado incluso a ser expuestas luego de muertas en neveras de supermercados. Verlas ahí pequeñas indefensas luego de nacer para ser comercializadas por el gran capital, y que esto sea perpetuado por nosotras es una contradicción.
No podemos creer en nuestra liberación y en la destrucción de la institución heterosexual, sin cuestionar nuestros aportes al mantenimiento de la opresión de los hombres. El consumir animales sexualizados, reproducidos forzadamente, secuestrados cuando crías, y explotados por una industria creada POR LOS MACHOS, es consumir seres que han vivido nuestro propio dolor, y disfrutar de esto, es alimentarnos con la tortura de nosotras mismas dirigida a otros seres.
5- Confinarlas físicamente e impedir el movimiento:
“[mediante la violación como terrorismo, dejando las calles sin mujeres; el purdah; el vendado de los pies; atrofiar las capacidades atléticas de las mujeres; los tacones altos y la moda .femenina en el vestir; el velo; el acoso sexual en la calle; la segregación horizontal de las mujeres en el empleo; la maternidad obligatoria a tiempo pleno. en casa; la dependencia económica impuesta a las mujeres casadas]”
En este punto nos duele el recordar el pasado y el sufrimiento de millones de mujeres que fueron “negociadas como bien económico”. Una de nosotras recuerda un relato de una papay (abuela mapuche) quien relató su propia negociación. Ella tenía parte de su cuerpo quemado, se había quedado dormida tostando trigo con la cayana. Cuando se le preguntó de cómo había sido posible tener tal cansancio para provocar accidente tal, ella comenzó su terrible relato. Siendo ella una niña, fue negociada por su padre para casarse con un hombre mayor y ahí comenzó su tortura. Relataba que debía servirle antes de ir al trabajo de campo, luego rápidamente comenzar a cocinar ya que debía llevarle el almuerzo, el campo quedaba a kilómetros, pero ella no debía fallar o se exponía a una agresión física (y probablemente sexual). Siguió esta rutina hasta que llegó el día del accidente, había “dormido mal” y estaba muy cansada. Luego de ir a dejar el almuerzo al hombre en el campo, se puso a tostar trigo, hasta que en el vaivén del ejercicio se desvaneció, cayendo sobre el fogón en el centro de la ruka. Esta historia la relató cuando tenía alrededor de 80 años, también mencionó el gran alivio que significó que el muriera, decía que por fin se había acabado su pesadilla.
Esta costumbre era común en estas tierras y muchas de las mujeres ancianas que conocimos tuvieron que pasar por esta terrible imposición.
6- Limitar su creatividad:
“[persecuciones de brujas como campanas contra las comadronas y las sanadoras y como pogrom contra las mujeres independientes y .no asimiladas.; definición de los objetivos masculinos como más valiosos que los femeninos en cualquier cultura, de modo que los valores culturales se conviertan en personificaciones de la subjetividad masculina; la restricción de la autorrealización femenina al matrimonio y !a maternidad; la explotación sexual de las mujeres por profesores y artistas hombres; el desbaratamiento social y económico de las aspiraciones creativas de las mujeres; la cancelación de la tradición femenina]”
Aquí, encontramos una relación directa con nuestra realidad territorial, somos hijas de una cultura de profundo conocimiento de la naturaleza y sus secretos. Nuestras ancestras resguardaron el conocimiento antiguo, ejerciendo la sanación por medio de la utilización de plantas nativas de nuestras tierras. Parteras, sahumadoras, pu lawentuchefe, pu machi están presentes en la vida de nosotras, con más o menos cercanía, pero están. Las instituciones del patriarcado han perseguido y desprestigiado estos saberes hasta incluso en algunos casos deslegitimarles en sus propios contextos, con la ayuda de la brutal evangelización que se vivió en estos territorios, así como también, han tratado de institucionalizar estas prácticas, sincretizándolas con las creencias colonizadoras.
Pero aún así, no las han logrado hacer desaparecer. Acá, en estas tierras, hay autoridades ancestrales de conocimiento profundo, con una existencia fundamental para la continuidad de las creencias de nuestros pueblos, que hoy están siendo perseguidas, encarceladas, torturadas y humilladas. Esta práctica se ha llevado a cabo bajo la alianza asesina del Patriarcado-Capital-Iglesia y Estado, todas instituciones creadas por hombres heterosexuales blancos, colonos, y descendientes de los invasores que hasta el día de hoy arrasan con las aguas, las tierras y las culturas de nuestros pueblos.
Este punto es mucho más profundo en nuestro contexto, tan profundo que el llamarle limitación de la creatividad resulta insuficiente, en estas tierras la aniquilación de las creencias y existencias de las mujeres, es un etnocidio constante que nos ha llevado a estar y asumir un estado de resistencia constante.
7- Privarles de amplias áreas de los conocimientos de la sociedad y de los descubrimientos culturales:
“[mediante el no acceso de las mujeres a la educación; el .Gran Silencio. sobre las mujeres y especialmente la existencia lesbiana en la historia y en la cultura;21 la canalización de roles sexuales que aleja a las mujeres de la ciencia, la tecnología y otros objetivos .masculinos.; la vinculación socio- profesional entre hombres que excluye a las mujeres; la discriminación de las mujeres en las profesiones]”
Frente a este punto concordamos en que se mantienen las elites del conocimiento, siendo estas manejadas por las prácticas de hombres que establecen y manejan las posibilidades de entrar y salir de ellas. Ya conocemos algunos casos de compañeras que han sido perseguidas y expulsadas de sus puestos de trabajo dentro del mundo de la intelectualidad, sin embargo cada vez se generan más espacios de elaboración de pensamiento, estudio y reflexión lesbofeminista.
Frente a estos métodos de control del poder masculino, Adrienne Rich nos explica que responden a dos tipos de coacción: por un lado nos muestra las que ejercen una coacción física por medio de la fuerza y por otra las que ejercen una coacción por medio del control de nuestras conciencias.
La Pornografía
“La función de la pornografía para influir en nuestra conciencia es un asunto publico fundamental de nuestra época, cuando una industria que mueve billones de dólares tiene el poder de difundir imágenes visuales de mujeres cada vez mas sádicas y degradantes. Pero incluso la llamada pornografía suave y la publicidad muestran a las mujeres como objetos de apetito sexual carentes de contexto emocional, sin significado ni personalidad individual, esencialmente como mercancía sexual para el consumo de hombres. (La llamada pornografía lesbiana, creada para la mirada voyeur masculina, carece también de contexto emocional y de personalidad individual).”
Dentro de los métodos de control dirigidos hacia nuestra conciencia Rich nos plantea la función de la pornografía como uno fundamental. La caricaturización de la lesbianidad como un ejercicio absolutamente sexuado y dirigido a saciar el deseo sádico de los machos, la cosificación de las mujeres que son transformadas en objetos carentes de emocionalidad y vulnerables, que aceptan incondicionalmente el maltrato y sadismo de la agresión sexual fomenta las practicas del dominio masculino a la vez que aportan millones y perpetua la alianza criminal patriarcado y capital.
Discutimos largamente sobre este punto en el cual se planteo la pregunta es posible un porno feminista? aquí se genero una gran diferencia si bien todas identificábamos la industria del porno como aberrante y absolutamente antagónica a nuestro posicionamiento político, una de nosotras nos comento sobre la creación de un porno desde nosotras, en base a nuestras propias necesidades eróticas. Otras asumimos que la creación de un llamado porno feminista (que actualmente existe con nombres como el Post Porno) no es más que reformar un concepto de mierda, nos consideramos abolicionistas frente a este escenario, y nos preguntábamos sobre la real necesidad de crear un material público para la erotización.
Entonces era necesario erotizarnos por medio de un material visual en donde se muestren fetiches y reales formas de vivir nuestras sexualidades? Para algunas más que necesario era una inquietud una experimentación, para otras no lo sentimos necesario,.
En base a esto hablamos de el contacto con el porno desde cuando, donde fue la primera vez que lo vimos, lo hemos visto, etc. La mayoría de nosotras había tenido contacto con él cuando adolecentes, asumimos entonces que eso no era casual, y que tenía que ver con la conformación de nuestro imaginario de sexualidad. Para algunas que nunca habían tenido una experiencia sexual ni lésbica ni hétero, era primera vez que tenían una noción (absolutamente inexistente, asquerosa, violenta, pero noción al fin y al cabo) de una relación sexual, por supuesto en una postura absolutamente heterosexual.
Entonces cuanto de esto quedo en nuestras retinas, en nuestra memoria, evidentemente ninguna de nosotras era consumidora de porno, pero cuanto de esos leves contactos con la industria más terrible de vulneración y coerción de la mujer quedo en nosotras?
Cada vez aparecían mas imágenes terribles, que evidenciaban por ejemplo quienes eras los consumidores de esta industria: proxenetas, pedófilos, puteros, violadores, y un sinfín de machos que probablemente asesinaríamos si tuviera algún contacto con alguna de nuestras amigas, sobrinas, hijas, etc.
Surgió la pregunta de ¿qué pasaría si se quisiera realizar un material erótico para una y sus amigas? ¿Podría alimentar tu erotización o terminaría en la pantalla de un proxeneta?
Algunas establecimos que la única manera de frenar esto es la abolición, no hay cambio de nombre ni reconceptualización, otras planteaban la creación de algo nuevo, desde nosotras. No hubo consenso frente a esto, pero si todas compartimos el repudio hacia la industria del porno, sus ejecutores y sus consumidores.
Lo cierto es que esta industria ha establecido un imaginario masculino que se ha masificado inclusive en nuestras mentes, y reina por doquier, en la publicidad, la televisión, el cine, etc, dañando y debilitando las posibilidades de las mujeres para desarrollar su propia sexualidad lejos de la heterosexualidad obligatoria.
Las Mujeres en el Trabajo en el Campo y la Ciudad
Cuando entramos en el tema laboral, de ámbito industrial, nos encontramos con una realidad que se ha mantenido y desarrollado a través de la incorporación de las mujeres en la productividad. Desde un inicio de la época industrial las mujeres han sido segregadas y consideradas de menor valor productivo que los hombres. Desde el siglo XIX la liberación de las mujeres fue interpretada por el feminismo como la incorporación en los medios productivos, pero al paso de los años y habiéndose aquello logrado, la condición de las mujeres se ha mantenido igualmente en desmedro de los hombres.
“En el capitalismo, las mujeres son segregadas horizontalmente por genero y ocupan una posición estructuralmente inferior en el lugar de trabajo”
Esta inferioridad se refleja en la actualidad con la diferencia salarial que viven las trabajadoras en relación a los hombres, la discriminación en los espacios laborales al embarazarse y parir, la preferencia por mujeres solteras y heterosexuales asequibles y proclives al acoso sexual, entre otras terribles experiencias.
Sin duda la incorporación en el sistema del capital no traía nada bueno, y hoy lo seguimos comprobando.
El acoso sexual al que la mayoría de las mujeres se expone cuando entra al mundo del trabajo asalariado, por su puesto y con mucha mayor frecuencia aquellas que trabajan subordinadas a la jerarquía de un macho, es frecuente, y lo han vivido la mayoría de las mujeres que han entrado al “mundo Laboral”, así como también aquellas más vulnerables han sido víctima de violaciones y extorciones por parte del abuso del poder del macho.
Pero no solo hablamos en este caso del trabajo industrializado o citadino, hablemos de la ruralidad, del inquilinaje aun latente en los sectores rurales de estas tierras. Conocidas son las historias de las mujeres que tuvieron, y tienen que pasar por la violencia sexual de sus patrones, el trabajo domestico ha sido siempre un ejemplo de este tipo de opresión. Cuantas mujeres sirvieron en las casa de los latifundistas o en la misma ciudad en las casas de los burgueses, teniendo que dejar a sus casas para criar a los hijos del patrón que luego explotaran a sus propias hijas e hijos. Entonces nos encontramos con una “colonización sexual, la ideología del .sadismo cultural representada por la industria pornográfica y por la identificación generalizada de las mujeres como .seres primariamente sexuales cuya responsabilidad es el servicio sexual de los hombres” y en las tierras del sur cuantas mujeres humildes tuvieron que pasar por ese terrible y aberrante abuso de parte del colono invasor.
Cuanto aguantaba la ñaña en la casa patronal, y luego cuanto aguantaba en su propio hogar, cuantas veces hemos escuchado defender esa violencia domestica colonizadora, aprendida e incorporada en las propias practicas de una cultura rica y llena de compresión hacia el mundo natural, ¿cómo la reproducción de esas violencias entró en la comunidad muchas veces naturalizada o silenciada por otras mujeres? “Hacer propios los valores del colonizador y participar activamente en el proceso de la propia colonización y de la del propio sexo… La identificación con lo masculino es el acto mediante el cual las mujeres colocan a los hombres por encima de las mujeres”
Cuanto abuso no aguanto la ñaña en la cocina cuando el viejo cochino del patrón llegaba con sed de sexo, cuanto abuso y dolor y vejamen. “El hecho es que el lugar de trabajo, entre otras instituciones sociales, es un lugar en el que las mujeres han aprendido a aceptar la violación por los hombres de sus confines psíquicos y físicos a cambio de supervivencia” y en el caso de aquellas mujeres inquilinas, si que era caso de vida o muerte.
Volviendo al texto Adrienne Rich sugiere que: “Económicamente discriminadas, las mujeres, ya sean camareras o profesoras, tienen que aguantar el acoso sexual para conservar su empleo y aprenden a comportarse de un modo dócil y gratamente heterosexual porque descubren que este es su verdadero merito para tener el empleo, sean las que sean las características de su puesto de trabajo”
Evidentemente las mas despedidas son aquellas que no cumplen con estos canones de docilidad, las criticas, las fuertonas, las cuestionadoras, las lesbianas y camionas, son siempre quienes se llevan la peor parte especialmente en trabajos que no tienen un peso a nivel institucional ni un resguardo potente frente a sus derechos laborales. Frente a lo que deben enfrentar las lesbianas Rich plantea: “Una lesbiana, parapetada en su lugar de trabajo a causa de los prejuicios heterosexistas, se ve obligada a algo más que a negar la verdad de sus relaciones externas o su vida privada. Su puesto de trabajo depende de que finja ser no simplemente heterosexual, sino una mujer heterosexual en términos de atuendo y del rol femenino y deferente exigido a las verdaderas. Mujeres”
Esto lo viven infinitas lesbianas que habitan el espacio laboral, en los cuales aparte de ser explotadas, de entregar su tiempo y su trabajo a la burguesía parasitaria, se les censura su lesbianismo y se les intenta igualar a las mujeres heterosexuales con exigencias tan mínimamente personales como la vestimenta.
LESBIANAS CONTEXTUALIZADAS
Este es nuestro contexto, esta complementación entre lesbianas es la que buscamos, no colonizar, no ejercer un lesbofeminismo hegemónico que niegue la posibilidad de desarrollar un lesbofeminismo aterrizado, contextualizado, un lesbofeminismo tangible, que está afuera que vive y circula en el territorio. Reconocemos los méritos de quienes antecedieron y nos dieron herramientas para esta lucha, pero siempre, siempre, se debe tener en cuenta el desde donde lo leo, él desde donde lo aterrizo y el hasta donde lo comparto.
Recuperaremos nuestra historia como lesbianas y la seguiremos escribiendo por siempre.
Taller de Autoformación Lesbofeminista Antiespecista.
Desde el mes de Marzo del año 2018 y producto de la inquietud de varias de nosotras, de conocer nuestra historia, prácticas y experiencias como lesbianas feministas y antiespecistas, es que nace la idea de generar un taller de “autoeducación” para nosotras mismas.

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